Une webarchive photographique de la pandémie en Espagne
La prensa reprodujo también la información y las recomendaciones que el Laboratorio municipal madrileño preparó periódicamente para ayudar a la población a mantener la calma y a enfrentarse a la crisis sanitaria. Estos eran los objetivos de los consejos incluidos en la nota publicada el 27 de octubre de 1918, durante el momento álgido del segundo brote de la pandemia.
Nuevamente, el problema del agente etiológico de la gripe está presente en el inicio mismo de la nota. En esta ocasión se opta por defender la hipótesis del microbio desconocido, más compatible con los resultados del laboratorio y los requisitos establecidos por Robert Koch (1843-1910) para poder ser considerado como agente específico de la gripe.
Es interesante que se relacionara la gran mortalidad con otros gérmenes más conocidos presentes en las vías respiratorias superiores. Ello permitía justificar, por un lado, la necesidad de seguir las medidas de higiene individual propuestas por el Laboratorio municipal de Madrid para protegerse de la gripe, y, por otro, la importancia de recibir la vacuna preparada en dicha institución, como se indicaba al final del texto para los familiares de las personas afectadas por la enfermedad. Además, la difusión de esa información por la prensa contribuía a reducir la incertidumbre frente al episodio más grave y, con ello, a tranquilizar a la ciudadanía.
Como suele ser habitual ante cualquier epidemia, no solo se recomendaba la limpieza personal sino también una alimentación y un régimen de vida higiénicos. Merece la pena destacarse que esta última propuesta se efectuara de modo realista, adaptada a los recursos que poseyera cada persona. Recordemos la escasez y carestía de los alimentos y bienes de primera necesidad durante la pandemia.
Los consejos del Laboratorio municipal madrileño comprendían también las acciones a llevar a cabo si la persona caía enferma, que pasaban por aislarla en una habitación bien ventilada. Sin embargo, el cumplimiento de esta medida no era tarea sencilla, dada la mala calidad de las viviendas en ese momento y el hacinamiento existente en ellas.
Teniendo en cuenta que el Laboratorio municipal de Madrid estaba dirigido durante la pandemia por un farmacéutico, es destacable que se recomendara avisar al médico cuando se enfermaba y no automedicarse, así como no consumir ningún medicamento por consejo de personas profanas ni tomar las especialidades anunciadas en la prensa. Esta posición es coherente con la mantenida por César Chicote cuando presentó la vacuna del laboratorio ante la Real Academia de Medicina y se la ofreció a los médicos, entre ellos a Gregorio Marañón (1887-1960) para que la utilizara en el Servicio de enfermedades infecciosas del Hospital General (Madrid).
]]>El Laboratorio municipal de Madrid, creado en 1877 y dirigido por el farmacéutico, higienista y bacteriólogo César Chicote (1861-1950), desempeñó una importante labor científico-investigadora durante la pandemia de gripe de 1918-1919 con la que pretendía contribuir a luchar contra la enfermedad y a prevenir su aparición. Elemento importante para conseguir esto último fue el desarrollo de una vacuna propia contra las complicaciones de la gripe. Su aplicación a la población fue promovida desde las páginas del diario ABC (5 de noviembre de 1918, página 5).
La prensa reprodujo también la información y las recomendaciones que el Laboratorio municipal madrileño preparó periódicamente para ayudar a la población a mantener la calma y a enfrentarse a la crisis sanitaria. Estos eran los objetivos de los consejos incluidos en la nota publicada el 27 de octubre de 1918, durante el momento álgido del segundo brote de la pandemia.
Nuevamente, el problema del agente etiológico de la gripe está presente en el inicio mismo de la nota. En esta ocasión se opta por defender la hipótesis del microbio desconocido, más compatible con los resultados del laboratorio y los requisitos establecidos por Robert Koch (1843-1910) para poder ser considerado como agente específico de la gripe.
Es interesante que se relacionara la gran mortalidad con otros gérmenes más conocidos presentes en las vías respiratorias superiores. Ello permitía justificar, por un lado, la necesidad de seguir las medidas de higiene individual propuestas por el Laboratorio municipal de Madrid para protegerse de la gripe, y, por otro, la importancia de recibir la vacuna preparada en dicha institución, como se indicaba al final del texto para los familiares de las personas afectadas por la enfermedad. Además, la difusión de esa información por la prensa contribuía a reducir la incertidumbre frente al episodio más grave y, con ello, a tranquilizar a la ciudadanía.
Como suele ser habitual ante cualquier epidemia, no solo se recomendaba la limpieza personal sino también una alimentación y un régimen de vida higiénicos. Merece la pena destacarse que esta última propuesta se efectuara de modo realista, adaptada a los recursos que poseyera cada persona. Recordemos la escasez y carestía de los alimentos y bienes de primera necesidad durante la pandemia.
Los consejos del Laboratorio municipal madrileño comprendían también las acciones a llevar a cabo si la persona caía enferma, que pasaban por aislarla en una habitación bien ventilada. Sin embargo, el cumplimiento de esta medida no era tarea sencilla, dada la mala calidad de las viviendas en ese momento y el hacinamiento existente en ellas.
Teniendo en cuenta que el Laboratorio municipal de Madrid estaba dirigido durante la pandemia por un farmacéutico, es destacable que se recomendara avisar al médico cuando se enfermaba y no automedicarse, así como no consumir ningún medicamento por consejo de personas profanas ni tomar las especialidades anunciadas en la prensa. Esta posición es coherente con la mantenida por César Chicote cuando presentó la vacuna del laboratorio ante la Real Academia de Medicina y se la ofreció a los médicos, entre ellos a Gregorio Marañón (1887-1960) para que la utilizara en el Servicio de enfermedades infecciosas del Hospital General (Madrid).
Le laboratoire municipal de Madrid, créé en 1877 et dirigé par le pharmacien, hygiéniste et bactériologue César Chicote (1861-1950) accomplit un important travail de recherche scientifique au cours de la pandémie de grippe de 1918-1819 par lequel il entendait contribuer à la lutte contre la maladie et à en empêcher l’apparition. Un élément important permettant d’atteindre cet objectif fut le développement d’un vaccin propre contre les complications de la grippe. Le quotidien ABC se chargea dans ses pages de la promotion de son application à la population (5 de novembre 1918, p. 5).
La presse reproduisit également l’information et les recommandations que le Laboratoire municipal de Madrid donna en diverses circonstances pour aider la population à garder son calme et à affronter la crise sanitaire. Tels étaient les objectifs des conseils inclus dans la note publiée el 27 octobre 1918, au moment le plus chaud de la seconde vague de la pandémie.
Le problème de l’agent étiologique de la grippe est à nouveau présent dès le début de la note. On opte en la circonstance pour la défense de l’hypothèse du microbe inconnu, plus compatible avec les résultats de laboratoire et ce que Robert Koch considérait nécessaire pour déterminer un agent spécifique de la grippe.
Il est intéressant de noter la mise en rapport de l’importante mortalité avec des germes plus connus présents dans les voies respiratoires supérieures. Cela permettait de justifier, d’une part, la nécessité de suivre les mesures d’hygiène individuelle proposées par le Laboratoire municipal de Madrid pour se protéger contre la grippe, et, d’autre part, l’importance de se faire administrer le vaccin préparé dans cette institution, comme il était indiqué à la fin du texte à l’intention des proches des personnes contaminées. En outre, la diffusion de cette information par la presse contribuait à réduire l’incertitude face à l’épisode le plus grave et par là même, à tranquilliser 0l’opinion publique.
Comme il est courant lors de toute épidémie, on recommandait non seulement la propreté personnelle, mais aussi une alimentation et un régime de vie sains. Il est intéressant de remarquer que cette dernière proposition était formulée de façon réaliste, adaptée aux ressources de tout un chacun. Souvenons-nous de la pénurie et de la cherté des aliments et des biens de première nécessité pendant la pandémie.
Les conseils du Laboratoire municipal de Madrid comprenaient également ce qu’il fallait faire si quelqu’un tombait malade, entre autres, isoler cette personne dans une chambre bien aérée. Toutefois, il n’était guère facile de suivre cette disposition en raison de la mauvaise qualité des logements à l’époque et de la promiscuité qui y régnait.
Compte tenu de ce que le Laboratoire municipal de Madrid était dirigé pendant la pandémie par un pharmacien, on remarquera que l’on recommandait de faire appel à un médecin en cas d’infection et de ne pas s’automédicamenter ou de prendre quelque médicament que ce fût sur le conseil de profanes ainsi que les médicaments annoncés dans la presse. Cette position est conforme à celle adoptée par César Chicote quand il présenta le vaccin du Laboratoire à l’Académie Royale de Médecine en l’offrant aux médecins, en particulier à Gregorio Marañón (1887-1960) pour qu’il l’utilise dans le Service des maladies infectieuses de l’Hôpital Général de Madrid.
Chicote, César, La vivienda insalubre en Madrid, Madrid, Ayuntamiento de Madrid, 1914.
Huertas, Rafael, “Vivir y morir en Madrid: la vivienda como factor determinante del estado de salud de la población madrileña (1874-1923)”, Asclepio, 2002, 54 (2), pp. 253-276.
Porras Gallo, María Isabel, La gripe española 1918-1919, Madrid, Libros la Catarata, 2020.
Porras Gallo, María Isabel, “Sueros y vacunas en la lucha contra la pandemia de gripe de 1918-1919 en España”, Asclepio, 2008, 60 (2), pp. 261-288. https://doi.org/10.3989/asclepio.2008.v60.i2.266
Porras Gallo, María Isabel, Una ciudad en crisis: La epidemia de gripe de 1918-19 en Madrid, Tesis doctoral presentada en la Universidad Complutense de Madrid, 1994. Accesible en https://eprints.ucm.es/id/eprint/2765/
Porras Gallo, María Isabel (1997), “El Laboratorio Municipal de Madrid y la epidemia de gripe de 1918-19”, Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 1997, 37, pp. 585-591.
Sánchez-Moscoso Hermida, Angustias, “César Chicote y del Riego”, en Real Academia de la Historia, Diccionario biográfico electrónico (en red: https://dbe.rah.es/biografias/12122/cesar-chicote-y-del-riego).
Sin embargo, el bacilo de Pfeiffer, teóricamente el germen causante de la gripe desde 1892, no fue aislado en todos los casos habidos durante la pandemia. Se aislaron otros gérmenes, pero ninguno cumplía los requisitos establecidos por el bacteriólogo alemán Robert Koch (1843-1910) para ser considerado como agente específico de la gripe.
Esta situación desconcertó a médicos y científicos, dentro y fuera de España. Se intensificaron las investigaciones y los médicos propusieron diferentes opciones etiológicas, incluso que el agente de la gripe fuera un germen desconocido o un ‘virus filtrable’.
La incapacidad del laboratorio y de la Medicina para aclarar la etiología de la gripe durante la pandemia trascendió a la prensa, como muestran las viñetas “Los biólogos” (El Sol, 7 de junio de 1918) y “El microbio de la gripe” (El Heraldo de Madrid, 26 de octubre de 1918, portada), así como el texto seleccionado que comparte página con la viñeta “El microbio Pfeiffer”.
Desde las páginas del diario El Sol se contribuyó a enriquecer nuevamente el debate sobre el agente etiológico de la gripe, que se desarrolló primordialmente en Academias de Medicina, sociedades y revistas científicas, tanto en España como en otros países.
Llama la atención que se informara del resultado de los experimentos efectuados en el Instituto Pasteur de Túnez, centro de investigación de referencia mundial, por los bacteriólogos franceses Charles Nicolle (1866-1936) y Charles Lebailli (1880-1945), cuando la hipótesis del ‘virus filtrable’ como agente específico de la gripe era aún minoritaria.
Sorprende también el tono escasamente divulgativo del texto, que resumía la intervención, ante la Academia de Ciencias de París, del bacteriólogo galo Émile Roux (1853-1933), director entonces del Instituto Pasteur de París, institución relevante donde se habían formado los autores de los experimentos.
La mayoría de la población con acceso a la prensa difícilmente comprendería bien la información proporcionada, y sería fácilmente presa de la confusión al hablarse en la misma página del microbio Pfeiffer (en la viñeta) y de que el agente de la gripe era “un organismo filtrante”.
Sin embargo, esta acción informativa del diario El Sol podía contribuir a crear opiniones favorables a la nueva hipótesis etiológica y, al mismo tiempo, a serenar a la población en un momento de gran mortalidad por la segunda visita de la gripe a la sociedad española. Se mostraba que la ciencia seguía trabajando y ese esfuerzo parecía estar sirviendo para aclarar la etiología de la gripe. La solución a la crisis sanitaria que se vivía podía estar más cerca.
El recurso a la ciencia médica y la difusión de las investigaciones científicas realizadas es una estrategia comúnmente empleada en la gestión de las crisis sanitarias por su capacidad para tranquilizar a la ciudadanía y facilitar la aceptación de las medidas adoptadas.
]]>Cuando la pandemia de 1918-1919 comenzó, las enfermedades infecciosas y, por tanto, la gripe debían ser abordadas conforme la teoría bacteriológica. Se debía identificar la bacteria responsable de la enfermedad para verificar el diagnóstico clínico con los hallazgos del laboratorio.
Sin embargo, el bacilo de Pfeiffer, teóricamente el germen causante de la gripe desde 1892, no fue aislado en todos los casos habidos durante la pandemia. Se aislaron otros gérmenes, pero ninguno cumplía los requisitos establecidos por el bacteriólogo alemán Robert Koch (1843-1910) para ser considerado como agente específico de la gripe.
Esta situación desconcertó a médicos y científicos, dentro y fuera de España. Se intensificaron las investigaciones y los médicos propusieron diferentes opciones etiológicas, incluso que el agente de la gripe fuera un germen desconocido o un ‘virus filtrable’.
La incapacidad del laboratorio y de la Medicina para aclarar la etiología de la gripe durante la pandemia trascendió a la prensa, como muestran las viñetas “Los biólogos” (El Sol, 7 de junio de 1918) y “El microbio de la gripe” (El Heraldo de Madrid, 26 de octubre de 1918, portada), así como el texto seleccionado que comparte página con la viñeta “El microbio Pfeiffer”.
Desde las páginas del diario El Sol se contribuyó a enriquecer nuevamente el debate sobre el agente etiológico de la gripe, que se desarrolló primordialmente en Academias de Medicina, sociedades y revistas científicas, tanto en España como en otros países.
Llama la atención que se informara del resultado de los experimentos efectuados en el Instituto Pasteur de Túnez, centro de investigación de referencia mundial, por los bacteriólogos franceses Charles Nicolle (1866-1936) y Charles Lebailli (1880-1945), cuando la hipótesis del ‘virus filtrable’ como agente específico de la gripe era aún minoritaria.
Sorprende también el tono escasamente divulgativo del texto, que resumía la intervención, ante la Academia de Ciencias de París, del bacteriólogo galo Émile Roux (1853-1933), director entonces del Instituto Pasteur de París, institución relevante donde se habían formado los autores de los experimentos.
La mayoría de la población con acceso a la prensa difícilmente comprendería bien la información proporcionada, y sería fácilmente presa de la confusión al hablarse en la misma página del microbio Pfeiffer (en la viñeta) y de que el agente de la gripe era “un organismo filtrante”.
Sin embargo, esta acción informativa del diario El Sol podía contribuir a crear opiniones favorables a la nueva hipótesis etiológica y, al mismo tiempo, a serenar a la población en un momento de gran mortalidad por la segunda visita de la gripe a la sociedad española. Se mostraba que la ciencia seguía trabajando y ese esfuerzo parecía estar sirviendo para aclarar la etiología de la gripe. La solución a la crisis sanitaria que se vivía podía estar más cerca.
El recurso a la ciencia médica y la difusión de las investigaciones científicas realizadas es una estrategia comúnmente empleada en la gestión de las crisis sanitarias por su capacidad para tranquilizar a la ciudadanía y facilitar la aceptación de las medidas adoptadas.
Au début de la pandémie de 1918-1919, on abordait d’un point de vue bactériologique les maladies infectieuses, et par conséquent la grippe. On devait identifier la bactérie responsable de la maladie pour vérifier le diagnostic en fonction des résultats des analyses de laboratoire.
Toutefois, le bacile de Pfeiffer, qui était théoriquement depuis 1892 le germe qui provoquait la grippe, ne fut pas isolé dans tous les cas qui se produisirent pendant la pandémie. On isola d’autres germes, mais aucun d’entre eux ne présentait les caractéristiques requises, établies par le bactériologue allemand Robert Koch (1843-1910), pour être considéré comme un agent spécifique de la grippe.
Cette situation déconcerta nombre de médecins et de scientifiques, en Espagne et ailleurs. On intensifia les recherches et les médecins proposèrent diverses options étiologiques, et même que l’agent de la grippe fut un germe inconnu ou un « virus filtrable ».
La presse eut vent de l’incapacité des laboratoires et de la Médecine à déterminer l’étiologie de la grippe pendant la pandémie comme le montrent les dessins « les Biologistes » (El Sol, 7 juin 1918) et « Le microbe de la grippe » (à la une de El Heraldo de Madrid, du 26 octobre 1918) ainsi que le texte sélectionné qui se trouve sur la même page que le dessin « Le microbe Pfeiffer ».
Les pages du quotidien El Sol contribuèrent à l’enrichissement du débat sur l’agent étiologique de la grippe qui se développa surtout dans les Académies de Médecine, les sociétés savantes et les revues scientifiques, aussi bien en Espagne qu’ailleurs.
On remarquera que l’on donna le résultat des expériences effectuées à l’institut Pasteur de Tunis, centre de recherche mondialement reconnu, par les bactériologues français Charles Nicolle (1866-1936) et Charles Lebailli (1880-1945) alors que l’hypothèse du « virus filtrable » comme agent spécifique de la grippe était encore minoritaire.
On est également surpris par le ton fort peu pédagogique du texte qui résumait l’intervention devant l’Académie des Sciences de Paris, du bactériologue Émile Roux (1853-1933), alors directeur de l’Institut Pasteur de Paris, une institution de la première importance où avaient été formés les auteurs des expériences.
La plupart de la population ayant accès à la presse dut avoir du mal à bien comprendre l’information fournie et à s’y retrouver alors qu’on lui parlait dans la même page du microbe Pfeiffer (dans le dessin) et de l’agent de la grippe comme d’« un organisme filtrant ».
Toutefois, cette information du quotidien El Sol put contribuer à créer des opinions favorables à la nouvelle hypothèse étiologique tout en rassurant la population à un moment de forte mortalité lors de la seconde visite de la grippe à la société espagnole. On montrait que la science continuait à travailler et cet effort semblait permettre de déterminer l’étiologie de la grippe. On pouvait s’approcher de la solution à la crise sanitaire que l’on était en train de vivre.
Le recours à la science médicale et la diffusion des recherches scientifiques en cours est une stratégie couramment utilisée dans la gestion des crises sanitaires en raison de sa capacité à tranquilliser la population et à faciliter l’acceptation des mesures prises.
Porras Gallo, María Isabel, La gripe española 1918-1919, Madrid, Libros la Catarata, 2020.
Porras Gallo, María Isabel (2008), “Sueros y vacunas en la lucha contra la pandemia de gripe de 1918-1919 en España”, Asclepio, 60 (2), pp. 261-288. https://doi.org/10.3989/asclepio.2008.v60.i2.266
Porras Gallo, María Isabel, Una ciudad en crisis: La epidemia de gripe de 1918-19 en Madrid, Tesis doctoral presentada en la UCM, 1994. Accesible en https://eprints.ucm.es/id/eprint/2765/
El autor de los consejos fue Gregorio Marañón (1887-1960), con un curriculum relevante cuando estalló la pandemia. Sus profesores fueron los médicos más destacados del momento: Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), Alejando San Martín (1847-1908), Manuel Alonso Sañudo (1856-1912), Juan Madinaveitia (1861-1938) y Federico Olóriz (1855-1912). Estudió Medicina en la Universidad Central de Madrid (hoy, Universidad Complutense). Obtuvo el premio extraordinario de licenciatura en 1910, y el de doctorado en 1913, tras realizar una estancia de investigación en Alemania becado por el Ministerio de Instrucción Pública. Fue también premio extraordinario de doctorado.
En 1909, siendo aún estudiante, recibió el Premio Martínez Molina, otorgado por la Real Academia de Medicina y publicó artículos en la Revista Clínica de Madrid.
Marañón se interesó pronto por las enfermedades infecciosas. Durante su estancia alemana en 1910, trabajó con Paul Ehrlich (1854-1915) y se familiarizó con la investigación médica más avanzada. A su regreso, publicó su obra La quemoterapia moderna según Ehrlich. Tratamiento de la sífilis por el 606. En 1911, por oposición, se convirtió en médico de la Beneficencia Provincial, con destino en el Servicio de enfermedades infecciosas del Hospital General (Madrid). Desde este puesto intervino durante la pandemia de gripe de 1918. En el verano de 1918, formó parte de la Comisión médica que el gobierno español envió a Francia para estudiar las medidas adoptadas en dicho país. En 1919, fue nombrado consejero de Sanidad y, en 1922, ingresó como académico numerario de la Real Academia de Medicina.
El texto de Marañón tuvo gran difusión. Fue incluido en el dorso de unas cartulinas de la Comisaría de turismo y cultura popular, que contenían imágenes de monumentos de Toledo. Además, varios diarios lo reprodujeron en un momento clave de la crisis sanitaria, cuando surgieron dudas sobre la naturaleza de la enfermedad, circularon otros diagnósticos, que confundía a la población.
Marañón respondió a las dudas descartando otras patologías (cólera, peste, tifus) con los resultados negativos del laboratorio y de las autopsias. Manifestó que la enfermedad era la gripe, padecida en primavera. Ante la imposibilidad del laboratorio de aislar el bacilo de Pfeiffer (oficialmente su bacteria causante) en todos los casos de enfermedad, Marañón propuso una etiología multicausal: influencias atmosféricas, el microbio gripal, otros microbios y otras causas que no se podían precisar. Sin embargo, defendió que la enfermedad se contagiaba por el aire, donde residía el microbio procedente de estornudos y toses de personas enfermas y convalecientes.
El documento incluía medidas higiénicas individuales para evitar el contagio, otras a seguir si se enfermaba y las que se debían adoptar cuando la enfermedad finalizaba o se producía la muerte, que incluían la desinfección de espacios y enseres en contacto con quien había padecido la gripe.
Es importante destacar que, en caso de enfermedad, Marañón recomendaba el autocuidado (sudar, meterse en la cama…), pero no la automedicación sin indicación médica. Lo justificaba por la escasa o nula eficacia de los medicamentos y la necesidad de reservarlos para casos seleccionados por los médicos. Los medicamentos entonces servían solo para tratar los síntomas, pero su recomendación se explica por la escasez y carestía de medicinas durante la pandemia.
Resulta contradictorio que Marañón indicara primero que era difícil evitar ser contagiado y luego lo contrario para justificar que se cuidara a las personas enfermas.
Finalizaba el texto con un mensaje de esperanza, pidiendo que no cundiera el pánico, ni el pesimismo, ya que la enfermedad se agotaba en cuatro semanas.
]]>Este texto es un ejemplo del papel que los médicos desempeñaron en los periódicos españoles durante la pandemia de gripe de 1918-1919. Su objetivo era tranquilizar a la población mientras difundían información relevante para facilitar la respuesta de la ciudadanía a la crisis sanitaria, dentro del marco establecido por la profesión médica, que facilitaría el manejo de la crisis sanitaria. Hoy hablaríamos de labores de divulgación y de educación sanitaria.
El autor de los consejos fue Gregorio Marañón (1887-1960), con un curriculum relevante cuando estalló la pandemia. Sus profesores fueron los médicos más destacados del momento: Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), Alejando San Martín (1847-1908), Manuel Alonso Sañudo (1856-1912), Juan Madinaveitia (1861-1938) y Federico Olóriz (1855-1912). Estudió Medicina en la Universidad Central de Madrid (hoy, Universidad Complutense). Obtuvo el premio extraordinario de licenciatura en 1910, y el de doctorado en 1913, tras realizar una estancia de investigación en Alemania becado por el Ministerio de Instrucción Pública. Fue también premio extraordinario de doctorado.
En 1909, siendo aún estudiante, recibió el Premio Martínez Molina, otorgado por la Real Academia de Medicina y publicó artículos en la Revista Clínica de Madrid.
Marañón se interesó pronto por las enfermedades infecciosas. Durante su estancia alemana en 1910, trabajó con Paul Ehrlich (1854-1915) y se familiarizó con la investigación médica más avanzada. A su regreso, publicó su obra La quemoterapia moderna según Ehrlich. Tratamiento de la sífilis por el 606. En 1911, por oposición, se convirtió en médico de la Beneficencia Provincial, con destino en el Servicio de enfermedades infecciosas del Hospital General (Madrid). Desde este puesto intervino durante la pandemia de gripe de 1918. En el verano de 1918, formó parte de la Comisión médica que el gobierno español envió a Francia para estudiar las medidas adoptadas en dicho país. En 1919, fue nombrado consejero de Sanidad y, en 1922, ingresó como académico numerario de la Real Academia de Medicina.
El texto de Marañón tuvo gran difusión. Fue incluido en el dorso de unas cartulinas de la Comisaría de turismo y cultura popular, que contenían imágenes de monumentos de Toledo. Además, varios diarios lo reprodujeron en un momento clave de la crisis sanitaria, cuando surgieron dudas sobre la naturaleza de la enfermedad, circularon otros diagnósticos, que confundía a la población.
Marañón respondió a las dudas descartando otras patologías (cólera, peste, tifus) con los resultados negativos del laboratorio y de las autopsias. Manifestó que la enfermedad era la gripe, padecida en primavera. Ante la imposibilidad del laboratorio de aislar el bacilo de Pfeiffer (oficialmente su bacteria causante) en todos los casos de enfermedad, Marañón propuso una etiología multicausal: influencias atmosféricas, el microbio gripal, otros microbios y otras causas que no se podían precisar. Sin embargo, defendió que la enfermedad se contagiaba por el aire, donde residía el microbio procedente de estornudos y toses de personas enfermas y convalecientes.
