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80 documents à la une

III - La grippe dite espagnole (1918-1919)

Introduction Salle 3

Les londoniens portent des masques pour se préserver de la grippe espagnole<br />

Coordination : Inmaculada Zaragoza García

Sala 3 / Salle 3

La llamada Grippe Española (1918-1919)

La epidemia del día

            

Este portal temático plantea el estudio de la llamada Gripe Española a partir de fuentes hemerográficas. El germen de parte de este trabajo se gestó durante la crisis sanitaria actual.  Fue realizado en línea por el personal técnico de la Hemeroteca Municipal de Madrid durante el confinamiento domiciliario forzoso en la primera ola de la pandemia por Covid en 2020.

La idea de realizar esta recopilación documental surgió al preguntarnos hoy qué información hemerográfica se conserva de la pandemia de hace un siglo. Reflexión que podría ampliarse para preguntarnos también qué se conservará de la información de la pandemia actual en el futuro en esta sociedad hiperconectada, donde la información se genera y transmite de manera mayoritaria a través de pantallas.

Esta plataforma de consulta divulgativa va dirigida al sector universitario, pero también al público general, tomando como eje principal la primera crisis sanitaria mundial. Este espacio digital puede responder a preguntas como: ¿Qué tipo de fuentes podemos utilizar para estudiar esta pandemia? ¿Qué importancia tienen las fuentes hemerográficas? ¿Dónde y cómo podemos disponer de ellas? ¿Qué utilidad tienen para su estudio? ¿Qué tipo de publicaciones se conservan?

El objetivo principal es acercar a la sociedad y al público universitario unos fondos patrimoniales cuya importancia es de primer orden. Asimismo, transmitir la necesidad de recurrir a la consulta de esta documentación periodística y enfatizar la importancia que esta tiene a la hora de elaborar discursos que explican nuestro pasado, también nuestro presente y posiblemente nuestro futuro. Su consulta permite conocer también el importante papel que tuvo la prensa en la gestión de dicha crisis sanitaria y contribuir a la continuación de futuras investigaciones.

Los documentos objeto de análisis se conservan mayoritariamente en la Hemeroteca Municipal de Madrid además de la Biblioteca Nacional de España y la Biblioteca Nacional de Francia. En su conjunto se ofrece una selección de fuentes primarias, páginas entresacadas de diarios y revistas, publicadas entre 1918 y 1920 en España, Francia, México y Chile.

En 1918 el primer conflicto bélico mundial, la Gran Guerra, caminaba hacia el final dejando un terrible balance de muertes que aumentaron durante este año debido a la mortalidad causada por un inesperado e invisible enemigo. Una enfermedad que hizo presencia dentro y fuera de las trincheras y fue la causa de la primera epidemia global que mermó de manera drástica a la población mundial.

Las circunstancias bélicas propiciaron la censura y la autocensura en los países beligerantes de forma generalizada para evitar la desmoralización de las tropas y el desánimo de la población muy desgastado tras años de conflicto. Por ello en sus inicios la epidemia gripal fue silenciada en los medios de comunicación.  (Documentos 3, 4).

España fue una excepción a ello. Ajena al conflicto bélico, la enfermedad fue aireada de manera frecuente y única en la prensa de todo el país. Circunstancia que propició la generalización del término con la que se la denominó entonces fuera de España, Gripe Española, a pesar de la inexactitud del término. Así lo advirtieron desde el principio las autoridades sanitarias de todo el mundo, aunque políticamente fue más conveniente hablar de una enfermedad alejada de los países inmersos en el conflicto bélico, un suceso español ajeno a los demás.

Así se refirió a ella por primera vez el corresponsal de The Times en España, el día 3 de junio de 1918, lo que supuso un salto cuantitativo y también cualitativo a nivel informativo.

Un mes antes las noticias sobre la enfermedad comenzaron a ser frecuentes en los rotativos madrileños ocupando información destacada en las primeras páginas. El desconocimiento de su alcance favoreció la frivolidad con la que se la denominó en sus primeros titulares: La enfermedad de moda, La epidemia del día o El soldado de Nápoles, dieron información sobre la “benigna” enfermedad como se la calificó en principio (Documento 1, 5, 8).

A partir de esas fechas las páginas impresas diarias, constituyen una crónica completísima para analizar cómo se vivió la enfermedad, los mecanismos que generaron la noticia o la falta de ella y la demanda informativa de la población cada vez más asustada. La enfermedad encontró en los periódicos españoles a partir de entonces información, opinión y debate, permitiendo a la población ser conscientes de sus riesgos. Su evolución puede seguirse, en la sección fija diaria donde se recoge información exhaustiva: propagación por provincias, número de víctimas y afectados entre los que se encuentran personas ilustres y conocidas que son objeto de mención explícita en titulares y noticias de los periódicos nacionales y extranjeros. (Documento 8, 17).