El documento incluía medidas higiénicas individuales para evitar el contagio, otras a seguir si se enfermaba y las que se debían adoptar cuando la enfermedad finalizaba o se producía la muerte, que incluían la desinfección de espacios y enseres en contacto con quien había padecido la gripe.
Es importante destacar que, en caso de enfermedad, Marañón recomendaba el autocuidado (sudar, meterse en la cama…), pero no la automedicación sin indicación médica. Lo justificaba por la escasa o nula eficacia de los medicamentos y la necesidad de reservarlos para casos seleccionados por los médicos. Los medicamentos entonces servían solo para tratar los síntomas, pero su recomendación se explica por la escasez y carestía de medicinas durante la pandemia.
Resulta contradictorio que Marañón indicara primero que era difícil evitar ser contagiado y luego lo contrario para justificar que se cuidara a las personas enfermas.
Finalizaba el texto con un mensaje de esperanza, pidiendo que no cundiera el pánico, ni el pesimismo, ya que la enfermedad se agotaba en cuatro semanas.
Marañón, Gregorio, La quemoterapia moderna según Ehrlich. Tratamiento de la sífilis por el 606, Madrid, Casa Vidal, 1910.
Marañón y Bertrán de Lis, Gregorio y López Vega, Antonio, “Gregorio Marañón y Posadillo”, en Real Academia de la Historia, Diccionario biográfico electrónico (en red: https://dbe.rah.es/biografias/12917/gregorio-maranon-y-posadillo).
Porras Gallo, María Isabel, La gripe española 1918-1919, Madrid, Libros la Catarata, 2020.
Porras Gallo, María Isabel, Una ciudad en crisis: La epidemia de gripe de 1918-19 en Madrid, Tesis doctoral presentada en la UCM, 1994. Accesible en https://eprints.ucm.es/id/eprint/2765/
Cette illustration combine deux captures d'écran extraites de la collection Novel Coronavirus accessible sur le site d'Internet Archive et créée dès février 2020 par l'IIPC : celle du haut présente le titre de la collection tel qu’il est présenté sur Internet Archive, celle du bas est un extrait de la page web du Centro Nacional de Epidemiología collectée par l’IIPC et accessible à tous sur Internet Archive. Le graphique inséré au milieu a été réalisé par Sophie Gebeil lors de son étude sur la représentation des pays de la Méditerranée et de la zone MENA (Middle East and North Africa) dans la collecte Novel Coronavirus de l’IIPC. Il indique que, sur plus de 10000 contenus, les principales langues utilisées, témoignant ainsi d'une présence conséquente de contenus en espagnol.
La collecte impulsée par l’IIPC dès février 2020, fut l’occasion pour des pays ne disposant pas d’organisme de collecte dédié, de participer à la conservation des traces de la pandémie. Rompu aux collectes concernant des événements transnationaux, le Groupe de Développement de Contenu de l’IIPC piloté par Nicola Bingham (UK Web Archive) et Alex Thurman a mis en place un dispositif de collecte exceptionnel en accord avec Internet Archive (Bingham & Geeraert, 2020). La fondation états-unienne a en effet augmenté le budget de stockage alloué à l’IIPC, passant de 3 To à 5 To permettant ensuite l’identification des pages Web à collecter en ligne en vue de la création, via Archive-It, d’une collection accessible sur le site de la fondation états-unienne.
Dans le cadre du projet Web Archives of the COVID-19 Crisis qui doit permettre d’approfondir l’étude de la collection rassemblée par l’IIPC en partenariat avec Internet Archive, grâce aux outils du programme The Archive Unleashed (Ruest et al., 2020), nous avons eu accès à la base de données de l’IIPC.
La collection rassemble, en février 2021, 10664 contenus concernent 137 pays dans 51 langages distincts. Ceux-ci proviennent principalement de pays européens (Danemark, France, Norvège, Hollande, Espagne, Portugal) et américains (États-Unis, Brésil, Pérou, Uruguay), les États-Unis représentant près d’un cinquième des contenus. Cela correspond en partie à des institutions membres de l’IIPC particulièrement actives au sein du réseau. Cette surreprésentation européenne et américaine se retrouve dans les langages référencés indépendamment du pays de publication : 31% de la collection est en anglais, 25% en espagnol, 18% en portugais, 7% en français.
La patrimonialisation du web est une dynamique principalement impulsée depuis les pays anglo-saxons et européens, même si ces dernières années la Chine, la Corée du Sud, ou encore la Malaisie ont investi dans la préservation de leur patrimoine nativement numérique. Or en Méditerranée, l’archivage du web reste balbutiant, y compris au sein d’États membres de l’Union Européenne (Italie, Espagne).
Le moissonnage des contenus s’est basé sur une double dynamique. D’une part, les membres de l’IIPC se sont vu adresser un guide de collecte ciblant des thèmes privilégiés (origine du coronavirus, information sur les symptômes, confinements, restrictions, aspects médicaux, sociaux, économiques et politiques) afin de pouvoir ensuite proposer des adresses URLs pertinentes repérées en ligne. Les suggestions étaient recensées dans un tableur collaboratif au sein duquel les membres devaient renseigner des métadonnées basiques concernant les URLs sélectionnées : titre, langage, description, extension du nom de domaine, pays, nom du moissonneur, périmètre de collecte (totalité du site hôte ou bien seulement une page). D’autre part, l’IIPC a diffusé un questionnaire en anglais réalisé sous Google Form, ouvert au public, permettant à tout internaute ou institution non-membre de l’IIPC de donner des suggestions en renseignant les informations citées précédemment pour chaque URL proposée. Les pages Web étaient privilégiées par rapport aux contenus issus des réseaux socionumériques. Contrairement à l’accès soumis à la règlementation du dépôt légal, les contenus collectés sont accessibles en ligne, ce qui a conduit les responsables à sélectionner la qualité des informations afin d’éviter de contribuer à la diffusion de rumeurs.
]]>Cette illustration combine deux captures d'écran extraites de la collection Novel Coronavirus accessible sur le site d'Internet Archive et créée dès février 2020 par l'IIPC : celle du haut présente le titre de la collection tel qu’il est présenté sur Internet Archive, celle du bas est un extrait de la page web du Centro Nacional de Epidemiología collectée par l’IIPC et accessible à tous sur Internet Archive. Le graphique inséré au milieu a été réalisé par Sophie Gebeil lors de son étude sur la représentation des pays de la Méditerranée et de la zone MENA (Middle East and North Africa) dans la collecte Novel Coronavirus de l’IIPC. Il indique que, sur plus de 10000 contenus, les principales langues utilisées, témoignant ainsi d'une présence conséquente de contenus en espagnol.
La collecte impulsée par l’IIPC dès février 2020, fut l’occasion pour des pays ne disposant pas d’organisme de collecte dédié, de participer à la conservation des traces de la pandémie. Rompu aux collectes concernant des événements transnationaux, le Groupe de Développement de Contenu de l’IIPC piloté par Nicola Bingham (UK Web Archive) et Alex Thurman a mis en place un dispositif de collecte exceptionnel en accord avec Internet Archive (Bingham & Geeraert, 2020). La fondation états-unienne a en effet augmenté le budget de stockage alloué à l’IIPC, passant de 3 To à 5 To permettant ensuite l’identification des pages Web à collecter en ligne en vue de la création, via Archive-It, d’une collection accessible sur le site de la fondation états-unienne.
Dans le cadre du projet Web Archives of the COVID-19 Crisis qui doit permettre d’approfondir l’étude de la collection rassemblée par l’IIPC en partenariat avec Internet Archive, grâce aux outils du programme The Archive Unleashed (Ruest et al., 2020), nous avons eu accès à la base de données de l’IIPC.
La collection rassemble, en février 2021, 10664 contenus concernent 137 pays dans 51 langages distincts. Ceux-ci proviennent principalement de pays européens (Danemark, France, Norvège, Hollande, Espagne, Portugal) et américains (États-Unis, Brésil, Pérou, Uruguay), les États-Unis représentant près d’un cinquième des contenus. Cela correspond en partie à des institutions membres de l’IIPC particulièrement actives au sein du réseau. Cette surreprésentation européenne et américaine se retrouve dans les langages référencés indépendamment du pays de publication : 31% de la collection est en anglais, 25% en espagnol, 18% en portugais, 7% en français.
La patrimonialisation du web est une dynamique principalement impulsée depuis les pays anglo-saxons et européens, même si ces dernières années la Chine, la Corée du Sud, ou encore la Malaisie ont investi dans la préservation de leur patrimoine nativement numérique. Or en Méditerranée, l’archivage du web reste balbutiant, y compris au sein d’États membres de l’Union Européenne (Italie, Espagne).
Le moissonnage des contenus s’est basé sur une double dynamique. D’une part, les membres de l’IIPC se sont vu adresser un guide de collecte ciblant des thèmes privilégiés (origine du coronavirus, information sur les symptômes, confinements, restrictions, aspects médicaux, sociaux, économiques et politiques) afin de pouvoir ensuite proposer des adresses URLs pertinentes repérées en ligne. Les suggestions étaient recensées dans un tableur collaboratif au sein duquel les membres devaient renseigner des métadonnées basiques concernant les URLs sélectionnées : titre, langage, description, extension du nom de domaine, pays, nom du moissonneur, périmètre de collecte (totalité du site hôte ou bien seulement une page). D’autre part, l’IIPC a diffusé un questionnaire en anglais réalisé sous Google Form, ouvert au public, permettant à tout internaute ou institution non-membre de l’IIPC de donner des suggestions en renseignant les informations citées précédemment pour chaque URL proposée. Les pages Web étaient privilégiées par rapport aux contenus issus des réseaux socionumériques. Contrairement à l’accès soumis à la règlementation du dépôt légal, les contenus collectés sont accessibles en ligne, ce qui a conduit les responsables à sélectionner la qualité des informations afin d’éviter de contribuer à la diffusion de rumeurs.
Schafer V., Aasman S., Brügger N., Clavert F., De Wild K., Gebeil S., Analysing Web Archives of the COVID-19 Crisis through the IIPC collaborative collection, IIPC, https://netpreserveblog.wordpress.com/2021/11/02/analysing-web-archives-of-the-covid-19-crisis-through-the-iipc-collaborative-collection-early-findings-and-further-research-questions/
Aasman S., Bingham N., Brügger N., De Wild K., Gebeil S., Schafer V. (2021). Chicken and Egg: Reporting from a Datathon Exploring Datasets of the COVID- 19 Special Collections, Warcnet Papers, https://cc.au.dk/fileadmin/dac/Projekter/WARCnet/Aasman_et_al_Chicken_and_Egg.pdf
Geeraert Friedel and Bingham Nicola, Exploring special web archives collections related to COVID-19: The case of the IIPC Collaborative collectio, WARCnet Papers ISSN 2597-0615, https://cc.au.dk/fileadmin/user_upload/WARCnet/Geeraert_et_al_COVID-19_IIPC__1_.pdf
Cette image montre une banderole de balcon, photographiée à Madrid en octobre 2020, alors que les Espagnols subissaient, comme les Français, un énième « reconfinement » partiel, dont ils n’entendaient guère la logique (Costa-Sánchez et López-García, 2020).
Cette photographie a été publiée en ligne par le présentateur de télévision Jesús Vázquez, sur ses comptes Twitter et Instagram, le 20 octobre 2020, avec le commentaire : « visto ayer en la calle Carretas de Madrid », c’est-à-dire « vu hier dans la rue Carretas à Madrid ». Sur l’image, on voit en effet la fenêtre d’un immeuble typique de l’hypercentre de la capitale espagnole, dont le balcon est orné d’une pancarte, réalisée à la main sur un support de couleur kraft, portant ce slogan soigneusement calligraphié :
« le virus nous TUE, les IRRESPONSABLES aussi ».
Nous sommes donc ici en présence d’une forme très particulière d’expression de l’opinion individuelle sur la place publique : la banderole de balcon. Pratique aux usages multiples (Morant Marco et Martín López, 2013), elle ici montrée dans sa fonction « messagère », qui exprime plus précisément une forme de protestation passive contre un fait d’actualité. Cette forme d’expression de l’opinion a été particulièrement développée en Espagne dans les années 2010, depuis le mouvement dit des « Indignés » ou lors de la montée de l’indépendantisme catalan. Tout comme les applaudissements à la fenêtre à 20 heures, cette pratique s’est généralisée, lors de la crise sanitaire internationale du Covid-19, dans différents pays qui ont connu, comme l’Espagne ou la France, des périodes de confinements successifs durant cette pandémie.
Ainsi, on a pu observer (de nombreux florilèges ayant paru dans la presse, traditionnelle ou en ligne, pendant l’année 2020), comment les citoyens « confinés » exprimaient par ce moyen leur vécu ou leur opinion sur la crise. Dans un premier temps, ce sont surtout des messages de soutien au personnel soignant que l’on a vu fleurir sur les balcons, ou encore des messages d’espoir, accompagnés de dessins, souvent réalisés par des enfants qui découvraient cette étrange situation que celle de « l’école à la maison » (Galloso Camacho, 2021). Le post initial de Jesús Vázquez est d’ailleurs accompagné d’émojis (un bras musclé, un visage portant un masque chirurgical et un cœur rouge) qui signifient son soutien à la « lutte contre le virus », message de rigueur pour une personnalité médiatique populaire.
Ici, le slogan constitue une protestation ouverte contre les « politiques ». Le slogan indique clairement que cette posture critique ne relève pas du « complotisme », puisqu’il prend soin de préciser que « le virus nous tue », ne contestant donc pas la réalité de la maladie ; mais il prend pour cible les dégâts, tout aussi mortels que le virus, causés par une gestion politique jugée calamiteuse de cette crise.
Les enquêtes réalisées sur la perception de la gravité de la pandémie et de la gestion publique de la crise sanitaire font état, en Espagne, d’une certaine ambivalence. En effet, les Espagnols se montrent, au début de l’épidémie, plus favorables que le reste des Européens à des mesures restrictives (comme le confinement) pour lutter contre la propagation de la maladie, et affichent davantage de confiance dans le gouvernement central que dans les autorités locales pour établir ces mesures (Amat et. al., 2020). Mais ils sont parallèlement ceux qui manifestent le plus de défiance envers leurs personnalités politiques, les tenant par exemple pour responsables de la diffusion de fausses nouvelles (Kleis Nielsen et al., 2020).
Sur cette banderole, la classe politique espagnole est directement taxée de meurtrière, en raison de sa négligence et de son incurie : les politiques sont taxés d’« irresponsables », un terme qu’on a beaucoup vu circuler lors du mouvement des ‘Indignés’ en 2011, lequel s’est notamment enraciné dans une protestation populaire contre des scandales de corruption politique répétés.
La banderole de balcon apparaît ainsi comme une forme alternative de contestation, lorsque les populations confinées, captives dans leur espace privé, cherchent des moyens d’expression publique : M.V. Galloso parle « d’espace public personnalisé ». En Espagne, le message « d’union sacrée » face à la crise sanitaire s’est ainsi vite mué en une protestation contre la gestion publique du système de santé qui, depuis la crise de 2008, a été considérablement affaibli par des coupes budgétaires successives.
À notre connaissance, aucun projet organisé de collecte d’images témoignant de cette forme « confinée » de manifestation publique qu’est la banderole de balcon n’a eu lieu en Espagne, à l’instar du défi collaboratif français « Nos vitrines parlent à l’heure du confinement », lancé par Sara Gensburger et Marta Severo, qui a permis de récolter plus de 4000 photographies. Équivalents "confinés" de graffiti, témoins éphémères du vécu de la pandémie, ces banderoles sont les traces précieuses de l’expression d’un dissensus citoyen lorsque l’accès à l’espace public est restreint, voire impossible: le signe, en quelque sorte, que la rue finit toujours par reprendre ses droits.
]]>Cette image montre une banderole de balcon, photographiée à Madrid en octobre 2020, alors que les Espagnols subissaient, comme les Français, un énième « reconfinement » partiel, dont ils n’entendaient guère la logique (Costa-Sánchez et López-García, 2020).
Cette photographie a été publiée en ligne par le présentateur de télévision Jesús Vázquez, sur ses comptes Twitter et Instagram, le 20 octobre 2020, avec le commentaire : « visto ayer en la calle Carretas de Madrid », c’est-à-dire « vu hier dans la rue Carretas à Madrid ». Sur l’image, on voit en effet la fenêtre d’un immeuble typique de l’hypercentre de la capitale espagnole, dont le balcon est orné d’une pancarte, réalisée à la main sur un support de couleur kraft, portant ce slogan soigneusement calligraphié :
« le virus nous TUE, les IRRESPONSABLES aussi ».
Nous sommes donc ici en présence d’une forme très particulière d’expression de l’opinion individuelle sur la place publique : la banderole de balcon. Pratique aux usages multiples (Morant Marco et Martín López, 2013), elle ici montrée dans sa fonction « messagère », qui exprime plus précisément une forme de protestation passive contre un fait d’actualité. Cette forme d’expression de l’opinion a été particulièrement développée en Espagne dans les années 2010, depuis le mouvement dit des « Indignés » ou lors de la montée de l’indépendantisme catalan. Tout comme les applaudissements à la fenêtre à 20 heures, cette pratique s’est généralisée, lors de la crise sanitaire internationale du Covid-19, dans différents pays qui ont connu, comme l’Espagne ou la France, des périodes de confinements successifs durant cette pandémie.
Ainsi, on a pu observer (de nombreux florilèges ayant paru dans la presse, traditionnelle ou en ligne, pendant l’année 2020), comment les citoyens « confinés » exprimaient par ce moyen leur vécu ou leur opinion sur la crise. Dans un premier temps, ce sont surtout des messages de soutien au personnel soignant que l’on a vu fleurir sur les balcons, ou encore des messages d’espoir, accompagnés de dessins, souvent réalisés par des enfants qui découvraient cette étrange situation que celle de « l’école à la maison » (Galloso Camacho, 2021). Le post initial de Jesús Vázquez est d’ailleurs accompagné d’émojis (un bras musclé, un visage portant un masque chirurgical et un cœur rouge) qui signifient son soutien à la « lutte contre le virus », message de rigueur pour une personnalité médiatique populaire.
Ici, le slogan constitue une protestation ouverte contre les « politiques ». Le slogan indique clairement que cette posture critique ne relève pas du « complotisme », puisqu’il prend soin de préciser que « le virus nous tue », ne contestant donc pas la réalité de la maladie ; mais il prend pour cible les dégâts, tout aussi mortels que le virus, causés par une gestion politique jugée calamiteuse de cette crise.
Les enquêtes réalisées sur la perception de la gravité de la pandémie et de la gestion publique de la crise sanitaire font état, en Espagne, d’une certaine ambivalence. En effet, les Espagnols se montrent, au début de l’épidémie, plus favorables que le reste des Européens à des mesures restrictives (comme le confinement) pour lutter contre la propagation de la maladie, et affichent davantage de confiance dans le gouvernement central que dans les autorités locales pour établir ces mesures (Amat et. al., 2020). Mais ils sont parallèlement ceux qui manifestent le plus de défiance envers leurs personnalités politiques, les tenant par exemple pour responsables de la diffusion de fausses nouvelles (Kleis Nielsen et al., 2020).
Sur cette banderole, la classe politique espagnole est directement taxée de meurtrière, en raison de sa négligence et de son incurie : les politiques sont taxés d’« irresponsables », un terme qu’on a beaucoup vu circuler lors du mouvement des ‘Indignés’ en 2011, lequel s’est notamment enraciné dans une protestation populaire contre des scandales de corruption politique répétés.
La banderole de balcon apparaît ainsi comme une forme alternative de contestation, lorsque les populations confinées, captives dans leur espace privé, cherchent des moyens d’expression publique : M.V. Galloso parle « d’espace public personnalisé ». En Espagne, le message « d’union sacrée » face à la crise sanitaire s’est ainsi vite mué en une protestation contre la gestion publique du système de santé qui, depuis la crise de 2008, a été considérablement affaibli par des coupes budgétaires successives.
À notre connaissance, aucun projet organisé de collecte d’images témoignant de cette forme « confinée » de manifestation publique qu’est la banderole de balcon n’a eu lieu en Espagne, à l’instar du défi collaboratif français « Nos vitrines parlent à l’heure du confinement », lancé par Sara Gensburger et Marta Severo, qui a permis de récolter plus de 4000 photographies. Équivalents "confinés" de graffiti, témoins éphémères du vécu de la pandémie, ces banderoles sont les traces précieuses de l’expression d’un dissensus citoyen lorsque l’accès à l’espace public est restreint, voire impossible: le signe, en quelque sorte, que la rue finit toujours par reprendre ses droits.
Costa-Sánchez, Carmen et López-García, Xosé, « Comunicación y crisis del coronavirus en España. Primeras lecciones », Profesional de la información, vol. 29, n°3, mai 2020. En ligne : https://revista.profesionaldelainformacion.com/index.php/EPI/article/view/epi.2020.may.04.
Galloso Camacho, María Victoria, « El discurso de los balcones en tiempos del confinamiento COVID », Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, vol. 21, n°1, juillet 2021, p. 168‑189. En ligne : https://periodicos.unb.br/index.php/raled/article/view/36514.
Kleis Nielsen, Rasmus ; Fletcher, Richard ; Newman, Nic, [et al.], « Navegando la “infodemia”: así consume y califica las noticias y la información sobre el coronavirus la gente en seis países », Reuters Institute for the Study of Journalism / Oxford University, 18 avril 2020. En ligne : https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/navegando-la-infodemia-asi-consume-noticias-e-informacion-sobre-coronavirus-espana-argentina-otros-paises#sub8.
Morant Marco, Ricard et Martín López, Arantxa, « El lenguaje de los balcones », Signa: Revista de la Asociación Española de Semiótica, vol. 22, janvier 2013, [En ligne : https://revistas.uned.es/index.php/signa/article/view/6364].
Le médecin épidémiologiste Fernando Simón a été le principal porte-voix de la communication gouvernementale durant la pandémie de Covid-19 en Espagne : directeur du Centre de coordination des alertes et des urgences sanitaires (CCAES) du Ministère espagnol de la Santé depuis 2012, il est intervenu quotidiennement à la télévision pour commenter l’évolution de l’épidémie durant le premier semestre 2020. C’est pris d’une quinte de toux en plein discours télévisé, à cause d’une amande avalée de travers juste avant le direct, qu’il est représenté sur cette fresque urbaine réalisée à Valence par le grapheur et street artist j.warx en juin 2020, avant d’être postée sur les réseaux sociaux.
Des artistes urbains du monde entier ont porté en images, dans le contexte de sidération collective qui a été celui du début de cette pandémie, la consigne « Restez chez vous ». Décliné sous diverses formes nationales et internationales, ce slogan symbolisant l'impératif d’union sacrée dans la guerre contre le virus, devenu un véritable cliché, pourrait sembler de ceux que le graffiti aime à prendre pour cible via la satire, l’ironie ou la caricature. Mais l’art dit urbain est-il encore porteur de sa dimension « micro-politique » et contre-culturelle (Riffaud et Recours, 2016) lorsqu’il prend la forme d’une fresque aussi respectueuse des codes de la discipline que de l’image d’un porte-parole du gouvernement ?
Médecin épidémiologiste de formation, Fernando Simón dispose au début de l’épidémie d’une solide expérience dans le domaine de la santé publique auprès d’organisations internationales en Afrique, en Amérique latine et en Europe. Il est aussi présenté comme un homme de terrain, qui a dirigé le service d’urgences de l'Institut espagnol de la santé Carlos III entre 2003 et 2011. Malgré quelques choix de communication controversés au début de l’épidémie (vivement critiqués sur les antennes du puissant groupe de presse conservateur de la Conférence épiscopale), il a fini par gagner la sympathie de l'opinion, par sa franchise de ton, son humour, et son flegme face au torrent médiatique. Sa posture de scientifique rigoureux a contribué au sentiment de confiance qu’il a suscité. Si dans son cas on parle d’élite, synthétise l’écrivain Xandru Fernández, "c’est d’élite intellectuelle ; et le personnage ne traîne pas de réputation d’endogamie universitaire ou de cooptation administrative" (Contexto, n°260, mai 2020). Cette image a su compenser certaines failles de la stratégie gouvernementale de communication de crise (García-Santamaría et al.,, 2020), au point qu’il est devenu « le porte-voix qui calme les gens face à la peur du coronavirus » (elplural.com, 27 février 2020), voire le nouveau « fiancé de l’Espagne » (Fernández, 2020).
Mais c’est surtout sa modestie et son humilité qui ont conquis les cœurs. Dans la presse, on a pu le voir voyageant à bord du métro madrilène, tel un citoyen lambda ; ou encore faisant du surf ou de la moto. Le phénomène du standom, sorte de fanatisme numérique, a fini par gagner ses admirateurs (Rubio Hancock, 2020): l’image de Fernando Simón est à la base d’une multitudes de mèmes, qui comptent parmi les plus échangés en Espagne en 2020 et dont certains ont même fait la couverture de El País Semanal, l’hebdomadaire le plus lu d’Espagne.
Au-delà de la fonction cognitivo-affective de ces mèmes (Wagener, 2020) et des bienfaits avérés du rire qu’ils provoquent en contexte pandémique (Curchod et. al., 2021), leur diffusion numérique virale est aussi l’indicateur du processus de mythification médiatique dont a progressivement fait l’objet la figure de Fernando Simón, à l’instar de celles du Docteur Fauci aux États-Unis ou de Didier Raoult en France. On a vendu des masques, des t-shirt, des sacs de plage et même des figurines de super-héros à l’effigie de Fernando Simón –qui a d’ailleurs demandé à ce qu’une partie des bénéfices issus de la vente de ces goodies soit reversée à des ONG (Público, 12 juin 2020). La presse relate même des cas de personnes s’étant fait tatouer le visage de leur « idole » sur la cuisse : Simón à Valence, et Raoult à Marseille ...
Dans un processus d’intericonicité revendiqué par l’artiste, ce document superpose ainsi divers « moments » médiatiques de la séquence générée par l'anecdote de la quinte de toux de Fernando Simón : viralisation de cette vidéo sur internet, puis sa traduction en mèmes ; et enfin sa transcription en « fresque » conjuguant les codes du graffiti urbain et de la culture mémétique.
Source d’inspiration pour les artistes contemporains, l’hybridation des supports numériques et de l’approche urbanistique est à l’origine de projets qui renouvellent le sens du militantisme artistique, entre ‘artivisme’ et ‘hacktivisme’ (Waelder Laso, 2019; Manduca et al., 2020).
Avec ce graffiti issu d’un mème, l’imaginaire visuel nativement transmedia du coronavirus retourne donc « dans la rue », et vient s’ajouter au répertoire de la vaste et liquide production discursive générée par la pandémie de Covid-19.
Art de rue et pandémie: contestation ou consensus ?
Le médecin épidémiologiste Fernando Simón a été le principal porte-voix de la communication gouvernementale durant la pandémie de Covid-19 en Espagne : directeur du Centre de coordination des alertes et des urgences sanitaires (CCAES) du Ministère espagnol de la Santé depuis 2012, il est intervenu quotidiennement à la télévision pour commenter l’évolution de l’épidémie durant le premier semestre 2020. C’est pris d’une quinte de toux en plein discours télévisé, à cause d’une amande avalée de travers juste avant le direct, qu’il est représenté sur cette fresque urbaine réalisée à Valence par le grapheur et street artist j.warx en juin 2020, avant d’être postée sur les réseaux sociaux.
Des artistes urbains du monde entier ont porté en images, dans le contexte de sidération collective qui a été celui du début de cette pandémie, la consigne « Restez chez vous ». Décliné sous diverses formes nationales et internationales, ce slogan symbolisant l'impératif d’union sacrée dans la guerre contre le virus, devenu un véritable cliché, pourrait sembler de ceux que le graffiti aime à prendre pour cible via la satire, l’ironie ou la caricature. Mais l’art dit urbain est-il encore porteur de sa dimension « micro-politique » et contre-culturelle (Riffaud et Recours, 2016) lorsqu’il prend la forme d’une fresque aussi respectueuse des codes de la discipline que de l’image d’un porte-parole du gouvernement ?
Médecin épidémiologiste de formation, Fernando Simón dispose au début de l’épidémie d’une solide expérience dans le domaine de la santé publique auprès d’organisations internationales en Afrique, en Amérique latine et en Europe. Il est aussi présenté comme un homme de terrain, qui a dirigé le service d’urgences de l'Institut espagnol de la santé Carlos III entre 2003 et 2011. Malgré quelques choix de communication controversés au début de l’épidémie (vivement critiqués sur les antennes du puissant groupe de presse conservateur de la Conférence épiscopale), il a fini par gagner la sympathie de l'opinion, par sa franchise de ton, son humour, et son flegme face au torrent médiatique. Sa posture de scientifique rigoureux a contribué au sentiment de confiance qu’il a suscité. Si dans son cas on parle d’élite, synthétise l’écrivain Xandru Fernández, "c’est d’élite intellectuelle ; et le personnage ne traîne pas de réputation d’endogamie universitaire ou de cooptation administrative" (Contexto, n°260, mai 2020). Cette image a su compenser certaines failles de la stratégie gouvernementale de communication de crise (García-Santamaría et al.,, 2020), au point qu’il est devenu « le porte-voix qui calme les gens face à la peur du coronavirus » (elplural.com, 27 février 2020), voire le nouveau « fiancé de l’Espagne » (Fernández, 2020).
Mais c’est surtout sa modestie et son humilité qui ont conquis les cœurs. Dans la presse, on a pu le voir voyageant à bord du métro madrilène, tel un citoyen lambda ; ou encore faisant du surf ou de la moto. Le phénomène du standom, sorte de fanatisme numérique, a fini par gagner ses admirateurs (Rubio Hancock, 2020): l’image de Fernando Simón est à la base d’une multitudes de mèmes, qui comptent parmi les plus échangés en Espagne en 2020 et dont certains ont même fait la couverture de El País Semanal, l’hebdomadaire le plus lu d’Espagne.
Au-delà de la fonction cognitivo-affective de ces mèmes (Wagener, 2020) et des bienfaits avérés du rire qu’ils provoquent en contexte pandémique (Curchod et. al., 2021), leur diffusion numérique virale est aussi l’indicateur du processus de mythification médiatique dont a progressivement fait l’objet la figure de Fernando Simón, à l’instar de celles du Docteur Fauci aux États-Unis ou de Didier Raoult en France. On a vendu des masques, des t-shirt, des sacs de plage et même des figurines de super-héros à l’effigie de Fernando Simón –qui a d’ailleurs demandé à ce qu’une partie des bénéfices issus de la vente de ces goodies soit reversée à des ONG (Público, 12 juin 2020). La presse relate même des cas de personnes s’étant fait tatouer le visage de leur « idole » sur la cuisse : Simón à Valence, et Raoult à Marseille ...
Dans un processus d’intericonicité revendiqué par l’artiste, ce document superpose ainsi divers « moments » médiatiques de la séquence générée par l'anecdote de la quinte de toux de Fernando Simón : viralisation de cette vidéo sur internet, puis sa traduction en mèmes ; et enfin sa transcription en « fresque » conjuguant les codes du graffiti urbain et de la culture mémétique.
Source d’inspiration pour les artistes contemporains, l’hybridation des supports numériques et de l’approche urbanistique est à l’origine de projets qui renouvellent le sens du militantisme artistique, entre ‘artivisme’ et ‘hacktivisme’ (Waelder Laso, 2019; Manduca et al., 2020).
Avec ce graffiti issu d’un mème, l’imaginaire visuel nativement transmedia du coronavirus retourne donc « dans la rue », et vient s’ajouter au répertoire de la vaste et liquide production discursive générée par la pandémie de Covid-19.
Curchod, Marion, Sieber, Victorine et Stern, Guillaume, « Rire en contexte pandémique : les mèmes, analyse d’une pratique digitale », Cahiers du Centre de Linguistique et des Sciences du Langage, n°64, septembre 2021, pp. 117‑126. En ligne : https://www.cahiers-clsl.ch/article/view/1033.
García-Santamaría, José-Vicente; Pérez-Serrano, María-José et Rodríguez-Pallares, Miriam, « Portavoces oficiales y estrategia audiovisual en la crisis de la Covid-19 en España », Profesional de la información, vol. 29, n°5, 2020. DOI: https://doi.org/10.3145/epi.2020.sep.13
Guadagno, Rosanna E., et al., « What makes a video go viral? An analysis of emotional contagion and Internet memes », Computers in Human Behavior, n°29, 2013, pp. 2312-2319. DOI : 10.1016/j.chb.2013.04.016
Manduca, Ramiro et Puente, Maximiliano de la, « El humor en el espacio público real y virtual. Análisis de dos experiencias de colectivos de activismo artístico en Argentina », Atlante. Revue d’études romanes, n°13, octobre 2020. En ligne : https://journals.openedition.org/atlante/1095.
Riffaud, Thomas et Recours, Robin, « Le street art comme micro-politique de l’espace public : entre artivisme et coopératisme », Cahiers de Narratologie. Analyse et théorie narratives, n°30, 2016. En ligne : http://journals.openedition.org/narratologie/7484.
Rubio Hancock, Jaime, « Fernando Simón se ha convertido, meme a meme, en un icono pop de internet », Verne. Suplemento de El País, 9 mai 2020. En ligne : https://verne.elpais.com/verne/2020/05/08/articulo/1588930677_213430.html.
Waelder Laso, Pau, « Hackear la ciudad algorítmica. Arte urbano y nuevos medios », HispanismeS. Revue de la Société des Hispanistes Français, n°14, 2019. En ligne : http://journals.openedition.org/hispanismes/417.
Wagener, Albin, « Mèmes, gifs et communication cognitivo-affective sur Internet », Communication. Information médias théories pratiques, vol. 37, n°1, avril 2020. En ligne : https://journals.openedition.org/communication/11061.
Ces mèmes ne font pas que comparer la situation sanitaire de la France et de l’Espagne en 2020 à un véritable naufrage et ironiser sur une mort collective annoncée. Par l’ajout de « surtitres » contextuels à l’image et sous couvert d’humour, ils font montre d’une certaine réception de l'information sur la pandémie en Europe, ainsi que de la circulation de modèles et formes de discours sur la maladie, en France comme en Espagne.
Dans le dialogue imaginaire des futurs « naufragés » sur la pandémie de Covid-19 figuré dans ces mèmes, règne en effet le scepticisme vis-à-vis de la gravité de la maladie, voire de son existence même, et les théories les plus farfelues sur ses origines ou son traitement. Ce sont ainsi la propagation de fausses rumeurs et les travers des raisonnements "complotistes" qui sont singés et raillés dans ces caricatures de dialogue. Ces mèmes témoignent ainsi du regard distancé sur ce phénomène sociologique et son discours de la part des communautés sociales qui créent, prisent et véhiculent les mèmes. En ce sens, les mèmes contribuent à la création de (cyber-)espaces hybrides au sein desquels la culture populaire s’infiltre dans la sphère publique et devient commentaire et prise de position politique (Jenkins, 2015).
Sont humoristiquement pointés ici le scepticisme anti-science ; la défiance contre les politiques ; la circulation de rumeurs voire « d’infox » et même la lecture « survivaliste » de la crise du Covid . Empruntant les mêmes canaux de diffusion que ces « fake news », à savoir les réseaux sociaux (Brenen et al. , 2020), ces mèmes tournent en dérision la peur viscérale (voire la paranoïa) que suscite la crise sanitaire, et offrent ainsi un support de dédramatisation de cette peur. Les mèmes, durant la pandémie, auraient ainsi été « un moyen efficace de soulager l’anxiété et la peur, de renforcer notre lien social tout en communiquant notre colère vis-à-vis des politiques » (Mrowa-Hopkins et Nicholls, 2020 ; Akram et. al., 2021).
Le célèbre template du Titanic, qui renvoie à une culture populaire de grande consommation et connue d’un public étendu, a déjà été objet de mèmes innombrables dans le monde entier. Malgré la banalité apparente de cette image, ces mèmes présentent une complexité inattendue (Gunthert, 2022). D’une part, ils témoignent du phénomène constant de resignification verbo-sémantique qui est à l’œuvre dans la culture mémétique, marque de sa créativité (Paveau, 2019) ; et d’autre part, ils montrent la claire conscience qu’on leurs concepteurs, les « Memes Lords », de la dimension métadiscursive de leur propos.
La troisième version, anglophone, du mème du Titanic créé durant la pandémie présentée ici porte précisément sur cette auto-conscience réflexive des memers. Le navire qui sombre symbolise, d’après le surtitre, « le monde, en ce moment » (« World right now »), et en regard du naufrage, à droite, est placée une image des imperturbables musiciens de l'orchestre du paquebot, titrée: « Memers ». Tels les musiciens du Titanic qui auraient continué de jouer durant tout le naufrage, la communauté virtuelle des memers ironise sur la crise en pleine pandémie. Il s'agit ainsi d'un "méta-mème", qui prend pour objet le concept même de mème. Il témoigne d'un regard introspectif des "memers", pourtant anonymes, sur eux-mêmes et sur leur pratique: un humour graphique "2.0", international et dématérialisé, aussi modeste et dérisoire qu'il est habile et critique.
]]>Si le Titanic coulait en 2020. Mème internet de la pandémie de Covid-19
Ces mèmes ne font pas que comparer la situation sanitaire de la France et de l’Espagne en 2020 à un véritable naufrage et ironiser sur une mort collective annoncée. Par l’ajout de « surtitres » contextuels à l’image et sous couvert d’humour, ils font montre d’une certaine réception de l'information sur la pandémie en Europe, ainsi que de la circulation de modèles et formes de discours sur la maladie, en France comme en Espagne.
Dans le dialogue imaginaire des futurs « naufragés » sur la pandémie de Covid-19 figuré dans ces mèmes, règne en effet le scepticisme vis-à-vis de la gravité de la maladie, voire de son existence même, et les théories les plus farfelues sur ses origines ou son traitement. Ce sont ainsi la propagation de fausses rumeurs et les travers des raisonnements "complotistes" qui sont singés et raillés dans ces caricatures de dialogue. Ces mèmes témoignent ainsi du regard distancé sur ce phénomène sociologique et son discours de la part des communautés sociales qui créent, prisent et véhiculent les mèmes. En ce sens, les mèmes contribuent à la création de (cyber-)espaces hybrides au sein desquels la culture populaire s’infiltre dans la sphère publique et devient commentaire et prise de position politique (Jenkins, 2015).
Sont humoristiquement pointés ici le scepticisme anti-science ; la défiance contre les politiques ; la circulation de rumeurs voire « d’infox » et même la lecture « survivaliste » de la crise du Covid . Empruntant les mêmes canaux de diffusion que ces « fake news », à savoir les réseaux sociaux (Brenen et al. , 2020), ces mèmes tournent en dérision la peur viscérale (voire la paranoïa) que suscite la crise sanitaire, et offrent ainsi un support de dédramatisation de cette peur. Les mèmes, durant la pandémie, auraient ainsi été « un moyen efficace de soulager l’anxiété et la peur, de renforcer notre lien social tout en communiquant notre colère vis-à-vis des politiques » (Mrowa-Hopkins et Nicholls, 2020 ; Akram et. al., 2021).
Le célèbre template du Titanic, qui renvoie à une culture populaire de grande consommation et connue d’un public étendu, a déjà été objet de mèmes innombrables dans le monde entier. Malgré la banalité apparente de cette image, ces mèmes présentent une complexité inattendue (Gunthert, 2022). D’une part, ils témoignent du phénomène constant de resignification verbo-sémantique qui est à l’œuvre dans la culture mémétique, marque de sa créativité (Paveau, 2019) ; et d’autre part, ils montrent la claire conscience qu’on leurs concepteurs, les « Memes Lords », de la dimension métadiscursive de leur propos.
La troisième version, anglophone, du mème du Titanic créé durant la pandémie présentée ici porte précisément sur cette auto-conscience réflexive des memers. Le navire qui sombre symbolise, d’après le surtitre, « le monde, en ce moment » (« World right now »), et en regard du naufrage, à droite, est placée une image des imperturbables musiciens de l'orchestre du paquebot, titrée: « Memers ». Tels les musiciens du Titanic qui auraient continué de jouer durant tout le naufrage, la communauté virtuelle des memers ironise sur la crise en pleine pandémie. Il s'agit ainsi d'un "méta-mème", qui prend pour objet le concept même de mème. Il témoigne d'un regard introspectif des "memers", pourtant anonymes, sur eux-mêmes et sur leur pratique: un humour graphique "2.0", international et dématérialisé, aussi modeste et dérisoire qu'il est habile et critique.
Akram, Umair; Irvine, Kamila; Allen, Sarah F., et al., « Internet memes related to the COVID-19 pandemic as a potential coping mechanism for anxiety », Scientific Reports, vol. 11 / 1, 2021. En ligne : https://www.nature.com/articles/s41598-021-00857-8
Brennen, J. Scott; Simon, Felix; Howard, Philip et Nielsen, Rasmus Kleis, « Types, Sources, and Claims of COVID-19 Misinformation », Factsheet du Reuters Institute for the Study of Journalism, University of Oxford, 7 avril 2020. En ligne: https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/types-sources-and-claims-covid-19-misinformation
Gunthert, André, « Pour une analyse narrative des images sociales », Revue française des méthodes visuelles, n°1, 2017. En ligne : https://rfmv.fr/numeros/1/articles/pour-une-analyse-narrative-des-images-sociales/.
Jenkins, Henry, La Culture de la convergence. Des médias au transmédia, Paris, A. Colin/Ina Éd., 2013 [2006].
Mrowa-Hopkins, Colette et Nicholls, Christine Judith, « Humour et Covid-19 sur les réseaux sociaux : mieux vaut rire que périr ! », The Conversation, Décembre 22, 2020. En ligne : https://theconversation.com/humour-et-covid-19-sur-les-reseaux-sociaux-mieux-vaut-rire-que-perir-152091.
Paveau, Marie-Anne, « La resignification. Pratiques technodiscursives de répétition subversive sur le web relationnel », Langage et Société, dossier Discours numériques natifs. Des relations sociolangagières connectées, juin 2019. En ligne : https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-02145765.
Leur conclusion sur le caractère contagieux de la maladie satisfit pleinement le plus haut responsable politique et administratif de la principauté car il justifiait pleinement les mesures drastiques d’isolement qu’il avait prises et avaient suscité nombre de critiques, et même une tentative de résistance par la force de la part de la population qui avait contraint à prendre la fuite celui qui était considéré comme le principal responsable des dispositions prises en la matière, le docteur Badía.
En revanche, l’ensemble du corps médical espagnol fut loin de partager l’opinion de leurs collègues français. Et lorsque le docteur Manuel Hurtado de Mendoza, lui-même anti-contagioniste convaincu, fit paraître leur « avis officiel sur la maladie » qui avait ravagé Barcelone dans les Décadas médico-quirúrgicas y farmaceúticas, publiées sous l’égide de la Société de médecine de Madrid, il fit suivre leur texte d’une lettre à ses collègues français du médecin barcelonais, Francisco Piguillem, qui tout en leur témoignant le plus grand respect pour le travail effectué, réfutait vigoureusement leurs conclusions.
Cette publication dans l’une des trois revues médicales que comptait alors l’Espagne (les deux autres paraissant à Cadix et à Barcelone) marqua le début d’une campagne de réfutation de la thèse des médecins français qui prit parfois des allures de bataille de chiffonniers (voir le document n° 16). Pour pouvoir statuer en toute connaissance de cause sur le projet de loi sanitaire qui leur était soumis, les Cortès décidèrent de solliciter l’avis des principales sociétés médicales du royaume (voir le document n° 20). Mais ces consultations ne firent que mettre en évidence l’incertitude dans laquelle était plongé le corps médical puisque, par exemple, à Barcelone, huit membres de l’Académie de Médecine de la ville se prononcèrent en faveur du caractère exotique et contagieux de la fièvre jaune, contre quatre et deux abstentions pour son caractère indigène et six pour sa non-contagiosité.
Assurément, la médecine était loin d’être une science exacte et cette incapacité des médecins à trancher sur l’origine et la nature de l’épidémie qui avait sévi en Catalogne finit par exaspérer l’opinion publique espagnole qui, à diverses reprises, dénonça dans la presse des disciples d’Esculape plus propres à polémiquer et à percevoir « la piècette » due pour leurs consultations qu’à guérir les malades.
]]>Avant de quitter Barcelone, les membres de la commission sanitaire envoyés par le ministre de l’Intérieur du gouvernement français, les docteurs Pariset, Bally et François (dans l’ordre des signatures) remirent au chef politique de la province de Catalogne le rapport que celui-ci leur avait demandé sur la nature de l’épidémie telle qu’ils avaient pu l’observer au cours de leur mission à Barcelone.
Leur conclusion sur le caractère contagieux de la maladie satisfit pleinement le plus haut responsable politique et administratif de la principauté car il justifiait pleinement les mesures drastiques d’isolement qu’il avait prises et avaient suscité nombre de critiques, et même une tentative de résistance par la force de la part de la population qui avait contraint à prendre la fuite celui qui était considéré comme le principal responsable des dispositions prises en la matière, le docteur Badía.
En revanche, l’ensemble du corps médical espagnol fut loin de partager l’opinion de leurs collègues français. Et lorsque le docteur Manuel Hurtado de Mendoza, lui-même anti-contagioniste convaincu, fit paraître leur « avis officiel sur la maladie » qui avait ravagé Barcelone dans les Décadas médico-quirúrgicas y farmaceúticas, publiées sous l’égide de la Société de médecine de Madrid, il fit suivre leur texte d’une lettre à ses collègues français du médecin barcelonais, Francisco Piguillem, qui tout en leur témoignant le plus grand respect pour le travail effectué, réfutait vigoureusement leurs conclusions.
Cette publication dans l’une des trois revues médicales que comptait alors l’Espagne (les deux autres paraissant à Cadix et à Barcelone) marqua le début d’une campagne de réfutation de la thèse des médecins français qui prit parfois des allures de bataille de chiffonniers (voir le document n° 16). Pour pouvoir statuer en toute connaissance de cause sur le projet de loi sanitaire qui leur était soumis, les Cortès décidèrent de solliciter l’avis des principales sociétés médicales du royaume (voir le document n° 20). Mais ces consultations ne firent que mettre en évidence l’incertitude dans laquelle était plongé le corps médical puisque, par exemple, à Barcelone, huit membres de l’Académie de Médecine de la ville se prononcèrent en faveur du caractère exotique et contagieux de la fièvre jaune, contre quatre et deux abstentions pour son caractère indigène et six pour sa non-contagiosité.
Assurément, la médecine était loin d’être une science exacte et cette incapacité des médecins à trancher sur l’origine et la nature de l’épidémie qui avait sévi en Catalogne finit par exaspérer l’opinion publique espagnole qui, à diverses reprises, dénonça dans la presse des disciples d’Esculape plus propres à polémiquer et à percevoir « la piècette » due pour leurs consultations qu’à guérir les malades.
« Copia del parecer oficial de los Srs. Médicos de la comisión acerca de la enfermedad que tantos estragos ha hecho en esta capital », in Décadas médico-quirúrgicas y farmacéuticas, Madrid, Imprenta del Imparcial, por José Gallego, décembre 1821 (t. III), pp. 371-382.
Alarmiste, cette une du quotidien catalan El Periódico ? Datée du 15 mars 2020, c’est-à-dire du premier jour du confinement général de la population espagnole, elle fait état de la sidération collective qui s’est emparée des citoyens de nombreux pays où de telles mesures ont été adoptées contre la pandémie de Covid-19. Mais aussi de la réception particulière dont elles ont pu fait l’objet en Catalogne, où la crise sanitaire s’est superposée à une crise politique préalable.
Sur cette page de couverture, une photographie occupe pratiquement un tiers de la page. L’image montre une grande avenue de Barcelone presque totalement désertée. Une seule présence humaine visible, au premier plan : la silhouette d’un membre de la police municipale, en faction dans une ville vide. Une image expressive du choc collectif ressenti à l’annonce de ces mesures, qui met plus spécialement l’accent sur la désertion soudaine de l’espace collectif urbain et sur le « travail de l’ombre » effectué par les forces de l’ordre pour veiller à la sécurité de tous : un véritable classique de la ‘une de confinement’ telle qu’en ont publié quantité de journaux lors de la phase la plus aiguë de cette pandémie (Tejedor et al., 2021).
Après la photographie, c’est vers le titre, placé dans la manchette, que se porte l’attention du lecteur : « Confinados », confinés, un titre qui frappe l'attention autant par sa concision, qui autorise de grands caractères, que sa saveur de mot inaccoutumé, témoin de l’inconnu auquel tous étaient alors confrontés.
Avec ce titre, cette photographie, ainsi que quatre points clés de l’information du jour bien mis en relief en sous-tribune par une numérotation en lettrines rouges, et enfin trois articles annoncés en pied de page, la crise du coronavirus est donc l’unique sujet d’information présenté en une de ce journal, comme c’est le cas pour la quasi-totalité de la presse espagnole (Monjas-Eleta et al., 2020) et des pays les plus touchés par l’épidémie en ce mois de mars 2020 (Valles et Pérez Montoro, 2020), que ce soit sur support traditionnel ou numérique (Lázaro-Rodríguez et Herrera-Viedma, 2020).
Un contenu textuel assez dense, sur cette page, permet de baliser certains des aspects majeurs de la crise sanitaire à cet instant. Les points du dossier annoncés sont la mobilité des citoyens, la réaction des services de santé, les conséquences de l’état d’alarme pour les forces policières locales, et enfin les dégâts économiques du confinement (un article sur la question de l’afflux de chômeurs étant mis en exergue en pied de page). Ce traitement de l’information relative à la crise sanitaire est complété par deux témoignages autour du vécu individuel de la crise, livrés au moyen d'une entrevue (avec une psychologue, sur la peur paralysante que peut susciter la menace diffuse d’un virus inconnu) et d’un reportage (sur le sentiment d'insécurité des caissiers de supermarché face à l'afflux de clientèle).
Cette 'une' capte donc tout un ensemble de préoccupations qui sont celles de la société civile espagnole à l’annonce d’une mesure sans précédent dans l’histoire mondiale. Nombre d’études ont constaté la place décuplée qu’occupent les médias « traditionnels » (télévisions nationales et presse écrite) parmi les sources d’information consultées par les citoyens en temps de crise sanitaire (Westlund et Ghersetti, 2015): les journaux y font figure de véritables « valeur-refuge » dans un torrent d’information médiatique.
La presse contribue à la fois à modeler les opinions et représentations de la crise, et à relayer le discours des autorités politiques : elle est un moyen stratégique, pour les autorités décisionnaires, d’informer et de communiquer sur les mesures adoptées (Grijelmo, 2020).
Cependant, on peut douter que la seconde photographie visible sur cette page, un portrait du chef du gouvernement Pedro Sánchez —pris lors de son discours de la veille annonçant l’état d’urgence—, soit seulement une façon pour ce quotidien catalan de relayer le discours du pouvoir central. Ce quotidien de centre gauche, doté d'une édition en castillan et d'une autre édition en catalan, est le journal affichant le deuxième plus gros tirage de la presse catalane (après La Vanguardia) ; il affiche une ligne idéologique proche de celle du parti socialiste catalan (PSC), qui, depuis l’exacerbation de la crise indépendantiste catalane à partir de 2013-2014, a cherché à se repositionner sur la scène politique régionale avec un rapprochement mesuré des nouvelles coalitions de gauche comme Barcelona en Comú ou Catalunya Sí que es Pot, tout en maintenant une posture fédéraliste vis-à-vis de la question territoriale, volontiers critique à l’égard des positions centralistes du gouvernement de Madrid, fût-il socialiste.