Este despliegue informativo alcanzó a la difusión de las medidas adoptadas por las autoridades políticas y sanitarias para atajar la enfermedad. (Documento 2, 15).

La higiene personal se convierte en la principal arma contra la enfermedad reclamada en muchos casos desde la primera página. Así mismo la fumigación y desinfección de espacios públicos en las grandes ciudades fueron las medidas más comunes de profilaxis adoptadas por las autoridades municipales. (Documento 10, 11, 14).

En el caso de la capital de España una de las medidas sanitarias más destacadas se centró en la elaboración de una vacuna contra las complicaciones de la enfermedad cuyo uso se generalizó a la población de Madrid a partir de octubre de 1918. (Documento 14, 16).

Cuando la epidemia va camino de convertirse en pandemia hace su aparición en la prensa generalista también la información científica, difundiendo para el profano los conocimientos esenciales que se tenían sobre la gripe con el objetivo de combatir el miedo, tranquilizar y prevenir contagios. (Documento 6, 7, 10, 12, 14, 15).

Sin embargo, los desafíos sanitarios no siempre estuvieron a la altura de la primera pandemia global, cuyo alcance fue difícil de estimar en sus inicios por la comunidad científica. El miedo al ridículo y al rechazo social impidió, por ejemplo, aconsejar el uso de la mascarilla entre la población a pesar de que su eficacia estaba demostrada en el entorno sanitario. (Documento 18, 19).

La reacción débil y arbitraria de las autoridades políticas para adoptar medidas impopulares propició su valoración y crítica en las páginas de opinión. Lo que demuestra la importancia de los factores sociales a la hora de tomar decisiones, mayor en muchos casos que las consideraciones médicas y sanitarias. (Documento 12).

Esta crítica, teñida de humor más o menos sarcástico estuvo presente en la viñeta del día impresa en muchos periódicos. El humor gráfico acudió a sobrellevar la situación con ironía poniendo imagen a la perplejidad de la población, la muerte y también al protagonista indiscutible de la situación, el virus gripal imposible de combatir. (Documento 5, 9, 11).

También la publicidad presente en las páginas de los diarios y revistas ayudó a refrenar la enfermedad. Los laboratorios farmacéuticos comenzaron a elaborar productos para sacar a la población del escenario de desolación, prometiendo prevención y alivio de los síntomas. Generar confianza es el principal objetivo de estas campañas publicitarias que en algunos casos encuentra también un “talismán a la moda” para ahuyentar a la muerte. (Documento 13, 20).

Este grupo documental ofrece un repaso perióstico poliédrico que nos muestra las diferentes caras de esta crisis sanitaria que revive un siglo después vertebrada en la cultura impresa periódica conservada en las hemerotecas.

III

La grippe dite espagnole (1918-1919)

L’épidémie du jour

 

Consacré à l’étude de ce que l’on appelle la Grippe espagnole à partir de la presse, ce travail a été conçu pendant la crise sanitaire actuelle et a été réalisé en partie en distanciel par les techniciens de l’Hémérothèque Municipale de Madrid pendant le confinement à domicile obligatoire de la première vague de la pandémie de Covid en 2020.

L’idée de réaliser ce corpus documentaire est née en nous interrogeant sur ce que l’on conserve aujourd’hui comme information provenant de la presse sur la pandémie d’il y a un siècle, réflexion que l’on pourrait étendre à ce que l’on va conserver de l’information sur la pandémie actuelle dans cette société hyperconnectée où l’information se crée et se transmet essentiellement sur écrans.

Il s’agit d’un travail de divulgation destiné au secteur universitaire mais aussi au grand public centré sur la première crise sanitaire mondiale. Cet espace numérique répond à des questions telles que : quel genre de sources peut-on utiliser pour étudier cette pandémie ? Quelle est l’importance de la presse en tant que source ? Où et comment pouvons-nous y accéder ? En quoi est-elle utile à son étude ? Quel genre de publications conserve-t-on ?

Il s’agit avant tout de permettre à tout un chacun et aux universitaires d’accéder à des fonds patrimoniaux de la première importance tout en mettant en évidence la nécessité de recourir à la consultation de documents de presse et de mettre en évidence leur importance quand il s’agit d’élaborer des discours qui expliquent notre passé, mais aussi notre présent et aussi sans doute notre futur. Leur consultation permet également de connaître le rôle important que joua la presse dans la gestion de cette crise sanitaire et de contribuer à la poursuite des recherches en la matière.

Les documents analysés sont pour la plupart d’entre eux conservés à l’Hémérothèque Municipal de Madrid, ainsi qu’à la Bibliothèque Nationale d’Espagne et à la Bibliothèque Nationale de France. Il s’agit dans l’ensemble d’une sélection de sources primaires, de pages tirées de journaux et de revues publiés entre 1918 et 1920 en Espagne, en France, au Mexique et au Chili.