Sur cette une, le portrait de Pedro Sánchez, réduit à une vignette en pied de page, est ainsi accompagné d’un court extrait de son discours qui concerne directement la situation catalane : « La autoridad en todo el territorio es del Gobierno español », lit-on ici, c’est-à-dire « l’autorité sur tout le territoire ressort du Gouvernement espagnol ». La citation choisie fait écho au point 3 de la tribune : « les polices autonomique et locales [sont passées] sous contrôle [du Ministère] de l'Intérieur». L’enjeu de la crise sanitaire est donc déplacé vers le terrain politique ; et en commentaire de cet extrait, le journal s’abrite derrière l’opinion de Joaquim Torra, président de la Generalitat de Catalunya et indépendantiste convaincu, qui « critique la confiscation de compétences » que suppose l’état d’urgence.
De même peut-on soumettre à plusieurs lectures la représentation d’un membre des forces de l’ordre en premier plan de la large photographie choisie pour illustrer cette une. Comme le montre G. López García (2020), la mise en scène de membres de l’armée dans la communication de crise des autorités politiques espagnoles —du « jamais vu » depuis le coup d’État du 23 février 1981— montre la gravité de cette crise. Dans la communication politique espagnole de cette première phase de la pandémie, la mise en avant des forces de l’ordre a pour fonction de promettre la sécurité qu’ils attendent, mais aussi de leur démontrer que l'État conserve le contrôle de la situation et exerce efficacement sa capacité coercitive (Amoedo-Souto, 2020). Les autorités politiques locales ont joué de ce même argument : ainsi Joaquim Torra a-t-il fait des éloges continus aux Mossos d'Esquadra dans son discours sur Twitter, construisant une image de contrôle et de pouvoir à l'heure où l'État intervenait dans les compétences de la Generalitat en matière de santé. De même que l'armée nationale et la Guardia Civil n'apparaissent pas dans ses discours, sur la « une de confinement » du quotidien El Periódico, c’est un représentant des forces de l’ordre municipales, et non nationales, qui est représenté. La guerre contre le virus, on le voit, n’a pas étouffé la rivalité entre Barcelone et Madrid.
]]>Alarmiste, cette une du quotidien catalan El Periódico ? Datée du 15 mars 2020, c’est-à-dire du premier jour du confinement général de la population espagnole, elle fait état de la sidération collective qui s’est emparée des citoyens de nombreux pays où de telles mesures ont été adoptées contre la pandémie de Covid-19. Mais aussi de la réception particulière dont elles ont pu fait l’objet en Catalogne, où la crise sanitaire s’est superposée à une crise politique préalable.
Sur cette page de couverture, une photographie occupe pratiquement un tiers de la page. L’image montre une grande avenue de Barcelone presque totalement désertée. Une seule présence humaine visible, au premier plan : la silhouette d’un membre de la police municipale, en faction dans une ville vide. Une image expressive du choc collectif ressenti à l’annonce de ces mesures, qui met plus spécialement l’accent sur la désertion soudaine de l’espace collectif urbain et sur le « travail de l’ombre » effectué par les forces de l’ordre pour veiller à la sécurité de tous : un véritable classique de la ‘une de confinement’ telle qu’en ont publié quantité de journaux lors de la phase la plus aiguë de cette pandémie (Tejedor et al., 2021).
Après la photographie, c’est vers le titre, placé dans la manchette, que se porte l’attention du lecteur : « Confinados », confinés, un titre qui frappe l'attention autant par sa concision, qui autorise de grands caractères, que sa saveur de mot inaccoutumé, témoin de l’inconnu auquel tous étaient alors confrontés.
Avec ce titre, cette photographie, ainsi que quatre points clés de l’information du jour bien mis en relief en sous-tribune par une numérotation en lettrines rouges, et enfin trois articles annoncés en pied de page, la crise du coronavirus est donc l’unique sujet d’information présenté en une de ce journal, comme c’est le cas pour la quasi-totalité de la presse espagnole (Monjas-Eleta et al., 2020) et des pays les plus touchés par l’épidémie en ce mois de mars 2020 (Valles et Pérez Montoro, 2020), que ce soit sur support traditionnel ou numérique (Lázaro-Rodríguez et Herrera-Viedma, 2020).
Un contenu textuel assez dense, sur cette page, permet de baliser certains des aspects majeurs de la crise sanitaire à cet instant. Les points du dossier annoncés sont la mobilité des citoyens, la réaction des services de santé, les conséquences de l’état d’alarme pour les forces policières locales, et enfin les dégâts économiques du confinement (un article sur la question de l’afflux de chômeurs étant mis en exergue en pied de page). Ce traitement de l’information relative à la crise sanitaire est complété par deux témoignages autour du vécu individuel de la crise, livrés au moyen d'une entrevue (avec une psychologue, sur la peur paralysante que peut susciter la menace diffuse d’un virus inconnu) et d’un reportage (sur le sentiment d'insécurité des caissiers de supermarché face à l'afflux de clientèle).
Cette 'une' capte donc tout un ensemble de préoccupations qui sont celles de la société civile espagnole à l’annonce d’une mesure sans précédent dans l’histoire mondiale. Nombre d’études ont constaté la place décuplée qu’occupent les médias « traditionnels » (télévisions nationales et presse écrite) parmi les sources d’information consultées par les citoyens en temps de crise sanitaire (Westlund et Ghersetti, 2015): les journaux y font figure de véritables « valeur-refuge » dans un torrent d’information médiatique.
La presse contribue à la fois à modeler les opinions et représentations de la crise, et à relayer le discours des autorités politiques : elle est un moyen stratégique, pour les autorités décisionnaires, d’informer et de communiquer sur les mesures adoptées (Grijelmo, 2020).
Cependant, on peut douter que la seconde photographie visible sur cette page, un portrait du chef du gouvernement Pedro Sánchez —pris lors de son discours de la veille annonçant l’état d’urgence—, soit seulement une façon pour ce quotidien catalan de relayer le discours du pouvoir central. Ce quotidien de centre gauche, doté d'une édition en castillan et d'une autre édition en catalan, est le journal affichant le deuxième plus gros tirage de la presse catalane (après La Vanguardia) ; il affiche une ligne idéologique proche de celle du parti socialiste catalan (PSC), qui, depuis l’exacerbation de la crise indépendantiste catalane à partir de 2013-2014, a cherché à se repositionner sur la scène politique régionale avec un rapprochement mesuré des nouvelles coalitions de gauche comme Barcelona en Comú ou Catalunya Sí que es Pot, tout en maintenant une posture fédéraliste vis-à-vis de la question territoriale, volontiers critique à l’égard des positions centralistes du gouvernement de Madrid, fût-il socialiste.
Sur cette une, le portrait de Pedro Sánchez, réduit à une vignette en pied de page, est ainsi accompagné d’un court extrait de son discours qui concerne directement la situation catalane : « La autoridad en todo el territorio es del Gobierno español », lit-on ici, c’est-à-dire « l’autorité sur tout le territoire ressort du Gouvernement espagnol ». La citation choisie fait écho au point 3 de la tribune : « les polices autonomique et locales [sont passées] sous contrôle [du Ministère] de l'Intérieur». L’enjeu de la crise sanitaire est donc déplacé vers le terrain politique ; et en commentaire de cet extrait, le journal s’abrite derrière l’opinion de Joaquim Torra, président de la Generalitat de Catalunya et indépendantiste convaincu, qui « critique la confiscation de compétences » que suppose l’état d’urgence.
De même peut-on soumettre à plusieurs lectures la représentation d’un membre des forces de l’ordre en premier plan de la large photographie choisie pour illustrer cette une. Comme le montre G. López García (2020), la mise en scène de membres de l’armée dans la communication de crise des autorités politiques espagnoles —du « jamais vu » depuis le coup d’État du 23 février 1981— montre la gravité de cette crise. Dans la communication politique espagnole de cette première phase de la pandémie, la mise en avant des forces de l’ordre a pour fonction de promettre la sécurité qu’ils attendent, mais aussi de leur démontrer que l'État conserve le contrôle de la situation et exerce efficacement sa capacité coercitive (Amoedo-Souto, 2020). Les autorités politiques locales ont joué de ce même argument : ainsi Joaquim Torra a-t-il fait des éloges continus aux Mossos d'Esquadra dans son discours sur Twitter, construisant une image de contrôle et de pouvoir à l'heure où l'État intervenait dans les compétences de la Generalitat en matière de santé. De même que l'armée nationale et la Guardia Civil n'apparaissent pas dans ses discours, sur la « une de confinement » du quotidien El Periódico, c’est un représentant des forces de l’ordre municipales, et non nationales, qui est représenté. La guerre contre le virus, on le voit, n’a pas étouffé la rivalité entre Barcelone et Madrid.
Grijelmo, Álex, « El periodismo en tiempos de coronavirus », El País, 24 avril 2020. En ligne : https://elpais.com/elpais/2020/04/24/el_pais_que_hacemos/1587714100_071847.html
Lázaro-Rodríguez, Pedro, y Herrera-Viedma, Enrique, « Noticias sobre COVID-19 y 2019-nCoV en medios de comunicación de España: el papel de los medios digitales en tiempos de confinamiento », El Profesional de la Información, n°29, vol. 3, 2020. DOI : https://revista.profesionaldelainformacion.com/index.php/EPI/article/view/epi.2020.may.02
López-García, Guillermo, « Vigilar y castigar: el papel de militares, policías y guardias civiles en la comunicación de la crisis del Covid-19 en España », Profesional de la información, vol. 29 / 3, mai 2020. En ligne : https://revista.profesionaldelainformacion.com/index.php/EPI/article/view/epi.2020.may.11
Monjas Eleta, Maria, Holguín, Alejandro et Gil-Torres, Alicia, « Covid-19 en las portadas de los diarios de difusión nacional en España », Revista de Comunicación y Salud, vol. 10, 2020, pp. 265‑286. En ligne: https://doi.org/10.35669/rcys.2020.10(2).265-286
Tejedor, Santiago, Cervi, Laura, Tusa Jumbo, Fernanda, [et al.], « La información de la pandemia de la Covid-19 en las portadas de los diarios. Estudio comparativo de Italia, Reino Unido, España, Francia, Portugal, Estados Unidos, Rusia y Alemania », Revista mexicana de ciencias políticas y sociales, vol. 66, n°242, 2021, p. 251‑291. En ligne : http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0185-19182021000200251&lng=es&nrm=iso&tlng=es.
Vállez, Mari et Pérez-Montoro, Mario, «La comunicación periodística en tiempos de pandemia: análisis del tratamiento de la COVID-19 en la prensa europea». Hipertext.net, 2020, n.º 21, pp. 1-13, https://doi.org/10.31009/hipertext.net.2020.i21.01
Westlund, Oscar et Ghersetti, Marina, « Modelling news media use. Positing and applying the GC/MC model to the analysis of media use in everyday life and crisis situations », Journalism studies, vol. 16, n°2, p. 133-151. DOI : https://doi.org/10.1080/1461670X.2013.868139
L’iconographie pieuse du christianisme voire de la « santería » latino-américaine est au centre de ce collage, qui présente la figure la Vierge, vêtue de la traditionnelle étoffe bleue et coiffée d'un voile crème, soulignée par une guirlande de roses aussi rouges que sa robe, qui dans les icones populaires évoquent la présence des défunts. La maladie est évoquée avec ce virus couronné et luminescent que la Vierge désigne en son sein, qui entretient une parenté à la fois sémantique et graphique avec le sacré cœur et la couronne d'épines du Christ. L'idée que ce virus constitue une menace mortelle saute au regard avec le masque à gaz que porte le personnage, qui laisse néanmoins voir son regard implorant, connectant l’imagerie religieuse à celle de la guerre, et notamment des armes chimiques déployées des Première et Seconde guerres mondiales.
L’image suggère ainsi la létalité de l’attaque chimique, aussi menaçante qu’invisible, autant qu’elle fait écho à la phraséologie politique et médiatique de la « guerre contre le virus ». Enfin, la dimension mondiale de ce combat est évoquée par la planète bleue qui coiffe la vierge à la manière d'une auréole, dont les océans couleur cyan font écho au bleu azur du manteau de cette Coronavirgen.
Ernesto Muñiz, artiste multidisciplinaire né à Mexico en 1974 et résidant actuellement en Espagne, a débuté comme photojournaliste avant de se spécialiser dans le collage (papier comme numérique). Ses œuvres, de foisonnants assemblages d’images issues de la culture populaire et jouant avec le répertoire de la contre-culture underground et l’esthétique du kitsch, lui ont conféré une notoriété internationale, qui témoignent du phénomène d’institutionnalisation du street art, bien étudié dans le cas madrilène (Puech, 2014 ; Garcia, 2020 ; Giacomaso et al., 2022). Muñiz est ainsi représenté par des agents et exposé dans des galeries du monde entier. Pourtant, nombre de ses œuvres ont été censurées sur les réseaux sociaux, et certaines autres ont fait polémique, comme son travail pour les affiches de la série Narcos México produite par Netflix (2019).
La Coronavirgen « fait partie de ma série Altares de Guerrilla (Autels de guerrilla), que j'ai commencé à coller dans les rues vers 2010 », relate l'artiste en évoquant ses débuts professionnels difficiles dans le champ artistique, après son licenciement comme photojournaliste du journal Excelsior de México. Au cours d’un entretien donné à Perla Sánchez pour La Vanguardia en avril 2020, l’artiste explique que dans cette série, « les vierges et les saints perdent leur aura divine pour refléter notre condition d'humains ». Et se surprend que des Madrilènes soient venus disposer des cierges devant des exemplaires de son collage ! On voit ainsi, dans le reportage photo accompagnant cet article, le cliché d’un employé des services de propreté de Madrid ôter respectueusement un cierge posé sur la poubelle au-dessus de laquelle est collée l’affiche, avant d’entreprendre de la décoller du mur… (Sánchez, 2020).
Pourtant, bien que cette œuvre éphémère relève de la pratique illicite du collage d’affiches et intègre la perspective de sa propre destruction dans son propos esthétique (l’arrachage partiel du papier créant d’intéressants effets graphiques), elle n’en prétend pas moins atteindre une certaine pérennité, notamment grâce à sa diffusion en série sur les murs de la ville puis proprement virale, sur les réseaux sociaux —où l’artiste possède divers comptes sous le nom @munizer. L'artiste en a décliné depuis 2020 plusieurs versions et variantes, et elle figure encore en 2022 en bandeau sur ses profil Twitter et Facebook.
Cette iconographie fusionnant les références aux univers de la religion et de la guerre a été développée, durant la pandémie, dans de multiples œuvres de street art réalisées de par le monde : relayées par les médias et les réseaux, elles ont contribué à forger une représentation visuelle globale de cette maladie nouvelle (Mitman, 2020). Objet de travaux universitaires autant que de commandes publiques, d’expositions, de promotion touristique ou de projets d’urbanismes, le street art est aujourd’hui pleinement institutionnalisé —ce qui reviendrait pour certains à dire qu’il est « fini » (Parisi, 2016).
Proclamant fièrement son « je vous salis ma rue » (Grandhomme, 2014), cette Coronavirgen, devenue virale, figure d’ores et déjà dans divers livres recueillant des photographies des « murs du confinement » (Christian et Benhamou, 2020 ; Tapies, 2020), documentant ainsi une partie de la mémoire visuelle urbaine et globalisée de la pandémie.
]]>Contagion et religion dans le street art du coronavirus
L’iconographie pieuse du christianisme voire de la « santería » latino-américaine est au centre de ce collage, qui présente la figure la Vierge, vêtue de la traditionnelle étoffe bleue et coiffée d'un voile crème, soulignée par une guirlande de roses aussi rouges que sa robe, qui dans les icones populaires évoquent la présence des défunts. La maladie est évoquée avec ce virus couronné et luminescent que la Vierge désigne en son sein, qui entretient une parenté à la fois sémantique et graphique avec le sacré cœur et la couronne d'épines du Christ. L'idée que ce virus constitue une menace mortelle saute au regard avec le masque à gaz que porte le personnage, qui laisse néanmoins voir son regard implorant, connectant l’imagerie religieuse à celle de la guerre, et notamment des armes chimiques déployées des Première et Seconde guerres mondiales.
L’image suggère ainsi la létalité de l’attaque chimique, aussi menaçante qu’invisible, autant qu’elle fait écho à la phraséologie politique et médiatique de la « guerre contre le virus ». Enfin, la dimension mondiale de ce combat est évoquée par la planète bleue qui coiffe la vierge à la manière d'une auréole, dont les océans couleur cyan font écho au bleu azur du manteau de cette Coronavirgen.
Ernesto Muñiz, artiste multidisciplinaire né à Mexico en 1974 et résidant actuellement en Espagne, a débuté comme photojournaliste avant de se spécialiser dans le collage (papier comme numérique). Ses œuvres, de foisonnants assemblages d’images issues de la culture populaire et jouant avec le répertoire de la contre-culture underground et l’esthétique du kitsch, lui ont conféré une notoriété internationale, qui témoignent du phénomène d’institutionnalisation du street art, bien étudié dans le cas madrilène (Puech, 2014 ; Garcia, 2020 ; Giacomaso et al., 2022). Muñiz est ainsi représenté par des agents et exposé dans des galeries du monde entier. Pourtant, nombre de ses œuvres ont été censurées sur les réseaux sociaux, et certaines autres ont fait polémique, comme son travail pour les affiches de la série Narcos México produite par Netflix (2019).
La Coronavirgen « fait partie de ma série Altares de Guerrilla (Autels de guerrilla), que j'ai commencé à coller dans les rues vers 2010 », relate l'artiste en évoquant ses débuts professionnels difficiles dans le champ artistique, après son licenciement comme photojournaliste du journal Excelsior de México. Au cours d’un entretien donné à Perla Sánchez pour La Vanguardia en avril 2020, l’artiste explique que dans cette série, « les vierges et les saints perdent leur aura divine pour refléter notre condition d'humains ». Et se surprend que des Madrilènes soient venus disposer des cierges devant des exemplaires de son collage ! On voit ainsi, dans le reportage photo accompagnant cet article, le cliché d’un employé des services de propreté de Madrid ôter respectueusement un cierge posé sur la poubelle au-dessus de laquelle est collée l’affiche, avant d’entreprendre de la décoller du mur… (Sánchez, 2020).
Pourtant, bien que cette œuvre éphémère relève de la pratique illicite du collage d’affiches et intègre la perspective de sa propre destruction dans son propos esthétique (l’arrachage partiel du papier créant d’intéressants effets graphiques), elle n’en prétend pas moins atteindre une certaine pérennité, notamment grâce à sa diffusion en série sur les murs de la ville puis proprement virale, sur les réseaux sociaux —où l’artiste possède divers comptes sous le nom @munizer. L'artiste en a décliné depuis 2020 plusieurs versions et variantes, et elle figure encore en 2022 en bandeau sur ses profil Twitter et Facebook.
Cette iconographie fusionnant les références aux univers de la religion et de la guerre a été développée, durant la pandémie, dans de multiples œuvres de street art réalisées de par le monde : relayées par les médias et les réseaux, elles ont contribué à forger une représentation visuelle globale de cette maladie nouvelle (Mitman, 2020). Objet de travaux universitaires autant que de commandes publiques, d’expositions, de promotion touristique ou de projets d’urbanismes, le street art est aujourd’hui pleinement institutionnalisé —ce qui reviendrait pour certains à dire qu’il est « fini » (Parisi, 2016).
Proclamant fièrement son « je vous salis ma rue » (Grandhomme, 2014), cette Coronavirgen, devenue virale, figure d’ores et déjà dans divers livres recueillant des photographies des « murs du confinement » (Christian et Benhamou, 2020 ; Tapies, 2020), documentant ainsi une partie de la mémoire visuelle urbaine et globalisée de la pandémie.
Christian, Marie et Benhamou, Cyrille, Les murs du confinement: street art et Covid-19, Bordeaux, Librairie Mollat, 2020, 286 p.
Garcia, Lisa, « Entre ville brouillon et ville chef-d’œuvre : le graffiti et le street art dans la construction du paysage urbain à Madrid, 2015-2020 », HispanismeS. Revue de la Société des Hispanistes Français, n°14, 2019. En ligne : https://journals.openedition.org/hispanismes/374.
Giacomasso, María Vanesa, Mariano, Mercedes et Conforti, María Eugenia, « Procesos de comunicación urbana en la producción de grafitis. El patrimonio como escenario de disputas », Ánfora: Revista Científica de la Universidad Autónoma de Manizales, vol. 29, n°53, 2022, pp. 214‑242. En ligne : https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8512332.
Grandhomme, Virginie, Je vous salis ma rue, film documentaire, CNRS-Images, 2014, 37 min. En ligne : https://images.cnrs.fr/video/4167.
Mitman, Tyson, « Quand la pandémie inspire le street art », The Conversation, 27 mai 2020, publication originale en anglais le 18 mai 2020. En ligne : http://theconversation.com/quand-la-pandemie-inspire-le-street-art-139312.
Parisi, Vittorio, « Le « street art » est-il fini ? », Cahiers de Narratologie. Analyse et théorie narratives, REVEL, n°30, 2016. En ligne : http://journals.openedition.org/narratologie/7511.
Puech, Anne, Street art contestataire et revendicatif en Espagne : formes et pouvoir, d’un engagement esthétique, social et politique contemporain, thèse de doctorat, Université d’Angers, 2014. En ligne: https://theses.hal.science/tel-01704611
Tapies, Xavier, La street art ai tempi del coronavirus. Edizione illustrata, Milan, L’Ippocampo, 2020, 128 p.
Ortiz, Delia Angélica, « Coronavirgen, ruega por nosotros », El Sol de México, 12 mars 2021. En ligne : https://www.elsoldemexico.com.mx/cultura/arte/coronavirgen-ruega-por-nosotros-6469939.html.
La majorité des députés se refusa toutefois à se prononcer sur des considérations exclusivement politiques et préféra s’en tenir (au moins en apparence) à des critères strictement médicaux. Aussi l’assemblée demanda-t-elle officiellement l’avis de sociétés savantes comme les académies ou écoles de médecine de Barcelone, Cadix et autres lieux généralement affectés par des épidémies de fièvre jaune. La commission médicale créée en son sein se chargea donc de présenter aux députés la synthèse des réponses obtenues, ainsi que l’opinion d’éminents médecins anticontagionistes comme l’Espagnol Alonso de María ou le Français Devèze qui exercèrent un véritable lobbying auprès des Cortès, érigées en la circonstance en comité national scientifique dans un domaine où fort peu de ses membres avaient une quelconque compétence.
Lorsqu’il vint fort tardivement en discussion devant les Cortès ordinaires de 1822-1823, sous le gouvernement de San Miguel, les 19 et 20 novembre 1822, ce projet de loi sanitaire fut purement et simplement rejeté. On était loin de l’harmonisation en la matière entre les législations française et espagnole dont avaient rêvé certains.
]]>Comme en France, les mesures d’exception prises en Espagne par les responsables politiques, à la demande des autorités sanitaires locales lors de l’épidémie de fièvre jaune qui sévit en Catalogne en 1821, ne reposaient sur aucune base légale, et s’accordaient mal avec les principes de liberté proclamés dans la Constitution de la monarchie espagnole rétablie en mars 1820. Aussi, au vu du rapport adressé, au terme de leur séjour à Barcelone, par les membres de la commission française au chef politique de la Catalogne (voir document n° 15), ainsi que de divers documents formulés par des institutions ou personnalités médicales espagnoles, le gouvernement de Madrid, à la tête duquel se trouvait Martínez de la Rosa, soumit aux Cortès extraordinaires de 1822 un projet de règlement sanitaire qui fut transmis à la commission ad hoc de cette assemblée et donnait force de loi aux dispositions drastiques d’isolement prises pendant l’épidémie de fièvre jaune en Catalogne et notamment l’établissement d’un cordon sanitaire destiné à séparer les zones contaminées de celles qui ne l’étaient pas. Ce projet fut aussitôt attaqué par les libéraux exaltés, notamment par le député Seoane qui dénonça les mesures « tyranniques » qui avaient alors été prises au détriment des libertés individuelles, du bon fonctionnement du commerce et de l’industrie, tandis que d’aucuns faisaient observer que les cordons sanitaires installés sur le territoire national coûtaient des millions et ruinaient les finances de l’Etat.
La majorité des députés se refusa toutefois à se prononcer sur des considérations exclusivement politiques et préféra s’en tenir (au moins en apparence) à des critères strictement médicaux. Aussi l’assemblée demanda-t-elle officiellement l’avis de sociétés savantes comme les académies ou écoles de médecine de Barcelone, Cadix et autres lieux généralement affectés par des épidémies de fièvre jaune. La commission médicale créée en son sein se chargea donc de présenter aux députés la synthèse des réponses obtenues, ainsi que l’opinion d’éminents médecins anticontagionistes comme l’Espagnol Alonso de María ou le Français Devèze qui exercèrent un véritable lobbying auprès des Cortès, érigées en la circonstance en comité national scientifique dans un domaine où fort peu de ses membres avaient une quelconque compétence.
Lorsqu’il vint fort tardivement en discussion devant les Cortès ordinaires de 1822-1823, sous le gouvernement de San Miguel, les 19 et 20 novembre 1822, ce projet de loi sanitaire fut purement et simplement rejeté. On était loin de l’harmonisation en la matière entre les législations française et espagnole dont avaient rêvé certains.
Se puede escuchar desde aquí.