En 1918, la première guerre mondiale, la Grande Guerre, s’achevait en laissant un terrible bilan de morts qui augmenta cette année-là en raison des ravages provoqués par un ennemi inattendu et invisible : une maladie qui sévit dans et hors des tranchées et constitua la première épidémie globale qui décima de façon drastique la population mondiale.

La guerre entraîna dans les pays belligérants la généralisation de la censure et de l’autocensure afin d’éviter la démoralisation des troupes et le désespoir d’une population usée par des années de conflit. Aussi, au début, les médias passèrent-ils sous silence l’épidémie de grippe (documents 3, 4).

L’Espagne, qui n’était pas partie prenante du conflit, constitua une exception. Dans tout le pays, la presse fit fréquemment des allusions spécifiques à l’épidémie, ce qui, de façon erronée, entraîna la généralisation de la qualification qui servit à la désigner hors d’Espagne sous le nom de Grippe espagnole. Les autorités sanitaires du monde entier en firent immédiatement la remarque, mais on jugea politiquement plus approprié de parler d’une maladie étrangère aux pays plongés dans le conflit et d’un événement exclusivement espagnol.

Le premier à y faire référence en ces termes fut le correspondant du Times en Espagne, le 5 juin 1918, ce qui constitua un saut quantitatif et qualitatif au niveau de l’information.

Un mois auparavant, les nouvelles sur la maladie avaient commencé à être fréquentes et à faire la une des périodiques de Madrid. L’ignorance de sa diffusion explique la frivolité avec laquelle on la qualifia dans les premiers titres : La maladie à la mode, La maladie du jour ou Le Soldat de Naples donnèrent des informations sur la maladie « bégnine », comme l’on dit au début (documents 1, 5, 8).   

A partir de ces dates, les pages des quotidiens constituent une chronique fort complète qui permet d’analyser comment on a vécu la maladie, les mécanismes engendrés par les nouvelles ou leur absence et la demande d’information d’une population de plus en plus apeurée. La maladie fut l’objet dès lors dans les journaux espagnols d’informations, d’opinions et de débats ce qui permit à la population d’être consciente des risques. On peut suivre l’évolution de l’épidémie dans la chronique quotidienne des journaux où l’on présente une information exhaustive : propagation dans chaque province, nombre de victimes et malades parmi lesquels des personnes illustres qui sont explicitement citées dans les titres et nouvelles provenant de la presse nationale et étrangère (documents 8, 17).

Cette campagne d’information influa sur la diffusion des mesures adoptées par les autorités politiques et sanitaires pour stopper l’épidémie (documents 2, 15).

L’hygiène personnelle devient l’arme principale contre la maladie prônée plusieurs fois en première page. De même, la fumigation et la désinfection des espaces publics dans les grandes villes furent les mesures prophylactiques les plus couramment utilisées par les autorités municipale (documents 10, 11, 14).

Pour la capitale de l’Espagne, l’une des principales mesures sanitaires consista dans l’élaboration d’un vaccin contre les complications de la maladie dont l’usage se généralisa parmi la population de Madrid à partir d’octobre 1918 (documents 14, 16).

Quand l’épidémie est en passe de se transformer en pandémie apparaît également dans la presse généraliste l’information scientifique qui diffuse à l’intention des profanes les connaissances essentielles dont on disposait sur la grippe afin de combattre la peur, de tranquilliser et d’éviter la contagion (documents 6, 7, 10, 12, 14, 15).

Toutefois, les défis sanitaires ne furent pas toujours au niveau de la première pandémie générale dont la dimension fut difficile à apprécier au début par la communauté scientifique. La peur du ridicule et du rejet social empêcha, par exemple, de recommander l’utilisation du masque par la population alors que son efficacité était démontrée dans le milieu médical (documents 18, 19).

La réaction timide et arbitraire des autorités politiques devant l’adoption de mesures impopulaires entraîna son examen et critique dans les pages d’opinion, ce qui démontre l’importance des facteurs sociaux lors des prises de décision, qui l’emportent dans bien des cas sur les considérations médicales et sanitaires (document 12).

On trouva cette critique teintée d’humour plus ou moins sarcastique dans le dessin du jour publié dans de nombreux quotidiens. L’humour graphique permit de surmonter la situation par l’ironie en représentant la perplexité de la population, la mort, mais aussi le rôle primordial que jouait dans cette situation le virus grippal impossible à combattre (documents 5, 9, 11).

La publicité, présente dans les journaux et revues, contribua également à freiner la maladie. Las laboratoires pharmaceutiques se mirent à élaborer des produits pour sortir la population du marasme, en promettant de prévenir et soulager les symptômes. Le principal but de ces campagnes publicitaires où l’on trouve aussi parfois un « talisman à la mode » pour échapper à la mort est de générer de la confiance (documents 13, 20).

Cet ensemble de documents offre une revue de presse polyédrique qui nous montre les différentes faces de cette crise sanitaire qui revit un siècle plus tard, structurée dans la culture de la presse écrite conservée dans les hémérothèques.

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