Esta relación originada en el hablar popular hizo que los principales dibujantes en los diarios dedicaran algunas de sus viñetas al tema del «Soldado de Nápoles» y, con ello, trazaran muy eficazmente el gráfico de la preocupación —al principio, exigua y, más tarde, dramática— que la enfermedad iba tomando en el pueblo llano y en sus dirigentes.
Uno de los primeros autores que acudió a la idea fácil del juego de palabras con el que se traducía la palabra «soldado» fue Lorenzo Aguirre (1884-1942), quien publicó su visión en la página cinco del diario El Fígaro del 14 de septiembre de 1918.
Es —si se quiere ver así— un chiste prosaico y facilón a raíz del juego de palabras que llama a la risa y que todo el mundo entendía a la perfección sin mayor explicación. Todos andaban entonces «con el soldado», es decir, contagiados con la gripe, lo que resultaba comparativamente degradante para cualquier otra clase del escalafón militar que no fuera la más baja.
Este primer chiste gráfico dialogado, de fácil interpretación, refleja al mismo tiempo la desesperación de los médicos que no saben cómo abordar el problema de la epidemia y recurren a soluciones ingeniosas, tan ingeniosas como las situaciones que diseñan los dibujantes.
Con respecto al tipo de dibujo que emplea aquí el autor, la composición de Aguirre conforma una viñeta muy armada y compacta —se nota que es pintor— donde el uso del rayado en una reproducción de grabado por línea le sirve para simular tramas y, con ellas, distintas texturas que dan profundidad a la escena.
Pero a finales de septiembre el «soldado» ya no da risa. Lo que produce es pánico y frustración, y Aguirre, que ya no se toma a broma el tema de la gripe, compone una viñeta en la que alerta de la necesidad de tomar ciertas medidas de manera urgente. El día 25, en el mismo diario, publica 'Última hora', una composición acertada de la situación en España donde se ha extendido la pandemia —el soldado yace por toda la geografía patria representada en los carteles— y comienzan a faltar cementerios.
A pesar de la ironía, queda claro el aviso que propone Aguirre en esta composición que desmiente los comunicados oficiales sobre el control de la pandemia y urge a tomar medidas concretas, no ya únicamente en Madrid sino en todo el país.
A juicio de Barreda Pérez (2019), «Lorenzo Aguirre fue depurando sus dibujos, convirtiéndose en un gran sintetista del trazo. Elaboraba unos tipos que servían de arquetipos generales, es decir, personajes que pueden quedar en la memoria popular… convirtiendo a todos estos personajes en protagonistas de sus escenas y significándose como el humorista de rasgos morales. Convirtió su obra en reportajes de su época».
En la misma línea, y con claros indicios de una inspiración ligeramente interpretada del tema, aparece en Heraldo de Madrid, el dos de octubre de 1918, otra viñeta de Sileno (Pedro Antonio Villahermosa Borao, 1869-1945), que, si bien no representa al soldado raso —en su lugar dibuja a un general para dejar claro que la enfermedad ha subido de rango—, insiste a través de los carteles de la poblaciones en la anterior idea de Aguirre y utiliza la palabra «general» para conferir un doble sentido: la más alta graduación militar y la extensión generalizada a todo el país.
Estos juegos de palabras serán habituales en las publicaciones de la prensa madrileña de la época —fueran sobre la gripe o no— y, por extensión, en todos los diarios de provincias. Sileno también publicaba en Abc y otras revistas varias (López de Zuazo, 1981: 586).
El ‘Soldado de Nápoles’
Ya la primera ola de la gripe que asoló España en la primavera de 1918 —sobre todo en Madrid— hizo nacer aquí un nombre muy particular que no se entendía en ningún otro lugar de los muchos por donde se extendió la pandemia. Entre la población afectada se la comenzó a denominar como ‘El Soldado’, no porque su origen hubiera estado en los cuarteles, sino porque la gripe era tan pegadiza — es decir, tan contagiosa— como la melodía que centraba el cuadro ‘Soldado de Nápoles’ en una zarzuela entonces de moda y que cantaba media España. Era uno de los números musicales de La canción del olvido, obra del maestro José Serrano (1873-1941) que se representaba en marzo del mismo año con gran éxito en el Teatro de la Zarzuela de la capital, aunque su estreno había sido dos años atrás en Valencia.
Se puede escuchar desde aquí.
Esta relación originada en el hablar popular hizo que los principales dibujantes en los diarios dedicaran algunas de sus viñetas al tema del «Soldado de Nápoles» y, con ello, trazaran muy eficazmente el gráfico de la preocupación —al principio, exigua y, más tarde, dramática— que la enfermedad iba tomando en el pueblo llano y en sus dirigentes.
Uno de los primeros autores que acudió a la idea fácil del juego de palabras con el que se traducía la palabra «soldado» fue Lorenzo Aguirre (1884-1942), quien publicó su visión en la página cinco del diario El Fígaro del 14 de septiembre de 1918.
Es —si se quiere ver así— un chiste prosaico y facilón a raíz del juego de palabras que llama a la risa y que todo el mundo entendía a la perfección sin mayor explicación. Todos andaban entonces «con el soldado», es decir, contagiados con la gripe, lo que resultaba comparativamente degradante para cualquier otra clase del escalafón militar que no fuera la más baja.
Este primer chiste gráfico dialogado, de fácil interpretación, refleja al mismo tiempo la desesperación de los médicos que no saben cómo abordar el problema de la epidemia y recurren a soluciones ingeniosas, tan ingeniosas como las situaciones que diseñan los dibujantes.
Con respecto al tipo de dibujo que emplea aquí el autor, la composición de Aguirre conforma una viñeta muy armada y compacta —se nota que es pintor— donde el uso del rayado en una reproducción de grabado por línea le sirve para simular tramas y, con ellas, distintas texturas que dan profundidad a la escena.
Pero a finales de septiembre el «soldado» ya no da risa. Lo que produce es pánico y frustración, y Aguirre, que ya no se toma a broma el tema de la gripe, compone una viñeta en la que alerta de la necesidad de tomar ciertas medidas de manera urgente. El día 25, en el mismo diario, publica 'Última hora', una composición acertada de la situación en España donde se ha extendido la pandemia —el soldado yace por toda la geografía patria representada en los carteles— y comienzan a faltar cementerios.
A pesar de la ironía, queda claro el aviso que propone Aguirre en esta composición que desmiente los comunicados oficiales sobre el control de la pandemia y urge a tomar medidas concretas, no ya únicamente en Madrid sino en todo el país.
A juicio de Barreda Pérez (2019), «Lorenzo Aguirre fue depurando sus dibujos, convirtiéndose en un gran sintetista del trazo. Elaboraba unos tipos que servían de arquetipos generales, es decir, personajes que pueden quedar en la memoria popular… convirtiendo a todos estos personajes en protagonistas de sus escenas y significándose como el humorista de rasgos morales. Convirtió su obra en reportajes de su época».
En la misma línea, y con claros indicios de una inspiración ligeramente interpretada del tema, aparece en Heraldo de Madrid, el dos de octubre de 1918, otra viñeta de Sileno (Pedro Antonio Villahermosa Borao, 1869-1945), que, si bien no representa al soldado raso —en su lugar dibuja a un general para dejar claro que la enfermedad ha subido de rango—, insiste a través de los carteles de la poblaciones en la anterior idea de Aguirre y utiliza la palabra «general» para conferir un doble sentido: la más alta graduación militar y la extensión generalizada a todo el país.
Estos juegos de palabras serán habituales en las publicaciones de la prensa madrileña de la época —fueran sobre la gripe o no— y, por extensión, en todos los diarios de provincias. Sileno también publicaba en Abc y otras revistas varias (López de Zuazo, 1981: 586).
On peut l'entendre ici.
Cette relation issue du parler populaire a conduit les principaux dessinateurs des journaux à consacrer certaines de leurs vignettes au thème du « Soldat de Naples » et, ce faisant, à représenter graphiquement, de façon très efficace, l’inquiétude —faible d’abord, puis, dramatique— que la maladie provoquait chez les gens du peuple et leurs dirigeants.
L’un des premiers auteurs à recourir à l’idée facile du jeu de mots par lequel était traduit le terme « soldat » est Lorenzo Aguirre (1884-1942), qui a publié sa vision en page cinq du quotidien El Fígaro du 14 septembre 1918.
C’est — si l'on veut — une blague facile et prosaïque à partir du jeu de mots qui provoque le rire et que tout le monde comprenait parfaitement sans qu’il faille plus d’explications. Tout le monde était « comme le soldat » c’est-à-dire infecté par la grippe, ce qui, dans les rangs de l’armée, était en comparaison dégradant pour tous ceux qui n’appartenaient pas à la classe la plus basse.
Cette première blague graphique dialoguée, facile à interpréter, reflète en même temps le désespoir des médecins qui ne savent pas comment aborder le problème de l'épidémie et ont recours à des solutions ingénieuses, aussi ingénieuses que les situations créées par les dessinateurs.
En ce qui concerne le type de dessin employé ici par l’auteur, la composition d’Aguirre donne une vignette très bien conçue et compacte — on sent qu’il est peintre — où l’utilisation des hachures dans une reproduction de la gravure au trait sert à simuler des trames et, avec elles, différentes textures qui donnent de la profondeur à la scène.
Mais, fin septembre, le « soldat » ne fait plus rire. Ce qu’il engendre, c’est la panique et la frustration, et Aguirre, qui ne prend plus la grippe pour une plaisanterie, compose une caricature dans laquelle il alerte sur la nécessité de prendre des mesures de toute urgence. Le 25, dans le même journal, il publie « Última hora » (Dernière heure), une composition précise de la situation en Espagne, où la pandémie s'est répandue — le soldat gît à travers le pays tout entier représenté sur les affiches — et où les cimetières commencent à manquer.
Malgré l'ironie, l'avertissement lancé par Aguirre dans cette composition est clair ; il contredit les déclarations officielles sur le contrôle de la pandémie et exhorte à prendre des mesures concrètes, non plus seulement à Madrid mais dans tout le pays.
Selon Barreda Pérez (2019), « Lorenzo Aguirre a progressivement épuré ses dessins, devenant un grand synthétiste du trait. Il élaborait des types qui servaient d'archétypes généraux, c'est-à-dire, des personnages qui pouvaient rester dans la mémoire populaire... faisant de tous ces personnages les protagonistes de ses scènes et s'imposant comme un humoriste à caractère moral. Il a fait de son œuvre un reportage sur son époque ».
Dans la même lignée, et avec des indices évidents d'une inspiration légèrement interprétée du thème, une autre caricature de Sileno (Pedro Antonio Villahermosa Borao, 1869-1945) apparaît dans l'Heraldo de Madrid le 2 octobre 1918. Quoi qu'elle ne représente pas le simple soldat, mais un général pour montrer que la maladie est montée en grade, elle insiste, à travers les panneaux des localités sur l'idée précédente d'Aguirre et utilise le mot « général » pour lui conférer un double sens : le plus haut grade militaire et la propagation généralisée à l’ensemble du pays.
Ces jeux de mots seront monnaie courante dans les publications de la presse madrilène de l'époque — qu'elles traitent ou non de la grippe— et, par extension, dans tous les quotidiens de province. Sileno a également publié dans ABC et dans diverses autres revues (López de Zuazo, 1981 : 586).
González-Díez, Laura y Pérez Cuadrado, Pedro, "L'humour graphique à l'image de la presse quotidienne madrilène pendant la ‘grippe espagnole’ 1918-1919: Aguirre dans El Fígaro". Journée d'Etudes L’information à l’épreuve des crises sanitaires (France -Espagne, XVIIIe – XXIe s.) – II., UMR TELEMMe, AMU, CNRS, 25 février 2022, MMSH, Aix-en-Provence.
Aguirre, Lorenzo, "¿Otra vez la gripe?", in El Fígaro, Madrid, 14 de septiembre de 1918 (n° 31), p. 5.
Aguirre, Lorenzo, "Última hora", in El Fígaro, Madrid, 25 de septiembre de 1918 (n° 42), p. 5.
41 x 57 cm
Como se ha comprobado a posteriori, la epidemia nació en campos militares de Estados Unidos y, a través de los soldados involucrados en la Gran Guerra (La I Guerra Mundial), llegó a Europa y se propagó con rapidez. Los países envueltos en el conflicto utilizaron la censura para ocultar la enfermedad, pero España, que permanecía neutral, pronto vio reflejada en su prensa los efectos devastadores que suponía.
Frente a las preguntas incontestables que el estallido de una pandemia supone (qué es, qué la produce, cómo se cura, etc.), los diarios abordaron el tema, al principio, con la idea de no causar alarma entre sus lectores. Y ya en junio de 1918 abundaban los géneros periodísticos que destacaban el tema. Entre ellos, uno muy habitual entonces que, desde el siglo anterior, se había hecho habitual en todos los periódicos: el humor gráfico dialogado, una especie de viñeta que abordaba los temas, con cierta sorna casi siempre, a partir de un dibujo y los comentarios de los personajes que aparecían en él —con más del 40 por ciento de la población analfabeta (Liébana Collado, 2009: 11), el lenguaje de la imagen, el dibujo y la fotografía suponían un gran atractivo—.
Entre los autores de estos ‘chistes dialogados’ hay que destacar a Sileno y Tovar, en Abc y Heraldo de Madrid; a Aguirre, en El Fígaro; a Auriger, en La Acción; y a Luis Bagaria, en El Sol.
Luis Bagaria Bou (1882-1940) fue un dibujante de Barcelona que trabajó para El Sol en Madrid y, más tarde, para La Vanguardia catalana (López de Zuazo, 1981: 57). Está considerado un renovador del género debido a la limpieza de sus trazos y la expresión sintética de sus obras, donde dominaban las líneas curvas que tanto usó (Mihura, 1966: 442).
«Si durante muchos años estuvo olvidado el nombre de Luis Bagaria, sepultado en la lucha cainita de la España enterrada por la otra media, en el sentir de Larra, […] el sarcástico Bagaria habría de convertirse en tema resurrecto y trascendente, a través del ímpetu intelectual de un joven universitario español, el catedrático Antonio Elorza, al dedicarle un cuidadoso y exhaustivo estudio, titulado: 'Luis Bagaria, el humor y la política', penetrante interpretación del liberalismo español, a través de la geometría curva de uno de los más agudos lápices de nuestro periodismo» (Altabella, 1991: 68).
Luis Bagaria publicó su primera viñeta sobre la gripe española el 7 de junio de 1918, en la página tres de El Sol, un trabajo que se corresponde —como decíamos— a la idea de averiguar dónde está el origen del mal que ya afecta a gran parte de la población. En el encuadre, un grupo de biólogos pregunta figuradamente al que entonces consideraban un bacilo por su esencia. Es un trabajo que lleva a la risa por dos sencillas razones: una, por la forma en que Bagaria representa a un bicho de líneas curvas con apariencia de insecto —más que otra cosa—; y dos, por la crítica directa que lanza a los expertos que, en aquel momento, se corresponde con la primera ola de la pandemia.
Cuando la epidemia se hizo más notoria, y aumentaron exponencialmente el número de fallecidos, la preocupación se hizo más patente por el hecho de que determinados sectores de la población siguieran haciendo gala de un optimismo que difícilmente se entendía ya. Es entonces cuando se terminan las bromas y aparece una especie de humor negro, como el que se aprecia en la viñeta de Bagaria que hemos elegido como principal ejemplo de esta referencia.
Para captar la fina ironía del chiste hay que tener en cuenta cómo en Madrid, el 14 de octubre de 1918 —en plena segunda ola—, día de la publicación en la portada de El Sol, aún no se habían tomado medidas enérgicas porque las autoridades sanitarias pensaban que la epidemia estaba ahora afectando sobre todo «en provincias». Ya ese mismo día 14, en su página cuatro, bajo el título ‘Los estragos de la epidemia’, el mismo diario informaba de las primeras medidas en la capital de España.
La crítica a la inacción vuelve a la obra de Bagaria en la última referencia que el autor hace a la enfermedad, el día 18 del mismo mes, en la página cuatro, donde otra representación del microbio Pfeiffer se regodea de lo bien que le va en España y «cómo engorda sin que nadie le moleste».
]]>La ‘gripe española’, entre la risa y el sarcasmo del humor gráfico dialogado en la prensa de Madrid 1918-1919: Luis Bagaria
La conocida como ‘gripe española’ fue una pandemia a nivel mundial que asoló —en distintos momentos— a una gran mayoría de los habitantes (hay cifras diversas sobre los millones de víctimas). En España se contabilizan tres olas diferentes entre 1918 y 1919, aunque, en algunos territorios se dieron casos hasta muy entrado 1920.
Como se ha comprobado a posteriori, la epidemia nació en campos militares de Estados Unidos y, a través de los soldados involucrados en la Gran Guerra (La I Guerra Mundial), llegó a Europa y se propagó con rapidez. Los países envueltos en el conflicto utilizaron la censura para ocultar la enfermedad, pero España, que permanecía neutral, pronto vio reflejada en su prensa los efectos devastadores que suponía.
Frente a las preguntas incontestables que el estallido de una pandemia supone (qué es, qué la produce, cómo se cura, etc.), los diarios abordaron el tema, al principio, con la idea de no causar alarma entre sus lectores. Y ya en junio de 1918 abundaban los géneros periodísticos que destacaban el tema. Entre ellos, uno muy habitual entonces que, desde el siglo anterior, se había hecho habitual en todos los periódicos: el humor gráfico dialogado, una especie de viñeta que abordaba los temas, con cierta sorna casi siempre, a partir de un dibujo y los comentarios de los personajes que aparecían en él —con más del 40 por ciento de la población analfabeta (Liébana Collado, 2009: 11), el lenguaje de la imagen, el dibujo y la fotografía suponían un gran atractivo—.
Entre los autores de estos ‘chistes dialogados’ hay que destacar a Sileno y Tovar, en Abc y Heraldo de Madrid; a Aguirre, en El Fígaro; a Auriger, en La Acción; y a Luis Bagaria, en El Sol.
Luis Bagaria Bou (1882-1940) fue un dibujante de Barcelona que trabajó para El Sol en Madrid y, más tarde, para La Vanguardia catalana (López de Zuazo, 1981: 57). Está considerado un renovador del género debido a la limpieza de sus trazos y la expresión sintética de sus obras, donde dominaban las líneas curvas que tanto usó (Mihura, 1966: 442).
«Si durante muchos años estuvo olvidado el nombre de Luis Bagaria, sepultado en la lucha cainita de la España enterrada por la otra media, en el sentir de Larra, […] el sarcástico Bagaria habría de convertirse en tema resurrecto y trascendente, a través del ímpetu intelectual de un joven universitario español, el catedrático Antonio Elorza, al dedicarle un cuidadoso y exhaustivo estudio, titulado: 'Luis Bagaria, el humor y la política', penetrante interpretación del liberalismo español, a través de la geometría curva de uno de los más agudos lápices de nuestro periodismo» (Altabella, 1991: 68).
Luis Bagaria publicó su primera viñeta sobre la gripe española el 7 de junio de 1918, en la página tres de El Sol, un trabajo que se corresponde —como decíamos— a la idea de averiguar dónde está el origen del mal que ya afecta a gran parte de la población. En el encuadre, un grupo de biólogos pregunta figuradamente al que entonces consideraban un bacilo por su esencia. Es un trabajo que lleva a la risa por dos sencillas razones: una, por la forma en que Bagaria representa a un bicho de líneas curvas con apariencia de insecto —más que otra cosa—; y dos, por la crítica directa que lanza a los expertos que, en aquel momento, se corresponde con la primera ola de la pandemia.
Cuando la epidemia se hizo más notoria, y aumentaron exponencialmente el número de fallecidos, la preocupación se hizo más patente por el hecho de que determinados sectores de la población siguieran haciendo gala de un optimismo que difícilmente se entendía ya. Es entonces cuando se terminan las bromas y aparece una especie de humor negro, como el que se aprecia en la viñeta de Bagaria que hemos elegido como principal ejemplo de esta referencia.
Para captar la fina ironía del chiste hay que tener en cuenta cómo en Madrid, el 14 de octubre de 1918 —en plena segunda ola—, día de la publicación en la portada de El Sol, aún no se habían tomado medidas enérgicas porque las autoridades sanitarias pensaban que la epidemia estaba ahora afectando sobre todo «en provincias». Ya ese mismo día 14, en su página cuatro, bajo el título ‘Los estragos de la epidemia’, el mismo diario informaba de las primeras medidas en la capital de España.
La crítica a la inacción vuelve a la obra de Bagaria en la última referencia que el autor hace a la enfermedad, el día 18 del mismo mes, en la página cuatro, donde otra representación del microbio Pfeiffer se regodea de lo bien que le va en España y «cómo engorda sin que nadie le moleste».
Ce que l’on connaît sous le nom de « grippe espagnole » fut une pandémie à l’échelle mondiale qui faucha — à différents moments — une très large partie de la population (il y a divers chiffres sur les millions de victimes). On comptabilise pour l’Espagne trois vagues distinctes entre 1918 et 1919, bien que des cas aient été avérés dans certaines régions courant 1920.
Comme cela a été démontré a posteriori, l’épidémie est née dans des campements militaires aux Etats-Unis et, par l’entremise des soldats ayant pris part à la Grande Guerre (la Première Guerre mondiale), elle arriva en Europe et s’y propagea rapidement. Les pays impliqués dans le conflit utilisèrent la censure pour occulter la maladie, mais en Espagne, demeurée neutre, ses effets dévastateurs furent rapidement visibles dans la presse.
Face aux questions qu’entraîne obligatoirement le déclanchement d’une épidémie (de quoi s’agit-il, quelle en est la cause, quels sont les remèdes, etc.), les journaux abordèrent le sujet, initialement, avec l’intention de pas alarmer leurs lecteurs. Dès juin 1918, de nombreux genres journalistiques sont mobilisés pour traiter de la question. Parmi ceux-là, il s’en trouve un alors particulièrement usuel alors et qui depuis le siècle antérieur était monnaie courante dans tous les périodiques : l’humour graphique dialogué, une espèce de vignette qui aborde les sujets, presque toujours sur le ton de la moquerie, en combinant un dessin et les commentaires des personnages qui y sont représentés. Avec une population à 40 % analphabète (Liébana Collado, 2009: 11), le langage de l’image, le dessin et la photographie offraient un grand attrait.
Parmi les auteurs de ces « plaisanteries dialoguées » se distinguent Sileno et Tovar, pour ABC et Heraldo de Madrid ; Aguirre, pour El Fígaro; Auriger, pour La Acción; et Luis Bagaria, pour El Sol.
Luis Bagaria Bou (1882-1940) fut un dessinateur barcelonais qui travailla pour El Sol à Madrid et, plus tard, pour La Vanguardia catalane (López de Zuazo, 1981: 57). On le considère comme celui qui renouvela le genre par la pureté de son trait de crayon et le caractère synthétique de ses œuvres, où dominent les lignes courbes qu’il a tant utilisées. « Si pendant de nombreuses années le nom de Luis Bagaria fut oublié, enseveli dans la lutte fratricide de l’Espagne enterrée par son autre moitié, comme disait Larra, […] le sarcastique Bagaria allait ressusciter et devenir un sujet capital, grâce à la fougue intellectuelle d’un jeune universitaire espagnol, le professeur Antonio Elorza, qui lui consacra une étude rigoureuse et exhaustive, intitulée : ‘Luis Bagaria, l’humour et la politique’, pénétrante interprétation du libéralisme espagnol, à travers la géométrie courbe de l’un des crayons les plus affilés de notre journalisme » (Altabella, 1991 : 68).
Lorsque l’épidémie devint plus notoire et que le nombre de morts augmenta de manière exponentielle, l’inquiétude s’accentua car plusieurs secteurs de la population faisaient toujours montre d’un optimisme difficile à comprendre à ce stade. C’est alors que les plaisanteries s’effacent et qu’apparaît une sorte d’humour noir, comme en témoigne le dessein de Bagaria que nous avons choisie ici comme principal exemple.
Pour capter la fine ironie de cette plaisanterie, il faut tenir compte du fait qu’à Madrid, le 14 octobre 1918 —en pleine deuxième vague—, jour de sa publication à la une de El Sol, aucune mesure énergique n’avait encore été prise par les autorités sanitaires qui pensaient que l’épidémie sévissait alors surtout « en province ». Ce même 14 octobre, en page 4, sous le titre « les ravages de l’épidémie », ce même journal rendaient compte des premières mesures adoptées dans la capitale.
La dénonciation de cette inaction est à nouveau présente dans l’œuvre de Bagaria dans la dernière référence faite par l’auteur à la maladie, le 18 du même mois, en page quatre, où le microbe Pfeiffer, représenté sous une autre forme, se félicite de sa réussite en Espagne et du fait « qu’il grossit sans que personne ne le gêne ».
Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital
Notice du catalogue
Permalien document: El Sol, 14 de octubre de 1918.
Permalien document: El Sol, 7 de junio de 1918.
Permalien document: El Sol, 18 de octubre de 1918.
L’un des plus virulents tenants de la thèse anticontagioniste fut le docteur Jean Leymerie. Cet ancien médecin-chef de l’hôpital Saint-Jacques à Paris, avait renoncé à la nationalité française pour devenir citoyen des Etats-Unis d’Amérique et s’était installé à Madrid où il exploitait une société de bains. Ardant libéral, il avait publié en 1820 un ouvrage intitulé La medicina constitucionalizada y revolucionada por las ciencias exactas o la muerte de los falsos médicos (la médecine constitutionalisée et révolutionnée par les sciences exactes ou la mort des faux médecins) qui ne laissait aucun doute sur son engagement politique. Malgré cela, et bien qu’il ne fût plus sujet de S. M. Louis XVIII, il obtint en octobre 1821 de l’ambassadeur de France en Espagne, le comte de Lagarde (qui ne tarda guère à se repentir de sa décision) des fonds qui lui permirent de rejoindre les médecins envoyés à Barcelone pour observer l’épidémie de fièvre jaune qui s’y était déclarée.
S’il prétendit avoir assisté jusqu’à son ultime soupir le docteur Mazet, victime selon lui « du grand Pariset » (alors qu’il n’arriva à Barcelone que quelques jours après le décès de son jeune collègue), ses rapports avec les « médecins du roi de France » (comme on les qualifia parfois) furent exécrables, notamment avec Pariset qui lui aurait déclaré, à bout d’arguments, qu’à tout ce qu’il dirait, ils déclareraient, eux, que cela n’était pas vrai et que l’on les croirait, eux, et pas lui.
Il attendit le départ de Barcelone des membres de la commission sanitaire française de retour en France pour publier, en janvier 1822, l’opuscule intitulé Protesta del médico fiscal… dont on peut voir ci-dessus la première page. Se disant abusivement avoir été commissionné par la France et les Etats-Unis d’Amérique pour observer l’épidémie qui sévissait à Barcelone il s’en prenait violemment à ses collègues et notamment à Pariset qu’il accusait (non sans raison) d’avoir accompli une mission plus politique que médicale. Cet ouvrage eut d’autant plus de retentissement que le secrétaire du consulat de Barcelone y répondit dans une longue réfutation publiée dans un supplément au Diario de Barcelona qui eut surtout pour effet d’attirer l’attention du grand public sur un opuscule dont, sans cela, il n’aurait jamais eu connaissance. L’ouvrage resta ignoré en France, mais contribua en Espagne (malgré les nombreux honneurs qui leurs furent rendus) à dégrader l’image des membres de la commission sanitaire française et est l’exemple le plus achevé des luttes qui divisèrent alors le corps médical.
]]>Face à la fièvre jaune, le corps médical se divisa, en France comme en Europe, aux Etats-Unis d’Amérique ou au Canada, entre contagionistes et anticontagionistes qui s’affrontèrent, dans des polémiques, qui dépassèrent parfois les limites de la confrontation scientifique de bon aloi, sur les causes de la propagation de la maladie et par conséquent les moyens de l’éradiquer.
L’un des plus virulents tenants de la thèse anticontagioniste fut le docteur Jean Leymerie. Cet ancien médecin-chef de l’hôpital Saint-Jacques à Paris, avait renoncé à la nationalité française pour devenir citoyen des Etats-Unis d’Amérique et s’était installé à Madrid où il exploitait une société de bains. Ardant libéral, il avait publié en 1820 un ouvrage intitulé La medicina constitucionalizada y revolucionada por las ciencias exactas o la muerte de los falsos médicos (la médecine constitutionalisée et révolutionnée par les sciences exactes ou la mort des faux médecins) qui ne laissait aucun doute sur son engagement politique. Malgré cela, et bien qu’il ne fût plus sujet de S. M. Louis XVIII, il obtint en octobre 1821 de l’ambassadeur de France en Espagne, le comte de Lagarde (qui ne tarda guère à se repentir de sa décision) des fonds qui lui permirent de rejoindre les médecins envoyés à Barcelone pour observer l’épidémie de fièvre jaune qui s’y était déclarée.
S’il prétendit avoir assisté jusqu’à son ultime soupir le docteur Mazet, victime selon lui « du grand Pariset » (alors qu’il n’arriva à Barcelone que quelques jours après le décès de son jeune collègue), ses rapports avec les « médecins du roi de France » (comme on les qualifia parfois) furent exécrables, notamment avec Pariset qui lui aurait déclaré, à bout d’arguments, qu’à tout ce qu’il dirait, ils déclareraient, eux, que cela n’était pas vrai et que l’on les croirait, eux, et pas lui.
Il attendit le départ de Barcelone des membres de la commission sanitaire française de retour en France pour publier, en janvier 1822, l’opuscule intitulé Protesta del médico fiscal… dont on peut voir ci-dessus la première page. Se disant abusivement avoir été commissionné par la France et les Etats-Unis d’Amérique pour observer l’épidémie qui sévissait à Barcelone il s’en prenait violemment à ses collègues et notamment à Pariset qu’il accusait (non sans raison) d’avoir accompli une mission plus politique que médicale. Cet ouvrage eut d’autant plus de retentissement que le secrétaire du consulat de Barcelone y répondit dans une longue réfutation publiée dans un supplément au Diario de Barcelona qui eut surtout pour effet d’attirer l’attention du grand public sur un opuscule dont, sans cela, il n’aurait jamais eu connaissance. L’ouvrage resta ignoré en France, mais contribua en Espagne (malgré les nombreux honneurs qui leurs furent rendus) à dégrader l’image des membres de la commission sanitaire française et est l’exemple le plus achevé des luttes qui divisèrent alors le corps médical.
Pour assurer la plus grande diffusion auprès de l’ensemble des citoyens de la réponse que lui fit ledit gouverneur ecclésiastique qui l’assura qu’il avait signifié aux prêtres du diocèse d’employer tout leur zèle à persuader les fidèles que les malheurs qui affligeaient Barcelone et Tortosa n’étaient pas dus au changement de régime politique, mais à la dépravation des mœurs qui avait provoqué la colère divine, le chef politique fit publier ce texte le même jour (23 octobre 1821) aussi bien dans le Diario de Barcelona que dans le Diario Constitucional de Barcelona dont est tiré le cliché reproduit ci-dessus.
La dénonciation de la prétendue impiété des libéraux –alors que la Constitution de la monarchie espagnole affirmait, dans son article 12, que la religion catholique, apostolique et romaine était et serait à jamais la seule tolérée dans le royaume et qu’elle était protégée par des lois justes et sages– fut l’un des arguments les plus efficaces pour discréditer le régime constitutionnel de ceux utilisés par les absolutistes qui, en la circonstance firent feu de tout bois. Ainsi propagea-t-on la rumeur que, depuis la suppression de l’Inquisition, le nombre de sorcières avait considérablement augmenté et, dans son premier numéro, daté du 9 octobre 1821, le Diario de Urgel (organe de presse de la contre-révolution politique et militaire) n’hésita pas à affirmer –contre toute vérité– que le cri de guerre des troupes constitutionnelles était « à bas Dieu, la Vierge, el roi et vive le diable ! »
De telles billevesées ne furent pas l’apanage des serviles espagnols puisque qu’en France un journal ultra comme La Quotidienne déclara lui aussi que la « peste » qui sévissait en Catalogne était un châtiment divin provoqué par les bouleversements politiques apportés par l’établissement du régime constitutionnel en Espagne.
]]>Plusieurs moines ayant déclaré dans des sermons prêchés dans diverses paroisses de Barcelone que l’épidémie de fièvre jaune n’était qu’un juste châtiment que Dieu infligeait à l’Espagne pour avoir instauré un régime constitutionnel, le chef politique de Catalogne enjoignit au gouverneur ecclésiastique (qui dirigeait le diocèse en l’absence de l’évêque, déporté à l’île de Majorque pour avoir manifesté des sentiments anticonstitutionnels) d’intervenir auprès de son clergé pour mettre un terme à de tels propos.
Pour assurer la plus grande diffusion auprès de l’ensemble des citoyens de la réponse que lui fit ledit gouverneur ecclésiastique qui l’assura qu’il avait signifié aux prêtres du diocèse d’employer tout leur zèle à persuader les fidèles que les malheurs qui affligeaient Barcelone et Tortosa n’étaient pas dus au changement de régime politique, mais à la dépravation des mœurs qui avait provoqué la colère divine, le chef politique fit publier ce texte le même jour (23 octobre 1821) aussi bien dans le Diario de Barcelona que dans le Diario Constitucional de Barcelona dont est tiré le cliché reproduit ci-dessus.
La dénonciation de la prétendue impiété des libéraux –alors que la Constitution de la monarchie espagnole affirmait, dans son article 12, que la religion catholique, apostolique et romaine était et serait à jamais la seule tolérée dans le royaume et qu’elle était protégée par des lois justes et sages– fut l’un des arguments les plus efficaces pour discréditer le régime constitutionnel de ceux utilisés par les absolutistes qui, en la circonstance firent feu de tout bois. Ainsi propagea-t-on la rumeur que, depuis la suppression de l’Inquisition, le nombre de sorcières avait considérablement augmenté et, dans son premier numéro, daté du 9 octobre 1821, le Diario de Urgel (organe de presse de la contre-révolution politique et militaire) n’hésita pas à affirmer –contre toute vérité– que le cri de guerre des troupes constitutionnelles était « à bas Dieu, la Vierge, el roi et vive le diable ! »
De telles billevesées ne furent pas l’apanage des serviles espagnols puisque qu’en France un journal ultra comme La Quotidienne déclara lui aussi que la « peste » qui sévissait en Catalogne était un châtiment divin provoqué par les bouleversements politiques apportés par l’établissement du régime constitutionnel en Espagne.
Comme on peut le voir sur la page du Diario Constitucional de Barcelona du 31 octobre 1821 reproduite ci-dessus, ce bulletin sanitaire précisait, pour Barcelonette et Barcelone le nombre de malades, d’entrées et de sorties enregistrées dans les hôpitaux, de convalescents et de morts. Ces chiffres officiels, qui permettaient à la population de se faire une idée de l’évolution de l’épidémie, étaient toutefois inférieurs à la réalité car ils étaient établis sur les déclarations des médecins, et ne prenaient pas en compte les malades qui ne pouvaient faire appel à eux pour des raisons financières et dont les cadavres étaient abandonnés dans les rues en attendant d’être ramassés pêle-mêle dans le chariot qui les conduirait au cimetière.
Ce caractère manifestement lacunaire du nombre des victimes de la fièvre jaune fourni par la Junta de sanidad de Barcelona à travers la presse locale n’empêcha pas les protestations de ceux qui, au nom de la liberté du commerce et d’entreprise, réclamaient l’abrogation des mesures d’isolement imposées à la population (comme l’établissement d’un cordon sanitaire autour de l’agglomération de Barcelone) et crièrent à la surestimation volontaire, appuyés en cela par quelques médecins dont le Français naturalisé citoyen des Etats Unis d’Amérique Jean Leymerie, qui prétendait « constitutionnaliser la médecine » (voir document n° 16).
Au-delà du caractère parfaitement infondé de ces protestations, le fait est que la presse joua un rôle prépondérant, voire unique, dans la diffusion des diverses mesures prises pour endiguer l’épidémie de fièvre jaune et améliorer le sort des habitants (fermeture du port ; création d’une soupe populaire pour les indigents de Barcelonette ; prohibition des bains de mer de jour à la plage de Santa Madona ; interdiction -pas toujours respectée- faite aux médecins de quitter Barcelone ; obligation aux notaires de prendre les testaments des malades ; limitation du nombre des clients dans les cafés etc.). Naguère, sous l’Ancien Régime, ces informations auraient été diffusées du haut de la chaire dans les églises par un clergé sur lequel les autorités constitutionnelles ne pouvaient plus compter car, parmi les dispositions prises pour limiter la diffusion de la maladie, figurait la recommandation de ne pas assister aux cérémonies religieuses, qui, par la concentration de fidèles, constituaient de redoutables « clusters », comme nous disons de nos jours.
]]>Dès l’apparition de la fièvre jaune à Barcelonette (quartier de Barcelone situé près du port) au début du mois d’août jusqu’à la fin novembre 1821, les autorités sanitaires de la capitale catalane (la Junta de sanidad de Barcelona) établirent un bilan quotidien de la situation qui fut publié dans le Diario de Barcelona, journal semi-officiel de la Catalogne fondé en 1792 et son rival, le Diario constitucional de Barcelona, créé en mars 1820 à la proclamation du rétablissement du régime constitutionnel en Espagne, avant d’être repris, sous forme de synthèse hebdomadaire, par les principaux journaux madrilènes à diffusion nationale comme El Universal ou la Gaceta de Madrid.
Comme on peut le voir sur la page du Diario Constitucional de Barcelona du 31 octobre 1821 reproduite ci-dessus, ce bulletin sanitaire précisait, pour Barcelonette et Barcelone le nombre de malades, d’entrées et de sorties enregistrées dans les hôpitaux, de convalescents et de morts. Ces chiffres officiels, qui permettaient à la population de se faire une idée de l’évolution de l’épidémie, étaient toutefois inférieurs à la réalité car ils étaient établis sur les déclarations des médecins, et ne prenaient pas en compte les malades qui ne pouvaient faire appel à eux pour des raisons financières et dont les cadavres étaient abandonnés dans les rues en attendant d’être ramassés pêle-mêle dans le chariot qui les conduirait au cimetière.
Ce caractère manifestement lacunaire du nombre des victimes de la fièvre jaune fourni par la Junta de sanidad de Barcelona à travers la presse locale n’empêcha pas les protestations de ceux qui, au nom de la liberté du commerce et d’entreprise, réclamaient l’abrogation des mesures d’isolement imposées à la population (comme l’établissement d’un cordon sanitaire autour de l’agglomération de Barcelone) et crièrent à la surestimation volontaire, appuyés en cela par quelques médecins dont le Français naturalisé citoyen des Etats Unis d’Amérique Jean Leymerie, qui prétendait « constitutionnaliser la médecine » (voir document n° 16).
Au-delà du caractère parfaitement infondé de ces protestations, le fait est que la presse joua un rôle prépondérant, voire unique, dans la diffusion des diverses mesures prises pour endiguer l’épidémie de fièvre jaune et améliorer le sort des habitants (fermeture du port ; création d’une soupe populaire pour les indigents de Barcelonette ; prohibition des bains de mer de jour à la plage de Santa Madona ; interdiction -pas toujours respectée- faite aux médecins de quitter Barcelone ; obligation aux notaires de prendre les testaments des malades ; limitation du nombre des clients dans les cafés etc.). Naguère, sous l’Ancien Régime, ces informations auraient été diffusées du haut de la chaire dans les églises par un clergé sur lequel les autorités constitutionnelles ne pouvaient plus compter car, parmi les dispositions prises pour limiter la diffusion de la maladie, figurait la recommandation de ne pas assister aux cérémonies religieuses, qui, par la concentration de fidèles, constituaient de redoutables « clusters », comme nous disons de nos jours.
Les affaires ne perdant jamais leurs droits, les terrains susceptibles d’accueillir cet hébergement provisoire furent immédiatement l’objet d’une forte spéculation dès que ce projet fut rendu public. Les autorités politiques n’en firent pas moins construire un grand nombre de baraquements, représentés quelque peu naïvement sur ce dessin de Maurin, lithographié par Villain de Sèvres, publié comme illustration de l’ouvrage (fort bien documenté) intitulé Relation historique des malheurs de la Catalogne ou Mémoires de ce qui s’est passé à Barcelone en 1821, paru à Paris en 1822 par l’archiviste de la préfecture des Pyrénées-Orientales, D. M. J. Henry.
Quelque 1 500 personnes purent être ainsi hébergées et les membres de la commission sanitaire française envoyés pour observer l’épidémie songèrent à s’installer dans ces constructions provisoires mais préférèrent finalement continuer à bénéficier du confort douillet de l’hôtel du consulat de France à Barcelone. Contrairement à ce que d’aucuns auraient pu espérer, personne ne put profiter de ce changement provisoire de domicile pour fuir la ville, car le cordon sanitaire, qui séparait jusque-là Barcelone de Monjuich fut déplacé pour englober dans sa surveillance ces habitations temporaires.
La population se montra tout d’abord rétive à habiter ces demeures, d’autant plus que des rumeurs circulèrent sur l’insalubrité du terrain sur lequel elles étaient construites. En particulier, les classes les moins aisées de la population (par choix ou par manque de moyens financiers ?) préférèrent rester dans leurs foyers, et continuèrent à être massivement exposées aux ravages de la fièvre jaune. Et quand, une fois l’épidémie sinon disparue, du moins en bonne voie d’extinction, la municipalité de Barcelone envisagea de vider la ville, quartier par quartier, de ses habitants pour procéder à un nettoyage systématique de la cité, elle proposa par voie d'affiche (voir ci-dessus) d’offrir une demi-piécette (deux réaux et demi, soit 50 centimes de franc, la moitié pour les nourrissons) et un demi-pain par jour et par personne pour convaincre les habitants les moins fortunés de participer à cette translation. Toutefois, les Barcelonais finirent par se convaincre de la protection qu’était censée leur apporter des demeures convenablement aérées : tous les bâtiments finirent par être occupés et l’on établit même un hôpital dans ce « petit village de chaume », comme le qualifia une correspondance particulière publiée par La Ruche d’Aquitaine au début du mois de décembre 1821.
Cette question de l’insalubrité des villes comme source de propagation des épidémies se posa également à Tortosa où pour éviter toute récidive, on envisagea de raser la ville en la faisant bombarder par la marine de guerre avant de finalement renoncer à ce projet.
]]>Pour soustraire la population de Barcelone aux miasmes porteurs de la fièvre jaune qui se propageaient dans les rues étroites et mal aérées de la ville où il n’était pas rare de trouver un tas de fumier auprès d’une porte de maison et où l’on déposait ordures et cadavres, la Junte sanitaire de Catalogne, persuadée du caractère contagieux de la maladie, décida (assez tardivement, dans la seconde quinzaine de septembre 1821) de déplacer une partie de la population dans un campement installé sur les pentes de la colline de Monjuich, alors extra muros et qui n’était occupée en son sommet que par le fort qui domine la capitale catalane et son port.
Les affaires ne perdant jamais leurs droits, les terrains susceptibles d’accueillir cet hébergement provisoire furent immédiatement l’objet d’une forte spéculation dès que ce projet fut rendu public. Les autorités politiques n’en firent pas moins construire un grand nombre de baraquements, représentés quelque peu naïvement sur ce dessin de Maurin, lithographié par Villain de Sèvres, publié comme illustration de l’ouvrage (fort bien documenté) intitulé Relation historique des malheurs de la Catalogne ou Mémoires de ce qui s’est passé à Barcelone en 1821, paru à Paris en 1822 par l’archiviste de la préfecture des Pyrénées-Orientales, D. M. J. Henry.
Quelque 1 500 personnes purent être ainsi hébergées et les membres de la commission sanitaire française envoyés pour observer l’épidémie songèrent à s’installer dans ces constructions provisoires mais préférèrent finalement continuer à bénéficier du confort douillet de l’hôtel du consulat de France à Barcelone. Contrairement à ce que d’aucuns auraient pu espérer, personne ne put profiter de ce changement provisoire de domicile pour fuir la ville, car le cordon sanitaire, qui séparait jusque-là Barcelone de Monjuich fut déplacé pour englober dans sa surveillance ces habitations temporaires.
La population se montra tout d’abord rétive à habiter ces demeures, d’autant plus que des rumeurs circulèrent sur l’insalubrité du terrain sur lequel elles étaient construites. En particulier, les classes les moins aisées de la population (par choix ou par manque de moyens financiers ?) préférèrent rester dans leurs foyers, et continuèrent à être massivement exposées aux ravages de la fièvre jaune. Et quand, une fois l’épidémie sinon disparue, du moins en bonne voie d’extinction, la municipalité de Barcelone envisagea de vider la ville, quartier par quartier, de ses habitants pour procéder à un nettoyage systématique de la cité, elle proposa par voie d'affiche (voir ci-dessus) d’offrir une demi-piécette (deux réaux et demi, soit 50 centimes de franc, la moitié pour les nourrissons) et un demi-pain par jour et par personne pour convaincre les habitants les moins fortunés de participer à cette translation. Toutefois, les Barcelonais finirent par se convaincre de la protection qu’était censée leur apporter des demeures convenablement aérées : tous les bâtiments finirent par être occupés et l’on établit même un hôpital dans ce « petit village de chaume », comme le qualifia une correspondance particulière publiée par La Ruche d’Aquitaine au début du mois de décembre 1821.
Cette question de l’insalubrité des villes comme source de propagation des épidémies se posa également à Tortosa où pour éviter toute récidive, on envisagea de raser la ville en la faisant bombarder par la marine de guerre avant de finalement renoncer à ce projet.
La censura y la autocensura de la prensa de los países beligerantes explican que no se llegue a conceder una gran importancia a la gripe hasta el otoño de 1918 y su existencia en los medios de comunicación fuera inexistente. Los mismos médicos militares, en la primera línea de combate no podían descuidar las demandas del esfuerzo de guerra. Por ello son muy escasas las referencias a la enfermedad en los medios de comunicación, aun con mayor motivo en aquellos que fueron un instrumento más y no poco importante para ganar la contienda, como es el caso de la revista América-Latina.
La publicación América-Latina inició su andadura el 15 de febrero de 1915 en Barcelona siendo desde sus inicios un instrumento de propaganda bélica de los países aliados durante la Primera Guerra Mundial. Dirigida a los lectores de España, Portugal y Sudamérica, es una revista profusamente ilustrada dirigida por los servicios de propaganda británica y franceses, destinada a los lectores hispanohablantes. Un instrumento de combate desde y en defensa de la posición aliada.
La revista, inspirada en otros modelos precedentes de prensa ilustrada, incide en la información visual, principalmente fotografías, con el objetivo de llegar a un público masivo. Aborda diversas facetas de la guerra, entre ellas su impacto social y los avances médicos para la curación de las heridas de guerra y sin embargo es escasa la mención a los estragos que estaba causando entre el ejército el virus desconcertante de la gripe.
De manera muy escueta se menciona su existencia. En el número conmemorativo publicado en agosto de 1918 en su página 69 nos muestra los desfiles militares de los aliados en París. "La Solidaridad Aliada" desfila por la Avenida del Bosque de Bolonia a la Concordia para celebrar la fiesta nacional de Francia. Tan sólo una pequeña mención del periodista que narra el entusiasmo de la gente que aclama al ejército recuerda "que no podemos menos que pensar que la grippe (o, como hoy se llama, la influenza española) está haciendo muchas víctimas".
A pesar del desastre sanitario que supuso no ha permanecido en la memoria. El enemigo invisible, que se extendió por las trincheras de toda Europa, fue desapareciendo a medida que se glorificaban a las víctimas que murieron en defensa de la patria y no a manos de un virus desconcertante.
]]>La gripe de 1918-1919 al encontrarse entre las grandes epidemias del pasado y el horror de La Gran Guerra ha tardado en ser reconocida como lo que fue, una pandemia global que tuvo como consecuencias un gran desastre sanitario y social. Fue precisamente el contexto mundial de la Guerra lo que facilitó su rápida extensión por todo el mundo dejando millones de víctimas a su paso.
La censura y la autocensura de la prensa de los países beligerantes explican que no se llegue a conceder una gran importancia a la gripe hasta el otoño de 1918 y su existencia en los medios de comunicación fuera inexistente. Los mismos médicos militares, en la primera línea de combate no podían descuidar las demandas del esfuerzo de guerra. Por ello son muy escasas las referencias a la enfermedad en los medios de comunicación, aun con mayor motivo en aquellos que fueron un instrumento más y no poco importante para ganar la contienda, como es el caso de la revista América-Latina.
La publicación América-Latina inició su andadura el 15 de febrero de 1915 en Barcelona siendo desde sus inicios un instrumento de propaganda bélica de los países aliados durante la Primera Guerra Mundial. Dirigida a los lectores de España, Portugal y Sudamérica, es una revista profusamente ilustrada dirigida por los servicios de propaganda británica y franceses, destinada a los lectores hispanohablantes. Un instrumento de combate desde y en defensa de la posición aliada.
La revista, inspirada en otros modelos precedentes de prensa ilustrada, incide en la información visual, principalmente fotografías, con el objetivo de llegar a un público masivo. Aborda diversas facetas de la guerra, entre ellas su impacto social y los avances médicos para la curación de las heridas de guerra y sin embargo es escasa la mención a los estragos que estaba causando entre el ejército el virus desconcertante de la gripe.
De manera muy escueta se menciona su existencia. En el número conmemorativo publicado en agosto de 1918 en su página 69 nos muestra los desfiles militares de los aliados en París. "La Solidaridad Aliada" desfila por la Avenida del Bosque de Bolonia a la Concordia para celebrar la fiesta nacional de Francia. Tan sólo una pequeña mención del periodista que narra el entusiasmo de la gente que aclama al ejército recuerda "que no podemos menos que pensar que la grippe (o, como hoy se llama, la influenza española) está haciendo muchas víctimas".
A pesar del desastre sanitario que supuso no ha permanecido en la memoria. El enemigo invisible, que se extendió por las trincheras de toda Europa, fue desapareciendo a medida que se glorificaban a las víctimas que murieron en defensa de la patria y no a manos de un virus desconcertante.
La grippe de 1918-1920, en se produisant entre les grandes épidémies du passé et l’horreur de la Grande Guerre, a tardé à être reconnue pour ce qu’elle était, une pandémie mondiale qui a eu pour conséquence un désastre sanitaire et social majeur. C’est précisément le contexte mondial de la guerre qui a facilité sa propagation rapide dans le monde entier, laissant des millions de victimes dans son sillage.
La censure et l’autocensure de la presse dans les pays belligérants expliquent que la grippe n’ait pas fait l’objet d’une grande attention avant l’automne 1918 et qu’elle ait été inexistante dans les médias. Les médecins militaires eux‑mêmes, en première ligne de combat, ne pouvaient négliger les exigences de l’effort de guerre. C’est pourquoi les références à la maladie dans les médias étaient rares et ce, d’autant plus qu’ils constituaient un instrument de plus, et non des moindres, pour remporter la victoire, comme c'est le cas de la revue América-Latina.
La publication América‑Latina a été lancée le 15 février 1915 à Barcelone et a constitué, dès le départ, un instrument de propagande de guerre des pays alliés pendant la Première Guerre mondiale. Destinée aux lecteurs d’Espagne, du Portugal et d’Amérique du Sud, il s’agit d’une revue abondamment illustrée, gérée par les services de propagande britannique et française, destinée aux lecteurs hispanophones. Un instrument de combat de et pour la défense de la position alliée.
Le magazine, inspiré de modèles antérieurs de presse illustrée, se concentre sur l’information visuelle, principalement des photographies, dans le but de toucher un public de masse. Il traite de diverses facettes de la guerre, notamment de son impact social et des progrès de la médecine concernant la guérison des blessures de guerre; pourtant il n’y est guère fait mention des ravages causés au sein de l’armée par ce déroutant virus de la grippe.
Son existence est très brièvement mentionnée. Dans le numéro commémoratif publié en août 1918, la page 69 nous montre les défilés militaires des Alliés à Paris. « La Solidarité Alliée » défile le long de l’avenue du bois de Boulogne jusqu'à la Concorde pour célébrer la fête nationale française.
Une simple mention du journaliste relatant l’enthousiasme des gens qui acclament l’armée nous rappelle « que nous ne pouvons nous empêcher de penser que la grippe (ou, comme on l’appelle aujourd’hui, l'influenza espagnole) est en train de faire de nombreuses victimes ».
Malgré le désastre sanitaire qu’elle a provoqué, elle n’est pas restée dans les mémoires. L’ennemi invisible qui s’est répandu dans les tranchées de toute l’Europe s’est estompé tandis que l’on glorifiait les victimes mortes pour défendre la patrie et non celles d’un virus déconcertant.
Especial Web Gripe Española (1918-1920). Hemeroteca Municipal de Madrid.
A medida que aumentaba las noticias sobre la “enfermedad de moda” en los diarios españoles en la primavera de 1918 y se hiciera fija en sus páginas la sección que a diario informaba de la situación sanitaria y sus terribles consecuencias, comenzaron a proliferar también anuncios publicitarios para refrenarla.
Los laboratorios comenzaron a elaborar productos, para sacar a la población del escenario de desolación, prometiendo medidas preventivas y alivio ante los síntomas, generando confianza a través de las campañas publicitarias. Las páginas de los periódicos y revistas fueron el medio de comunicación de mayor alcance para ello.
La publicidad populariza la marca y legitima el producto a través del laboratorio que lo respalda. El caso del anuncio de Eucalmentol inserto en las páginas del diario La Vanguardia (Barcelona), en los inicios de la segunda ola de la pandemia, es un ejemplo de publicidad directa y clara, donde no cabe la duda ni la interpretación.
El anuncio de la medicación destaca por su tamaño respecto a los demás insertos en la misma página, ocupando una cuarta parte de la plana del diario. Con letra a gran tamaño, mayúsculas y negrita subrayan los dos conceptos importantes a retener, el nombre de la marca comercial, EUCALMENTOL, frente al enemigo a combatir: GRIPPE. De manera clara y contundente, el mensaje se estructura en: tratamiento y curación de la enfermedad y además características del producto, respaldo médico farmacéutico y comercialización.
Su fórmula vegetal, en contraposición a productos químicos, previene y cura. Su acción directa sobre las vías respiratorias, vía principal de entrada de los contagios, evita dolencias estomacales, es decir efectos secundarios. La distribución en farmacias céntricas de Barcelona garantiza además su solvencia y justifica posiblemente su precio elevado, 1 peseta (el jornal medio de un obrero en España oscila, en estas fechas, entre 4 y 6 pesetas). Un remedio al alcance de la burguesía barcelonesa, que constituye el grueso de los lectores y suscriptores del diario catalán.
La prensa además de informar sobre la enfermedad comienza a pautar soluciones farmacéuticas y su comercialización, activando el interés público por los efectos físicos de la epidemia que la población sufre en privado.
]]>La pandemia gripal que sufrió la población mundial entre 1918 y 1919 supuso un desastre sanitario y social. La enfermedad desconcertó a la comunidad científica y médica, cuando se pensaba que la revolución de Louis Pasteur había resuelto problemas sanitarios de epidemias pasadas. La desorientación de los médicos proporcionó la búsqueda de remedios farmacéuticos para combatir la enfermedad y calmar sus síntomas.
A medida que aumentaba las noticias sobre la “enfermedad de moda” en los diarios españoles en la primavera de 1918 y se hiciera fija en sus páginas la sección que a diario informaba de la situación sanitaria y sus terribles consecuencias, comenzaron a proliferar también anuncios publicitarios para refrenarla.
Los laboratorios comenzaron a elaborar productos, para sacar a la población del escenario de desolación, prometiendo medidas preventivas y alivio ante los síntomas, generando confianza a través de las campañas publicitarias. Las páginas de los periódicos y revistas fueron el medio de comunicación de mayor alcance para ello.
La publicidad populariza la marca y legitima el producto a través del laboratorio que lo respalda. El caso del anuncio de Eucalmentol inserto en las páginas del diario La Vanguardia (Barcelona), en los inicios de la segunda ola de la pandemia, es un ejemplo de publicidad directa y clara, donde no cabe la duda ni la interpretación.
El anuncio de la medicación destaca por su tamaño respecto a los demás insertos en la misma página, ocupando una cuarta parte de la plana del diario. Con letra a gran tamaño, mayúsculas y negrita subrayan los dos conceptos importantes a retener, el nombre de la marca comercial, EUCALMENTOL, frente al enemigo a combatir: GRIPPE. De manera clara y contundente, el mensaje se estructura en: tratamiento y curación de la enfermedad y además características del producto, respaldo médico farmacéutico y comercialización.
Su fórmula vegetal, en contraposición a productos químicos, previene y cura. Su acción directa sobre las vías respiratorias, vía principal de entrada de los contagios, evita dolencias estomacales, es decir efectos secundarios. La distribución en farmacias céntricas de Barcelona garantiza además su solvencia y justifica posiblemente su precio elevado, 1 peseta (el jornal medio de un obrero en España oscila, en estas fechas, entre 4 y 6 pesetas). Un remedio al alcance de la burguesía barcelonesa, que constituye el grueso de los lectores y suscriptores del diario catalán.
La prensa además de informar sobre la enfermedad comienza a pautar soluciones farmacéuticas y su comercialización, activando el interés público por los efectos físicos de la epidemia que la población sufre en privado.
Eucalmentol
La pandémie grippale qui a frappé la population mondiale entre 1918 et 1920 a été une catastrophe sanitaire et sociale. La maladie a déconcerté la communauté scientifique et médicale, à une époque où l'on pensait que la révolution de Louis Pasteur avait résolu les problèmes sanitaires des épidémies passées. La désorientation des médecins a entraîné la recherche de remèdes pharmaceutiques pour combattre la maladie et ses symptômes.
Au fur et à mesure que les nouvelles sur la « maladie à la mode » se multipliaient dans les journaux espagnols au printemps 1918 et que la rubrique quotidienne consacrée à la situation sanitaire et à ses terribles conséquences devenait régulière dans leurs pages, des annonces publicitaires visant à l'enrayer ont aussi commencé à proliférer.
Les laboratoires se sont mis à développer des produits pour tirer la population du marasme, en promettant des mesures préventives et le soulagement des symptômes, en suscitant la confiance grâce à des campagnes publicitaires. Les pages des journaux et des revues ont constitué les moyens de communication les plus puissants à cette fin.
La publicité popularise la marque et légitime le produit par le biais du laboratoire qui le soutient. Le cas de l’annonce de Eucalmentol, insérée dans les pages du journal La Vanguardia (Barcelone), au début de la deuxième vague de la pandémie, est un exemple de publicité directe et claire, qui ne prête à aucun doute ni à interprétation.
La publicité pour ce médicament se distingue de toutes celles insérées sur la même page car elle occupe un quart de page. Gros caractères, majuscules et gras soulignent les deux concepts importants à retenir, à savoir le nom de la marque commerciale, EUCALMENTOL, face à l’ennemi à combattre : GRIPPE. Clair et percutant, le message est ainsi structuré : traitement de la maladie et guérison ainsi que caractéristiques du produit, soutien médical pharmaceutique et commercialisation.
Sa formule à base de plantes, par opposition aux produits chimiques, prévient et soigne. Son action directe sur les voies respiratoires, principale voie d'entrée des infections, évite les troubles gastriques, c'est-à-dire les effets secondaires. Sa distribution dans les pharmacies du centre de Barcelone garantit également sa solvabilité et justifie peut-être son prix élevé de 1 peseta (le salaire moyen d'un travailleur en Espagne oscille, à cette époque, entre 4 et 6 pesetas). Un remède à la portée de la bourgeoisie barcelonaise, qui constitue le gros des lecteurs et des abonnés du quotidien catalan.
Outre les reportages sur la maladie, la presse commence à parler des solutions pharmaceutiques et de leur commercialisation, suscitant ainsi l’intérêt du public pour les événements physiques dont souffre la population en privé.
Especial Web Gripe Española (1918-1920). Hemeroteca Municipal de Madrid.
El semanario gráfico Don Quijote, publicado en México entre 1919 y 1922, estuvo promovido por la colonia española en México y estuvo dirigido por el periodista y escritor español Atanasio Melantuche Lacoma.
La publicidad pandémica alivia y tranquiliza en momentos de desorientación, anuncia la manera de prevenir la enfermedad, pauta fármacos para su curación y encuentra tambien un talismán para ahuyentarla. Este es el caso de la publicidad de Sombreros Tardan inserto en el semanario gráfico mexicano Don Quijote a página completa. Un recurso de márquetin utilizado por la empresa Tardan, instalada desde hace más de un siglo en el centro de la ciudad de México, cuando los sombreros eran un complemento inequívoco e imprescindible de elegancia.
Una buena advertencia gráfica necesita transmitir un mensaje claro e impactante visualmente y este anuncio cumple con ello. El alcance del mensaje es completo, una imagen llamativa, la muerte y el caballero elegante, acompañada de un texto con rima pegadiza y amable. La muerte da miedo y se convierte en un revulsivo para combatirla, ofreciendo a continuación la información adecuada para ello, un elegante caballero protegido y cargado con sombreros Tardan. Un dibujo lleno de glamour, encuadrado en la estática Art Nouveau.
Tres recuadros a la derecha y debajo de la imagen, enmarcan el mensaje verbal que inciden sobre la enfermedad y sus peligros : influenza, pelan, asusto, miedo, gripa, para ofrecer a continuación el talismán para ahuyentarla, la marca comercial, cinco veces impresa en el anuncio.
El eslogan publicitario de la marca “De Sonora a Yucatán se usan sombreros Tardan”, que aún continua utilizándose, se le atribuye al escritor e historiador mexicano a Salvador Novo López, quien pudiera ser tambien el autor de la rima que acompaña la imagen. Tanto el lenguaje verbal como la factura iconográfica y decorativa que enmarcan el anuncio le confiere un impactante atractivo.
]]>A medida que avanza el siglo XX la publicidad se convierte en uno de los principales medios de financiación de la prensa, siendo en las revistas con información gráfica donde los anuncios adquieren un importante protagonismo llegando, en muchas ocasiones, a tener autonomía propia al ocupar páginas enteras. Las empresas anunciadas crecieron gracias a esta publicidad insertada cuyos mensajes iconográficos y verbales fueron adaptados a los lectores de la publicación.
El semanario gráfico Don Quijote, publicado en México entre 1919 y 1922, estuvo promovido por la colonia española en México y estuvo dirigido por el periodista y escritor español Atanasio Melantuche Lacoma.
La publicidad pandémica alivia y tranquiliza en momentos de desorientación, anuncia la manera de prevenir la enfermedad, pauta fármacos para su curación y encuentra tambien un talismán para ahuyentarla. Este es el caso de la publicidad de Sombreros Tardan inserto en el semanario gráfico mexicano Don Quijote a página completa. Un recurso de márquetin utilizado por la empresa Tardan, instalada desde hace más de un siglo en el centro de la ciudad de México, cuando los sombreros eran un complemento inequívoco e imprescindible de elegancia.
Una buena advertencia gráfica necesita transmitir un mensaje claro e impactante visualmente y este anuncio cumple con ello. El alcance del mensaje es completo, una imagen llamativa, la muerte y el caballero elegante, acompañada de un texto con rima pegadiza y amable. La muerte da miedo y se convierte en un revulsivo para combatirla, ofreciendo a continuación la información adecuada para ello, un elegante caballero protegido y cargado con sombreros Tardan. Un dibujo lleno de glamour, encuadrado en la estática Art Nouveau.
Tres recuadros a la derecha y debajo de la imagen, enmarcan el mensaje verbal que inciden sobre la enfermedad y sus peligros : influenza, pelan, asusto, miedo, gripa, para ofrecer a continuación el talismán para ahuyentarla, la marca comercial, cinco veces impresa en el anuncio.
El eslogan publicitario de la marca “De Sonora a Yucatán se usan sombreros Tardan”, que aún continua utilizándose, se le atribuye al escritor e historiador mexicano a Salvador Novo López, quien pudiera ser tambien el autor de la rima que acompaña la imagen. Tanto el lenguaje verbal como la factura iconográfica y decorativa que enmarcan el anuncio le confiere un impactante atractivo.
Au fil du XXème siècle, la publicité devient l’un des principaux moyens de financement de la presse, et c'est dans les magazines d'information graphique que les annonces acquièrent un rôle important et, en bien des occasions, elles occupent des pages entières et deviennent de la sorte autonomes. Les entreprises mises ainsi en avant ont prospéré grâce à l’insertion de ces publicités dont les messages iconographiques et verbaux étaient adaptés aux lecteurs de la publication.
L'hebdomadaire graphique Don Quijote, publié au Mexique entre 1919 et 1922, a été promu par la colonie espagnole au Mexique et a été dirigé par le journaliste et écrivain espagnol Atanasio Melantuche Lacoma.
La publicité sur la pandémie soulage et rassure dans les moments de désorientation. Elle produit des annonces sur la manière de prévenir la maladie, prescrit des médicaments pour la guérir et trouve également un talisman pour la conjurer. C’est le cas de la publicité pour les Chapeaux Tardan, insérée en pleine page dans l'hebdomadaire graphique mexicain Don Quijote. Une ressource de marketing utilisée par l’entreprise Tardan, établie depuis plus d’un siècle dans le centre de Mexico, à l'époque où les chapeaux étaient un accessoire incontournable et essentiel de l'élégance.
Une bonne publicité doit transmettre un message clair et visuellement percutant, et c’est exactement ce que fait cette annonce. La portée du message est complète, une image saisissante, la mort et le gentleman élégant, accompagnée d’un texte à la rime accrocheuse et sympathique. La mort fait peur et devient un élément stimulant l’envie de la combattre, en offrant alors les bonnes informations pour y parvenir, un élégant gentleman protégé et chargé de chapeaux Tardan. Un dessin empli de glamour, marqué par l’esthétique de l’Art Nouveau.
Trois cadres à droite et en dessous de l'image bordent le message verbal sur la maladie et ses dangers : influenza, mort, frayeur, peur, grippe, suivi du talisman pour la repousser, le nom de la marque, imprimé cinq fois sur la publicité.
Le slogan publicitaire de la marque « De Sonora au Yucatan, on porte des chapeaux Tardan », encore utilisé aujourd'hui, est attribué à l’écrivain et historien mexicain Salvador Novo López, qui pourrait également être l’auteur de la rime qui accompagne l’image. Le langage verbal, tout comme l’iconographie qui décore et encadre l’annonce lui confèrent un puissant attrait.
Especial Web Gripe Española (1918-1920). Hemeroteca Municipal de Madrid.
El objetivo prioritario será atender la demanda informativa de la población y favorecer las medidas preventivas contra la enfermedad para disminuir los contagios.
La revista La Información, publicada por el Departamento de Publicaciones de las Cajas de Ahorro de Chile, es una muestra de este creciente interés por el conocimiento y análisis de la enfermedad letal más allá de los círculos científicos. La publicación dedicada a la defensa de los intereses de las entidades bancarias recoge, en el extenso artículo que publicó en enero de 1919, en plena tercera ola pandémica, la traducción extractada del artículo publicado anteriormente por el científico francés A.C. Guillaume en la revista de divulgación científica francesa La Nature (1873-1969).
Fue traducida al español por el destacado científico chileno Carlos E. Porter, fundador de una de las más prestigiosas científicas del país, Revista Chilena de Historia Natural, considerada una de las más importantes herramientas del conocimiento científico en Chile y también en América.
Los desafíos sociales y sanitarios que planteó la enfermedad no siempre estuvieron a la altura de las necesidades de la primera pandemia global, cuyo alcance fue difícil de estimar en sus inicios por la comunidad científica internacional. Las consideraciones benignas sobre la gripe, mantenidas un siglo atrás por prestigiosos médicos como Broussais, quien consideraba la gripe un invento de ignorantes y de médicos sin clientela, cambiaron drásticamente a medida que aumentó su letalidad.
Aunque el proceso de contagio se conocía y por ello se recomendara siempre, desde ámbitos sanitarios, el aislamiento personal y colectivo, no siempre se llevó a cabo. El temor por parte de las autoridades a la reacción de la población ante la adopción de medidas drásticas, como podrían ser la supresión de actividades culturales colectivas, impidió su puesta en práctica.
Por otra parte, la eficacia de la mascarilla para evitar la propagación de la enfermedad, demostrada en los medios hospitalarios, no se generalizó entre la población. El miedo al ridículo, como se argumenta en este artículo, entre otros motivos, impidió aconsejar a la población su uso.
Esta reacción débil de las autoridades incide en la importancia de los factores sociales y políticos, su peso a la hora de tomar decisiones, mayor en muchos casos que las consideraciones médicas y sanitarias.
]]>La gripe maligna de 1918
El interés creciente por la información científica relativa a la pandemia gripal que sufrió la población entre 1918 y 1920 aumenta a medida que se extienden los contagios por todo el mundo. Ello favorecerá que la información especializada sobre la enfermedad, dictada por las autoridades médicas y científicas de todo el mundo, aumente su presencia en la prensa de información general y también en la corporativa.
El objetivo prioritario será atender la demanda informativa de la población y favorecer las medidas preventivas contra la enfermedad para disminuir los contagios.
La revista La Información, publicada por el Departamento de Publicaciones de las Cajas de Ahorro de Chile, es una muestra de este creciente interés por el conocimiento y análisis de la enfermedad letal más allá de los círculos científicos. La publicación dedicada a la defensa de los intereses de las entidades bancarias recoge, en el extenso artículo que publicó en enero de 1919, en plena tercera ola pandémica, la traducción extractada del artículo publicado anteriormente por el científico francés A.C. Guillaume en la revista de divulgación científica francesa La Nature (1873-1969).
Fue traducida al español por el destacado científico chileno Carlos E. Porter, fundador de una de las más prestigiosas científicas del país, Revista Chilena de Historia Natural, considerada una de las más importantes herramientas del conocimiento científico en Chile y también en América.
Los desafíos sociales y sanitarios que planteó la enfermedad no siempre estuvieron a la altura de las necesidades de la primera pandemia global, cuyo alcance fue difícil de estimar en sus inicios por la comunidad científica internacional. Las consideraciones benignas sobre la gripe, mantenidas un siglo atrás por prestigiosos médicos como Broussais, quien consideraba la gripe un invento de ignorantes y de médicos sin clientela, cambiaron drásticamente a medida que aumentó su letalidad.
Aunque el proceso de contagio se conocía y por ello se recomendara siempre, desde ámbitos sanitarios, el aislamiento personal y colectivo, no siempre se llevó a cabo. El temor por parte de las autoridades a la reacción de la población ante la adopción de medidas drásticas, como podrían ser la supresión de actividades culturales colectivas, impidió su puesta en práctica.
Por otra parte, la eficacia de la mascarilla para evitar la propagación de la enfermedad, demostrada en los medios hospitalarios, no se generalizó entre la población. El miedo al ridículo, como se argumenta en este artículo, entre otros motivos, impidió aconsejar a la población su uso.
Esta reacción débil de las autoridades incide en la importancia de los factores sociales y políticos, su peso a la hora de tomar decisiones, mayor en muchos casos que las consideraciones médicas y sanitarias.
L'intérêt croissant envers l'information scientifique relative à la pandémie de la grippe dont a souffert la population entre 1918 et 1920 augmente au fur et à mesure que les contaminations progressent dans le monde. Cela permettra aux travaux de recherche sur la maladie, émanant des autorités médicales et scientifiques du monde entier, d'accroître leur présence dans la presse généraliste mais également dans les publications spécialisées.
L'objectif prioritaire sera de répondre à la demande d’information de la population et de favoriser les mesures préventives contre la maladie pour diminuer les contaminations.
La revue La Información, publiée par le Département des Publications de Caisses d'Epargne du Chili, atteste de l'intérêt croissant pour la connaissance et l'analyse de la maladie létale au-delà des cercles scientifiques. La publication consacrée à la défense des intérêts bancaires recueille, dans le long article paru en janvier 1919, lors de la troisième vague de la pandémie, la traduction extraite de l'article publié auparavant par le scientifique français A.C. Guillaume dans la revue de vulgarisation scientifique française La Nature (Paris, 1873-1969).
La publication a été traduite en espagnol par l'éminent scientifique chilien Carlos E. Porter, fondateur de l'une des plus prestigieuses revues scientifiques du pays, la Revue Chilienne d'Histoire Naturelle, considérée au Chili mais aussi en Amérique, comme l'un des outils les plus importants de la connaissance scientifique.
Les défis sociaux et sanitaires posés par la maladie n'ont pas toujours été à la hauteur des besoins de la première pandémie globale, dont la portée fut difficile à évaluer initialement pour la communauté scientifique internationale. Les considérations bénignes sur la grippe, maintenues un siècle auparavant par de prestigieux médecins comme Broussais, qui tenait la grippe pour inventée par des ignorants et des médecins sans clientèle, ont radicalement changé à mesure que la létalité augmentait.
Même si le processus de contamination était connu, et que l'on recommandait d'un point de vue sanitaire l'isolement personnel et collectif, ce dernier n'a pas toujours été respecté. La crainte des autorités de la réaction de la population face à l'adoption de mesures drastiques, comme celles de la suppression des activités culturelles collectives, empêcha leur mise en pratique.
En outre, l'efficacité du masque pour éviter la propagation de la maladie, démontrée dans le milieu hospitalier, ne s'est pas généralisée dans la population. La peur du ridicule, comme l'article l'indiquait, entre autres raisons, empêcha de recommander son usage à la population. Cette faible réaction des autorités met en lumière l'importance des facteurs sociaux et politiques et leur poids au moment de prendre des décisions, qui deviennent plus prégnants dans certains cas que les considérations médicales et sanitaires.
La enfermedad encontró en los periódicos información, cuando se tenía, y debate, permitiendo a la población tomar conciencia de su existencia y riesgos.
Fueron muchas las voces que, desde las páginas de opinión, hicieron un llamamiento a la reflexión ante las actuaciones dictadas por las autoridades sanitarias para controlar la epidemia. La gripe o la enfermedad española, como la mayoría de los medios extranjeros se obstinaba en seguir calificándola, igualó a pobres y ricos, todas las clases sociales se vieron afectadas, pero no de la misma forma.
Tal y como se expone en el artículo publicado en la primera página del diario El Fígaro el 18 de octubre de 1918, la población más desfavorecida económicamente tuvo menos capacidad de prevenirla, entre otros motivos, por carecer de las condiciones mínimas de higiene en la vivienda. La limpieza personal se convierte en la principal arma de combate contra la enfermedad desconcertante y los baños públicos un servicio indispensable para la población.
La fumigación y desinfección de espacios públicos en las ciudades, principalmente en Madrid, fueron las medidas más comunes de profilaxis adoptadas por las autoridades municipales, como fue el caso del Ayuntamiento de la capital, siendo alcalde Luis Silvera Casado en plena segunda ola pandémica en otoño de 1918.
La gripe tambien se abre paso en las viñetas, en tono ojoso casi infantil muchas veces y en otros casos macabro, corrosivo y satírico.
La trágica realidad se muestra descarnada en la serie de viñetas que firmadas por Aguirre (Lorenzo Victoriano Aguirre Sánchez) aparecen publicadas en la primera página en el diario El Fígaro. En la que acompaña este artículo, bajo el título El campanero macabro, se muestra la imagen más trágica de la cruda realidad de la pandemia: la muerte. Bajo el aspecto de un esqueleto con gorra militar, se presenta triunfante y protagonista para tocar la campana a difuntos al son de Gripe…gripe…gripe.
]]>En España, ajena al conflicto y a la censura impuesta en los países enfrentados durante la Primera Guerra Mundial, la epidemia gripal que asoló a la población mundial entre 1918 y 1919, fue aireada de manera excepcional y frecuente en la prensa desde sus inicios, en la primavera de 1918.
La enfermedad encontró en los periódicos información, cuando se tenía, y debate, permitiendo a la población tomar conciencia de su existencia y riesgos.
Fueron muchas las voces que, desde las páginas de opinión, hicieron un llamamiento a la reflexión ante las actuaciones dictadas por las autoridades sanitarias para controlar la epidemia. La gripe o la enfermedad española, como la mayoría de los medios extranjeros se obstinaba en seguir calificándola, igualó a pobres y ricos, todas las clases sociales se vieron afectadas, pero no de la misma forma.
Tal y como se expone en el artículo publicado en la primera página del diario El Fígaro el 18 de octubre de 1918, la población más desfavorecida económicamente tuvo menos capacidad de prevenirla, entre otros motivos, por carecer de las condiciones mínimas de higiene en la vivienda. La limpieza personal se convierte en la principal arma de combate contra la enfermedad desconcertante y los baños públicos un servicio indispensable para la población.
La fumigación y desinfección de espacios públicos en las ciudades, principalmente en Madrid, fueron las medidas más comunes de profilaxis adoptadas por las autoridades municipales, como fue el caso del Ayuntamiento de la capital, siendo alcalde Luis Silvera Casado en plena segunda ola pandémica en otoño de 1918.
La gripe tambien se abre paso en las viñetas, en tono ojoso casi infantil muchas veces y en otros casos macabro, corrosivo y satírico.
La trágica realidad se muestra descarnada en la serie de viñetas que firmadas por Aguirre (Lorenzo Victoriano Aguirre Sánchez) aparecen publicadas en la primera página en el diario El Fígaro. En la que acompaña este artículo, bajo el título El campanero macabro, se muestra la imagen más trágica de la cruda realidad de la pandemia: la muerte. Bajo el aspecto de un esqueleto con gorra militar, se presenta triunfante y protagonista para tocar la campana a difuntos al son de Gripe…gripe…gripe.
La maladie a trouvé dans les journaux matière à information, quand on en disposait, et à débats, ce qui a permis à la population de prendre conscience de son existence et de ses risques.
De nombreuses voix se sont élevées dans les articles d'opinion pour appeler à la réflexion sur les mesures prises par les autorités sanitaires pour contrôler l’épidémie. La grippe ou la maladie espagnole, comme la plupart des médias étrangers s’obstinaient à la qualifier, a mis les pauvres et les riches sur un pied d’égalité. Toutes les classes sociales ont été touchées, mais pas de la même manière.
Ainsi que l’indique l'article publié à la une du quotidien El Fígaro le 18 octobre 1918, la population économiquement la plus défavorisée était moins à même de s’en prémunir, notamment parce qu’elle manquait des conditions élémentaires d’hygiène au sein même de ses foyers. L’hygiène personnelle devient l’arme principale dans la lutte contre cette maladie déconcertante et les bains publics deviennent un service indispensable pour la population.
La fumigation et la désinfection des espaces publics dans les villes, principalement à Madrid, sont les mesures prophylactiques les plus courantes adoptées par les autorités municipales, comme ce fut le cas du conseil municipal de la capitale, dont Luis Silvera Casado était le maire au plus fort de la deuxième vague de la pandémie à l'automne 1918.
La grippe se fraie également un chemin dans les dessins, souvent au ton naïf presqu’enfantin et, dans d’autres cas, macabre, corrosif et satirique.
La réalité tragique se manifeste de manière brutale dans la série de caricatures signées par Aguirre (Lorenzo Victoriano Aguirre Sánchez) et publiées en première page du quotidien El Fígaro. Celle qui accompagne cet article, sous le titre « El campanero macabro » (Le sonneur de cloches macabre), montre l’image la plus tragique de la réalité crue de la pandémie : la mort. Sous les traits d'un squelette portant une casquette militaire, il apparaît triomphant et jouant les vedettes pour sonner le glas au son de Grippe…grippe… grippe.
Inmaculada Zaragoza García y Jesús A. Martínez Martín (comisariado y coord. editorial),
Cuatro siglos de noticias en cien años: Hemeroteca Municipal de Madrid, 1918-2018, Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Dirección General de Bibliotecas Archivos y Museos, 2018, 367 p., 142 p. : il.
Las primeras noticias que tuvo el mundo de esta enfermedad procedieron de España, país neutral en la contienda y ajeno por tanto a la censura militar impuesta en los países combatientes.
La prensa española aireó de manera excepcional y frecuente la existencia de la desconocida enfermedad. La epidemia fue bautizada como gripe española, por los medios de comunicación extranjeros, por ser precisamente España el primer país y durante mucho tiempo el único que reconoció su existencia públicamente, siendo la prensa el principal medio de difundir su presencia entre la población.
La enfermedad encontró en los periódicos españoles información y opinión: conocimiento de su curso, valoración de las medidas adoptadas por las autoridades políticas y sanitarias, debate y difusión de los conocimientos científico sobre ella, permitiendo tomar conciencia sobre de su existencia y riesgos.
El Fígaro, diario gráfico madrileño publicado entre 1918 y 1920, el 20 de septiembre de 1918, recogía en exclusiva a página completa, información científica relevante sobre la enfermedad. Un extracto del segundo tomo aún sin publicar del Manual de medicina interna escrito por los más prestigiosos doctores y catedráticos de la Facultad de Medicina de Madrid: Teófilo Hernando y Gregorio Marañón.
El texto, inédito hasta entonces, difunde para el profano los conocimientos esenciales que se tenían sobre la enfermedad de la gripe: concepto, etiología, epidemiología, contagio, causas predisponentes, curso, profilaxis y tratamiento. El objetivo esencia fue combatir la superstición, la incultura y con ello el miedo y tambien la propagación de la enfermedad.
El Manual de Medicina Interna, publicado en España entre 1915 y 1922 fue redactado por treinta y cinco especialistas procedentes tanto del mundo académico como de la práctica hospitalaria y privada, fue un texto de referencia obligatoria para especialistas durante muchos años en España, cuyos textos vieron por primera vez la luz, en el caso de la gripe, en la prensa. Un diario madrileño de información general fue el responsable de publicarlo en primicia con la sana intención, nunca mejor dicho, de atajar la epidemia.
Por ello, podría considerarse que la prensa, concretamente la prensa española, se convierte en un arma más y no poco importante para combatir la enfermedad.
]]>Epidemia reinante. Lo que se sabe de la gripe
La Gran Guerra (1914- 1918) generalizó la censura en los medios de comunicación en los países beligerantes. Por ello, en sus inicios, la epidemia que mermó a la población mundial entre 1918 y 1920 fue silenciada y censurada en los medios de comunicación de los países enfrentados.
Las primeras noticias que tuvo el mundo de esta enfermedad procedieron de España, país neutral en la contienda y ajeno por tanto a la censura militar impuesta en los países combatientes.
La prensa española aireó de manera excepcional y frecuente la existencia de la desconocida enfermedad. La epidemia fue bautizada como gripe española, por los medios de comunicación extranjeros, por ser precisamente España el primer país y durante mucho tiempo el único que reconoció su existencia públicamente, siendo la prensa el principal medio de difundir su presencia entre la población.
La enfermedad encontró en los periódicos españoles información y opinión: conocimiento de su curso, valoración de las medidas adoptadas por las autoridades políticas y sanitarias, debate y difusión de los conocimientos científico sobre ella, permitiendo tomar conciencia sobre de su existencia y riesgos.
El Fígaro, diario gráfico madrileño publicado entre 1918 y 1920, el 20 de septiembre de 1918, recogía en exclusiva a página completa, información científica relevante sobre la enfermedad. Un extracto del segundo tomo aún sin publicar del Manual de medicina interna escrito por los más prestigiosos doctores y catedráticos de la Facultad de Medicina de Madrid: Teófilo Hernando y Gregorio Marañón.
El texto, inédito hasta entonces, difunde para el profano los conocimientos esenciales que se tenían sobre la enfermedad de la gripe: concepto, etiología, epidemiología, contagio, causas predisponentes, curso, profilaxis y tratamiento. El objetivo esencia fue combatir la superstición, la incultura y con ello el miedo y tambien la propagación de la enfermedad.
El Manual de Medicina Interna, publicado en España entre 1915 y 1922 fue redactado por treinta y cinco especialistas procedentes tanto del mundo académico como de la práctica hospitalaria y privada, fue un texto de referencia obligatoria para especialistas durante muchos años en España, cuyos textos vieron por primera vez la luz, en el caso de la gripe, en la prensa. Un diario madrileño de información general fue el responsable de publicarlo en primicia con la sana intención, nunca mejor dicho, de atajar la epidemia.
Por ello, podría considerarse que la prensa, concretamente la prensa española, se convierte en un arma más y no poco importante para combatir la enfermedad.
L'épidémie actuelle. Ce que l'on sait de la grippe
La Grande Guerre (1914-1918) généralisa la censure dans tous les supports de communication des pays belligérants. C'est pour cette raison que dès le début, l'épidémie qui a réduit la population mondiale entre 1918 et 1920 fut passée sous silence et censurée dans tous les supports de communication des pays engagés dans la guerre.
Les premières nouvelles que le monde eut de cette maladie provinrent d'Espagne, pays neutre dans le conflit et non affecté par la censure militaire imposée dans les pays en guerre.
La presse espagnole a mis à jour de manière remarquable et fréquente l'existence de la maladie inconnue. L'épidémie fut baptisée grippe espagnole par les médias étrangers, parce que ce fut l'Espagne en premier et durant longtemps qui reconnut publiquement son existence et que la presse était le principal moyen pour informer la population de son existence.
Dans les journaux d'information et d'opinion espagnols, l'on pouvait trouver sur la maladie : la connaissance de son évolution, la valorisation des mesures adoptées par les autorités publiques et sanitaires, des débats et la diffusion des connaissances scientifiques, ce qui a permis de prendre conscience de son existence et de ses risques.
El Fígaro, journal graphique madrilène diffusé entre 1918 et 1920, compilait en exclusivité et en pleine page, le 20 septembre 1918, l'information scientifique pertinente sur la maladie. Un extrait du second tome du Manuel de médecine interne écrit par les plus prestigieux médecins et professeurs de la Faculté de Médecine de Madrid : Teófilo Hernando et Gregorio Marañón.
Le texte, inédit jusque-là diffuse pour les profanes les connaissances essentielles de l'époque sur la grippe : le concept, l'étiologie, l'épidémiologie, la contamination, les facteurs de prédisposition, l'évolution, la prophylaxie et les traitements. L'objectif essentiel était de combattre la superstition, l'inculture et aussi la peur et la propagation de la maladie.
Le Manuel de Médecine Interne, paru en Espagne entre 1915 et 1922, fut rédigé par trente-cinq spécialistes qui venaient autant du monde académique que du milieu hospitalier et privé. Cet ouvrage, dont les travaux sur la grippe furent publiés pour la première fois dans la presse, devint une référence obligatoire pour tous les spécialistes durant de nombreuses années. C'est un journal d'information généraliste espagnol qui publia cette exclusivité avec l'objectif salutaire - on ne saurait mieux dire - d'enrayer l'épidémie.
Pour cette raison, la presse, et plus concrètement la presse espagnole, peut être considérée comme une arme, et pas la moins importante, pour combattre la maladie.
Inmaculada Zaragoza García y Jesús A. Martínez Martín (comisariado y coord. editorial),
Cuatro siglos de noticias en cien años: Hemeroteca Municipal de Madrid, 1918-2018, Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Dirección General de Bibliotecas Archivos y Museos, 2018, 367 p., 142 p. : il.
Arrêté de la municipalité de Madrid, recueillant les dispositions sanitaires à observer rigoureusement dans la capitale, publié dans le Boletín Oficial del Ayuntamiento
L'explosion de l’infection grippale à Madrid, coïncidant avec la célébration des fêtes locales au cours de la seconde moitié du mois de mai 1918, marque officiellement le début de la pandémie en Espagne.
Un mois plus tard, bien qu'elle tienne pour acquis que « la normalité sanitaire a été complètement rétablie dans la capitale », la mairie de Madrid, sans toutefois reconnaître ouvertement l'existence d'une crise sanitaire, ordonne des mesures obligatoires pour les habitants, les autorités et les services sanitaires municipaux, qui sont publiées dans l’ « Avis à la population » paru dans le Bulletin officiel de la mairie le 24 juin 1918.
Le conseil municipal, qui a compétence en matière de salubrité, d'hygiène et, en partie, pour ce qui concerne les services de santé de la ville, a pris des mesures pour lutter et prévenir la contagion. L’ « Avis à la population » comprend des interdictions précises afin de garantir la qualité des aliments, d'éviter la fraude et la contamination. Il rend également obligatoire, pour les personnes et les responsables de commerces, la prise de mesures d'hygiène extrêmes dans les logements, les magasins, les locaux et les services publics (barbiers, coiffeurs, voitures de transport public et tramways), entre autres. Sont également renforcés les services de nettoyage municipaux et l'assistance médicale élémentaire via des centres d'urgence répartis dans la ville.
Le respect de ces mesures par la population et par l'administration elle-même a fait l'objet de critiques et de recommandations insistantes dans la presse pendant la période de l'épidémie.
La mairie de Madrid avait plusieurs obligations en matière sanitaire et d'hygiène qui furent assumées en grande partie par le Laboratoire d'hygiène Municipal, considéré à l'époque comme l'un des meilleurs laboratoires du monde, à qui l'on a délégué la lutte et la prévention des maladie infectieuses et la préparation des vaccins et des sérums pour les campagnes de vaccination gratuites de la population de la ville de Madrid.
Le pharmacien César Chicote (1861-1950) en a été le directeur de 1898 à 1932. Tant qu’il fut en poste, il s'occupa de différents thèmes en lien avec la santé et l'hygiène de la capitale, depuis la qualité de l'eau jusqu'à l'hygiène des transports ou la lutte contre les maladies transmissibles.
Enthousiasmé par l'urbanisme, il intervint dans la planification des nouveaux quartiers madrilènes et de ses logements. Ses publications sont nombreuses et toutes sont en lien avec l'hygiène et l'alimentation parmi lesquelles l'on trouve : "La désinfection publique", "Aliments et boissons. Recherches et falsifications", "La lutte contre la variole", "Le progrès sanitaire de Madrid". Depuis le début de l'épidémie de la grippe dans la capitale, le Laboratoire Municipal se concentra sur la conception d'un vaccin contre les complications de la maladie dont l'usage se généralisa à partir d'octobre 1918, tout en reconnaissant qu'il ne donnait pas une entière satisfaction.
La presse aida à convaincre la population de l'importance de ce vaccin et son principal défenseur se fit vacciner pour donner l'exemple. Sur la photographie de Julio Duque, publiée le 5 novembre 1918 dans le journal ABC, au sein du flamboyant Laboratoire Municipal, son responsable César Chicote pose accompagné par un groupe de travailleurs en uniforme et portant des gants au moment de leur vaccination.
Zaragoza García, Inmaculada, "De la conquista de Granada al Hyperloop: la formación de una colección excepcional de noticias... (1916-1940)", in Inmaculada Zaragoza García y Jesús A. Martínez Martín (comisariado y coord. editorial), Cuatro siglos de noticias en cien años: Hemeroteca Municipal de Madrid, 1918-2018, Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Dirección General de Bibliotecas Archivos y Museos, 2018, pp. 29-69.
“En el Laboratorio Municipal, en Madrid / El doctor Chicote (X) vacunándose con el suero contra las complicaciones pulmonares de la gripe preparado por el laboratorio (Foto Duque)”, ABC, Madrid, 5 de noviembre de 1918 (n. 4881).
La brusque apparition à Madrid de nombreux cas d'une maladie inconnue, pendant la deuxième semaine de mai 1918, effraya la population qui ne sut pas faire face à l'augmentation des contaminations et des infections.
Cette méconnaissance donna lieu à de nombreuses appellations dans les journaux qui informaient la population sur la maladie. Initialement nommée influenza (terme italien), celle que l’on appela également l’épidémie du jour, passa d'un discret second plan dans les journaux aux premières pages au fur et à mesure qu'augmentaient et s'étendaient les symptômes dans tout le pays. En plus des données dont l'on disposait sur la population à Madrid, cet article mentionne les contaminations à Barcelone, Burgos, La Corogne, Ferrol, Palencia et Valence. La rédaction du journal El Liberal elle-même fut sévèrement touchée par la maladie qui provoqua l'arrêt de travail de 22 collaborateurs.
Dans sa une du 27 mai, le journal lui consacre un long article sur deux colonnes et parle pour la première fois du caractère grippal de la maladie. En mentionnant l'épidémie de la grippe hivernale de 1889-1890, les autorités sanitaires réussirent à calmer la population toujours plus apeurée en écartant les théories alarmistes comme la contamination de l'eau et les transports de terre dus à la construction du métro de Madrid.
La méconnaissance des médicaments pour enrayer la maladie et des vaccins pour sa prévention firent des recommandations sanitaires, comme un régime alimentaire sain, l'air libre, l'aération renforcée des locaux et des demeures, l'isolement des malades et une extrême propreté, les principales armes pour combattre la maladie. De la même façon l'on recommandait d'éviter les réunions en groupe dans les lieux fermés : les cafés, les tavernes, les casinos et les espaces publics qui se virent dans l’obligation de fermer. La désinfection des lieux de réunion, comme les salons du Congrès et du Sénat, marqua la façon d’agir dans les lieux publics.
Les articles d'opinion ouvrirent également leurs colonnes à l'épidémie à la mode. C'est le cas de l'article signé en première page par Manuel Machado dans la rubrique hebdomadaire "Mon agenda au jour le jour". L'auteur y dépeint le peu de sérieux avec lequel avait été envisagée la maladie jusqu'au moment où il s'était avéré nécessaire de prendre des mesures drastiques pour lutter contre elle.
Cuatro siglos de noticias en cien años : Hemeroteca Municipal, 1918-2018 / comisariado, coordinación de la exposición y coordinación editorial, Inmaculada Zaragoza García y Jesús A. Martínez Martín.
Exposición conmemorativa del Centenario de la Hemeroteca Municipal de Madrid, del 18 de diciembre de 2018 a 7 de abril de 2019. Centro Cultural Conde Duque.
Especial Centenario Hemeroteca Municipal de Madrid
Zaragoza García, Inmaculada. De la conquista de Granada al Hyperloop: la formación de una colección excepcional de noticias... (1916-1940), p. 29-69
In: Cuatro siglos de noticias en cien años: Hemeroteca Municipal de Madrid, 1918-2018
Cuatro siglos de noticias en cien años : Hemeroteca Municipal, 1918-2018 / comisariado, coordinación de la exposición y coordinación editorial, Inmaculada Zaragoza García y Jesús A. Martínez Martín.
Exposición conmemorativa del Centenario de la Hemeroteca Municipal de Madrid, del 18 de diciembre de 2018 a 7 de abril de 2019. Centro Cultural Conde Duque.
Especial Centenario Hemeroteca Municipal de Madrid
Zaragoza García, Inmaculada. De la conquista de Granada al Hyperloop: la formación de una colección excepcional de noticias... (1916-1940), p. 29-69
In: Cuatro siglos de noticias en cien años: Hemeroteca Municipal de Madrid, 1918-2018
La Colección de trajes de España tanto antiguos como modernos (1777-1788), gravée par Juan de la Cruz définit les stéréotypes régionaux de l’Espagne et donna à connaître hors de la monarchie espagnole la richesse et la diversité de ses régions et de ses habitants. C’est pourquoi les légendes qui permettent d’identifier les personnages sont données en espagnol et en français. La « Gazetera » (la « Crieuse de Gasette et d’Almanachs ») est la deuxième estampe de cette collection et représente l’un des types urbains du Madrid de l’époque.
]]>La circulation de l’information sur les modes et les costumes grâce aux gravures, du fait de la vive curiosité suscitée par les coutumes et les tenues d’autres pays ou d’autres régions, généra dans l’Europe du XVIIIe siècle un important commerce d’estampes.
La Colección de trajes de España tanto antiguos como modernos (1777-1788), gravée par Juan de la Cruz définit les stéréotypes régionaux de l’Espagne et donna à connaître hors de la monarchie espagnole la richesse et la diversité de ses régions et de ses habitants. C’est pourquoi les légendes qui permettent d’identifier les personnages sont données en espagnol et en français. La « Gazetera » (la « Crieuse de Gasette et d’Almanachs ») est la deuxième estampe de cette collection et représente l’un des types urbains du Madrid de l’époque.
Un siècle après la publication de l’oeuvre originale en France, la Galerie des femmes fortes, de Pierre Le Moyne, qui comptait vingt biographies et portraits de femmes célèbres donna lieu à une traduction en espagnol (1794). Le frontispice de l’ouvrage incluait le portrait de la duchesse de Osuna, modèle de vertu féminin pour les lectrices espagnoles de l’époque, ce qui était de nature à favoriser les ventes. Sa tenue et sa coiffure, à la mode révolutionnaire, furent adoptées par nombre de nobles espagnoles afin de marquer leur solidarité à l’égard des conséquences de la Terreur.
Cette touche de raffinement qui relève indéniablement d’une stratégie commerciale fondée sur le prestige, montre combien les concepteurs du Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos étaient soucieux de soigner leur image et souhaitaient affirmer leur différence au sein de l’univers journalistique de la fin du siècle.
]]>Cette touche de raffinement qui relève indéniablement d’une stratégie commerciale fondée sur le prestige, montre combien les concepteurs du Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos étaient soucieux de soigner leur image et souhaitaient affirmer leur différence au sein de l’univers journalistique de la fin du siècle.
Il est l'auteur du livre Mujeres y hombres en la España ilustrada. Identidad, género y visualidad (Madrid, 2013), et éditeur de La Historia del Arte en España: devenir, discursos y propuestas (Madrid, 2016).
Chercheur invité TELEMMe (octobre - décembre 2017) rattaché au groupe L’information dans l’Europe méridionale, du Siècle des Lumières au temps présent (coord. Elisabel Larriba) ]]>Docteur en histoire de l’art (Universidad Autónoma de Madrid) et professeur à l’Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ses recherches portent sur diverses questions relatives aux identités dans la culture visuelle espagnole du XVIIIe siècle. Après avoir soutenu une thèse sur la construction des identités de genre, il s’intéresse actuellement à la représentation artistique de la ville dans l’Europe méridionale, ainsi qu’aux pratiques de sociabilité urbaine.
Il est l'auteur du livre Mujeres y hombres en la España ilustrada. Identidad, género y visualidad (Madrid, 2013), et éditeur de La Historia del Arte en España: devenir, discursos y propuestas (Madrid, 2016).
Chercheur invité TELEMMe (octobre - décembre 2017) rattaché au groupe L’information dans l’Europe méridionale, du Siècle des Lumières au temps présent (coord. Elisabel Larriba)La revue Eucaristía est publiée lors des dernières années du franquisme par un groupe de prêtres progressistes qui utilisent ce moyen d'expression, fondé sur la structure de la messe, pour diffuser leurs idées politiques et sociales. Ils éditent également des « affiches homilétiques » qui sont placées sur les portes de certaines églises. Ces posters mêlent des faits d'actualité au calendrier liturgique, pour dénoncer des situations considérées comme injustes. Ces supports sont publiés dans un contexte de crise et de division que l'on retrouve à plusieurs niveaux : entre le régime franquiste et une partie de l'Église espagnole, ainsi qu'au sein même de l'institution ecclésiale.
]]>« ¿Œil pour œil… ? Nous deviendrons tous aveugles ! »
La revue Eucaristía est publiée lors des dernières années du franquisme par un groupe de prêtres progressistes qui utilisent ce moyen d'expression, fondé sur la structure de la messe, pour diffuser leurs idées politiques et sociales. Ils éditent également des « affiches homilétiques » qui sont placées sur les portes de certaines églises. Ces posters mêlent des faits d'actualité au calendrier liturgique, pour dénoncer des situations considérées comme injustes. Ces supports sont publiés dans un contexte de crise et de division que l'on retrouve à plusieurs niveaux : entre le régime franquiste et une partie de l'Église espagnole, ainsi qu'au sein même de l'institution ecclésiale.
Ce dessin préparatoire de Luis Paret y Alcazar, gravé par Juan Moreno Tejada et destiné à illustrer l’édition du Don Quijote de la Mancha publiée à Madrid en 1797-1798, par Antonio de Sancha représente Don Quichotte et Sancho Panza visitant la célèbre imprimerie madrilène de Sancha.
Efemérides del ciudadano español est un périodique éphémère (5 numéros, 15-30 novembre 1808) publié à Madrid au début de la Guerre d’Indépendance. Cet hebdomadaire, prototypique de la presse patriotique qui voit alors le jour, permet de cerner les idées politiques de son auteur, Pedro María Olive, célèbre journaliste et homme de Lettres.
Ces annonces de librairie par la richesse des informations livrées sur l’ouvrage proposé à la vente (nom de l’auteur, éventuellement du traducteur, prix et variations de celui-ci en fonction de la reliure choisie, format, lieux de vente, commentaires plus ou moins circonstanciés sur l'ouvrage…) constituent une source particulièrement utile pour ceux qui s’intéressent au monde de l’édition espagnol à la fin du XVIIIe s.
]]>La presse espagnole des Lumières, par le biais des annonces de librairie, se place au service du commerce de l’imprimé. Si certaines de ces annonces sont relativement succinctes d’autres, en revanche, sont particulièrement détaillées et de nature à retenir visuellement l’attention du lecteur comme c’est le cas pour le document présenté, relatif au lancement de la souscription à la Biblioteca portatil de los Santos Padres y Doctores de la Iglesia desde el tiempo de los Apóstoles et donné en complément de la Gaceta de Madrid du 12 mars 1790.
Ces annonces de librairie par la richesse des informations livrées sur l’ouvrage proposé à la vente (nom de l’auteur, éventuellement du traducteur, prix et variations de celui-ci en fonction de la reliure choisie, format, lieux de vente, commentaires plus ou moins circonstanciés sur l'ouvrage…) constituent une source particulièrement utile pour ceux qui s’intéressent au monde de l’édition espagnol à la fin du XVIIIe s.
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0005417154&search=&lang=fr
El Instructor est le magazine espagnol publié en Angleterre pendant la première moitié du XIXe siècle qui connut la plus grande longévité. Edité par la maison Ackerman sous la direction des Espagnols José María Jiménez de Alcalá et Ángel de Villalobos, il compte un total de 96 numéros mensuels qui forment huit volumes publiés de janvier 1834 à décembre 1841. Cette revue, qui s’adressait au public ibéro-américain se caractérise par son caractère encyclopédique et la variété de ses articles et la volonté d’instruire et de divertir ses lecteurs, ainsi que par l’abondance des lithographies qui caractérise les publications de la maison Ackerman.
Ces illustrations, parues dans Cartas Españolas (1831-1832), viennent appuyer les affirmations de Pedro Gómez Aparicio pour qui ce périodique peut être considéré comme la première revue espagnole en couleur et rendent compte des circonstances dans lesquelles elle vit le jour.
Le journal El Sol, dont le premier numéro parut à Madrid en mai 1990 passe pour être le premier quotidien au monde fabriqué au moyen d’un
système décentralisé d’ordinateurs et une technologie digitale de production (Apple) tout au long du processus de création et pré-impression.
Pérez Cuadrado, Pedro (2002), Tecnología, diseño y producción en el diario "El Sol" (1990-1992). [Thesis]
Tierra vasca